Diecinueve.

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-Te partiré la cara, pedazo de mierda.-Le dijo, negué, ese chico mataría a Sam de un sólo golpe.

-A ver, idiota.-Le gritó Sam, él chico sin pensarla le tiró un puñetazo a la cara causando que Sam se hiciera hacia atrás.

Sam se quedó quieto por un momento, pero después le lanzó un golpe, el chico reaccionó y le dio un golpe en el estómago, eso hizo que Sam cayera y yo gritará. No veía a nadie conocido y las personas a nuestro alrededor sólo los veían como bichos raros.

Comencé a gritar el nombre de Nate con lágrimas en los ojos, Nate apareció un poco tarde, a Sam le sangraba la nariz y quizás tenía una costilla rota. Entré Nate, Cam, Nash, y Kenny detuvieron al chico y lo sacaron de la casa. Le pregunté a Matt si tenía un botiquín, él asintió y me ayudó a llevar a Sam a una de las habitaciones, me trajo el botiquín y salió, pues Nate lo llamaba, el chico no se quería ir.

-Sam, eres un tonto.-Le dije, mojé el algodón con alcohol.

-Jamás dejaría que alguien te tocara, o te hiciera daño.-Acerqué el alcohol a la herida de su mejilla y él gimió de dolor ante el contacto.

-Lo siento por eso, y Gracias.-Le sonreí, él también sonrió.-¿Dónde se habían metido?.-Le pregunté, ellos me habían dejado sola.

-Te dije que iríamos por bebidas.-Negué, no me habían dicho nada.-Auch.-Volvió a gemir de dolor.

-Lo siento, el de la ceja dolerá más.-Le dije, él rodó los ojos.

-Hazlo rápido.-Me pidió, como si así no le fuera a doler.

Mojé el algodón y lo pase lentamente por su ceja, él hizo una mueca, pero no lloriqueo.

-Puedes llorar, no te criticare.-Le dije riendo, el río.

Me miró directo a los ojos y me sonroje un poco, observé sus ojos y pude ver sus pupilas muy dilatadas y el color de sus ojos se veía algo verdoso. Me acerqué un poco, él puso una de sus manos en mi cintura y yo puse mi mano sobre su mejilla sana, seguía acercándome a él. No se como me senté a horcajadas sobre su rezago, había sido buena idea traer shorts.

-Me detendré si me lo pides.-Dijo a escasos centímetros de mi labio. Le hubiera dicho que se detuviera pero en lugar de eso corté el espacio que había entre nosotros.

Tiré el algodón a un lado y él posó su otra mano sobre mi cintura, moviendo sus labios junto a los mios.

Tenía miedo de lastimarlo, pero no quería separar nuestros labios. No lo haría, él se hizo un poco hacía atrás quedando yo arriba de él y de un ágil movimiento nos cambió de posición.

Hacia demasiado calor.

Él comenzó a subir sus manos por debajo de mi blusa y pasó sus besos a mi cuello.

-Sam..-Susurré, pero eso había sonado más como un gemido.

-Se dice, daddy.-Me susurró en el oído y acarició mi pecho por la encima del sostén.

-Sam.-Dije con la voz más firme para que la entendiera que parara.

-Cami, lo siento.-Se separó de golpe y sacó sus manos de mi blusa.

-Quitate.-Pedí, él se movió de encima de mi y hasta me ayudó a levantarme.

-Perdón, me dejé llevar.-Me tomó de la mano y me hizo que lo viera.

-No importa Sam, igual yo.-En parte no mentía, me había dejado llevar, pero por otra parte estaba deseando volver a besarlo y que las cosas se dieran.-Enserio perdón.

-No importa Sam, debemos volver.-Le dije, él asintió.

Bajamos las escaleras y salimos directo al auto. Me subí al asiento trasero y él se recargó en la puerta mirándome.

-Nate no responde.-Dijo mirando su celular, ninguno lo hace.

-Vámonos y dejamos a los chicos aquí.-Le dije bromeando y él río.

-No sería mala idea.-Reí, cerró mi puerta y subió a la del piloto.-Ten.-Me entregó su celular.-Mandale un mensaje a tu hermano que te sentiste mal y que se queden a dormir con Matt.

Escribí lo que el me dijo y Sam comenzó a manejar, iba viendo por la ventana la calle, todo muy tranquilo. Bajé el vidrio y sentía el aire fresco en mi rostro y de la nada íbamos por la carretera.

-¿A dónde vamos?.-Le pregunté, el aire era más fresco.

-A la playa.-Se encogió de hombros.

-Al parecer ya no te sientes tan mal.-Le dije, él negó.

-Tus besos son curativos.-Me sonroje un poco y me quedé callada, él río por eso.

Llegamos a la playa que habíamos estado en la mañana, salí del auto y me senté en la arena frente al mar.

-Estás completamente loco.-Le dije, él se sentó a mi lado.

-Por ti.-Me guiñó un ojo. Se supone que debería de estar enojada o tímida con él, pero en cambio sentía que le tenía más confianza y sólo sonreí.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora