Siete.

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-Puede que si, puede que no.-Le dije a Stew, habíamos pasado toda la noche hablando sobre mi próxima relación con Gilinsky.

-Pero a ti te gusta Sam.-Me dijo moviendo sus manos exageradamente, rodé los ojos.

-Pero Sam es un cabrón, asqueroso.-Le dije, él me miró serio.

-¿Qué te hizo?.-Preguntó serio, obviamente no le iba a responder.

-Sólo no podemos ser algo.-Tenía razón, Sam y yo no podíamos llegar a ser algo.

-¿Quién dice que Gilinsky es un santo?.-Me tiré para atrás en la cama, ya estaba harta de nuestra conversación.

-Veté a dormir, tengo mucho sueño.-Me levanté de la cama y lo saqué de mi habitación. Andrea aún no llegaba.

Decidí darme un baño y escuché que abrieron la puerta de la habitación. Andrea. Seguí en lo mío, tocaron la puerta del baño y avisé que estaba dentro. No volvieron a tocar y después de un rato salí con una toalla en mi cuerpo, era Andrea, teníamos prácticamente lo mismo.

-Pensé que jamás saldrias.-Agarré más fuerte la toalla sobre mi cuerpo, él sonrió.

-¿Qué haces aquí? Largate.-Le indiqué, él negó con una sonrisa burlona.

-Te dije que no te acercaras a Gilinsky, ¿y que hiciste? Te acostaste con él.-Negué, él no iba a venir a decirle que era una fácil.

-No digas cosas que no te constan.-Lo señalé.-Y mejor estar con Jack, que con un poco hombre como tu.-Me acerqué desafiante a él.

-¿Poco hombre? No harás que te demuestre mi hombría.-Dijo sarcástico.

-Eres un poco hombre por decirme aquello, eres un gallina.-Algunas lágrimas comenzaron a salir.

-Lo dije porque eres la hermana de mi mejor amigo, no podía hacerlo.-Como lo supuse, a él yo no le gustaba, sólo fue un calentón que le dio.

-Si, pero por lo menos debiste de darme una explicación.-Le grité, él se acercó un poco a mi para abrazarme, pero lancé sus brazos al aire.

-Vengó a hacer eso.-Sus manos se detuvieron en mis hombros desnudos e hizo que lo mirara.-Eres la hermana de mi mejor amigo, eres como mi hermanita.

-Lo sé, Sam, también te veo igual.-Mentí, pues él me encantaba y ayer se lo había dicho.

-Mientes, pero no se puede nada entre nosotros, Cami.-Asentí repetidas veces.

-Ya no importa.-Resté importancia, aunque me hubiera encantado besarlo.

-Te quiero mucho.-Me abrazó, correspondí a su abrazo de mala gana.

-Yo también, Sam.-Dije, aspirando el aroma de su colonia.-¿Podrías irte?.-Pregunté.

-Sólo recuerda esto; Gilinsky no es quien quién parece, no te encariñes mucho a él, ¿bien?.-Preguntó, negué.

-No puedes decirme que hacer y que no hacer.-Le dije, él rodó los ojos.

-Cami..-Susurró.

-Si tu me dices que Gilinsky no es bueno para mi, yo te digo que todas esas faldas cortas no son buenas para ti.-Confesé, siempre me encabronaba al saber que Sam tenía a una chica diferente cada fin de semana.

-No hagas las cosas más difíciles.-Pidió, ¿qué?.

-¿Las cosas más difíciles? ¿De que hablas?.-Le pregunté sin entender nada.

-Me gustan las chicas, es imposible tenerte contenta en ese asunto.-¡Puto, puto, puto!.

-Bueno, me gusta Gilinsky, es imposible tenerte contento con eso.-Copié sus palabras y él río.

-Touche.-Ambos reímos un poco, él volvió a acercarse y plantó un beso en mi mejilla.

-Gracias.-Dije tranquila.

-Te quiero mucho, estoy aquí para ti.-De nuevo besó mi mejilla y se fue.

Me senté en la cama, con las gotas callendo por mi cuello y mi rostro, moví mi cabello y bufé desganada, me levanté de nuevo y busqué algo que ponerme.

-Hola.-Saludó Andrea, estaba más sonriente que de costumbre.

-Hey, ¿por qué tan feliz?.-Pregunté con una sonrisa al verla muy feliz.

-Sam me ha dicho lo que más esperaba.-Su sonrisa se hizo más grande, ¿Sam?.

-¿Sammy Wilk?.-Pregunté con algo de temor.

-¿Conoces a otro?.-Preguntó obvia.

-¿Qué te dijo?.-Trate de hacer que nada me importaba, pero no era así.

-Que le gustaba, está tan guapo.-Soltó un suspiro, sonreí muy falsa.

-Me alegro por ti, aunque ten mucho cuidado, conozco muy bien a Sam.-Le dije, ambas reímos un poco.

-Cuentame de él.-Negué, no le iba a contar sobre la estúpida vida del estúpido de Sam.

-No se muchas cosas, sólo lo conozco como el mejor amigo de mi hermano mayor, no sé nada más.-Me encogí de hombros.

-Y el próximo novio de Andrea Russett.-Mi sonrisa se convirtió en una mueca al escuchar aquello, aunque asentí para que ella no sospechara que él me gustaba.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora