Treinta y dos.

5.5K 349 16
                                    

-Estoy tan emocionada.-Le dije sonriendo y casi brincando.

-Pareces una niña.-Dijo riendo él también.

-Así me amas.-Le dije sacándole la lengua, él se acercó y colocó sus manos en mi cadera.

-Más que a mi vida.-Besó rápidamente mis labios.

Los chicos habían dicho que si podríamos ir a las cataratas, se suponía que ya todos estaban listos, pero nadie daba señal de vida, sólo Sam quien había venido a mi habitación.

-¡Camila!.-Nate entró a mi habitación sin previo aviso y nos vio a ambos así.-Por lo menos le hubieran puesto seguro.-Dijo tapándose los ojos, reí algo nerviosa, pensé que se enojaría.

-¿A qué venias, Skate?.-Le preguntó Sam.

-Te recuerdo que es mi hermana y yo puedo entrar a su habitación cuando sea si yo quiero.-Lo señaló intimidante.

-Claro, bro, sólo jugaba.-Dejó de abrazarme y se sentó en la cama, delante de mi.

-Y venía a ver si ya estaban listos.-Se sentó junto a Sam y ambos me miraron.

-¿Qué?.-Pregunté a sus miradas.-Ya casi estoy lista.-Dije cayendo en cuenta,  me senté en la cama para preparar mi cámara y checarla y todo eso.

-Está bien, los espero abajo.-Se levantó y caminó hasta la puerta, pero antes de salir.-Si no bajan en cinco minutos, volveré a subir.-Señaló a Sam y yo sólo reí.

-Gracias por decirnos, cerraremos con seguro.-Sam le guiñó un ojo, reí más fuerte y Nate le aventó un zapato. Si, un zapato.

Nate se fue, dejando la puerta abierta por cierto, Sam me observaba, podía sentir su mirada en mi mientras yo checaba mi cámara, lo miré y le guiñe un ojo, él río.

-Tengo algo.-Le dije con una sonrisa, me sentía algo avergonzada que me viera tan directamente.

-Eres muy linda, jamás lo había notado y cuando estás nerviosa siempre te colocas el cabello detrás de la oreja.-Se sentó frente a mi y colocó el cabello detrás de mi oreja, como él había dicho.

-No estoy nerviosa.-Le dije sin importancia, no estaba nerviosa, bueno si; Él me ponía nerviosa.

Unos minutos después le dije a Sam que estaba lista, él tomó mi mano y ambos salimos había el ascensor.

-He estado pensando el algo estos días, me gustaría que lo escucharas.-Estaba un poco pérdida en mis pensamientos mientras esperábamos al ascensor.

-Perdón, ¿qué me decías?.-El ascensor se abrió y él me dejó pasar primero.

-Me gustaría que todos se enterarán de lo nuestro, hasta las fans.-Yo estaba recargada en la pared mientras él daba vueltas por el pequeño ascensor y ya me estaba hartando verlo de un lado a otro.

-Se lo tomarían muy a mal.-Me encogí de hombros.

-No importa.-Tomó una de mis manos y comenzó a moverla mientras él seguía moviéndose de un lado a otro.-No me puedo quedar solo por siempre, además eres la hermana de Nate, les agradas.

-No a todas, Sam.-Le dije, él se encogió de hombros.-Deja de moverte, pareces una lombriz.-Le dije riendo, él se río y se quedó quieto frente a mi.

-Eso no me lo dijiste el otro día.-Elevó las cejas y reí nerviosa, él sabía cuando ponerme nerviosa.

-Eres un tonto.-Le di un leve golpe en el pecho y en eso el ascensor paró.

Ambos miramos hacía atrás para salir, pero las puertas no se abrieron. Miré a Sam con los ojos abiertos, nos habíamos quedado encerrados. ¡Encerrados!.

-¿Eres claustrofóbica?.-Preguntó, negué.

-No, pero tenemos que salir de aquí.-Le dije, aplaste el botón rojo de emergencias y las luces del ascensor bajaron la intensidad, apreté más su mano.

-Tranquila, nos sacarán.-Él sacó su teléfono y mando un mensaje, creo que a Nate.

-¿A quién texteas?.-Le pregunté, trataba de distraerme. No soy claustrofóbica, pero no me gusta quedarme encerrada en un ascensor con Sam.

-No seas celosa.-Guardó su teléfono y me abrazó por los hombros.

-No soy celosa.-Me separé de él y él río.

-¿En el ascensor hay cámaras?.-Preguntó, frunci el ceño, ¿por qué quería saber eso?.

-Debe de, pero parece que no.-Miré todo el ascensor, tratando de ver si había algún rastro de cámaras, pero no, no había nada.

-¿Cómo puedes saber eso?.-Preguntó acercándose un poco a mi.

-Sólo no hay, no se ven.-Me encogí de hombros.-¿Por qué la pregunta?.

-Porque sería incómodo hacer esto, con cámaras observándonos.-Le iba a preguntar sobre que hablaba, no había entendido, pero él ya había puesto sus labios sobre los míos.

Una de sus manos estaba en mi mejilla, la otra en mi cadera pero fue descendiendo hasta quedar en mi muslo y subir mi pierna a su costado.

-Sam.-Susurré, pasé mis manos por su cuello, él atacó mi cuello con sus besos y me pegó más a la pared.-Nos pueden ver, se abrirá en cualquier momento.-Lo aparte de mi él me miró con el ceño fruncido, negué.

Era muy tonto tratar de hacer algo en un elevador, porque en cualquier momento arreglarían las fachas del elevador y las puertas se abrirían.

-Tienes razón, linda.-Dijo, se echó aire con la mano y reí.

-Hace calor.-Reímos los dos, de verdad hacía calor.

Unos minutos después de estarnos viendo frente a frente un hombre abrió las puerta del ascensor y nos dejó salir, bajamos al living con los chicos y ellos seguían como si nada, pues no sabían que nos habíamos quedado encerrados.

-Espero que hayas salido virgen de ese ascensor o si no, le romperé la cara a Sam.-Nate era el único que sabía, pues era a la persona que Sam le había mandado el mensaje. Sólo reí y él pasó su brazo por mis hombros.

Si supiera...

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora