Veinticinco.

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Maratón 1/?

-No te puedes ir.-Dijo como por milésima vez.

-Si, si puedo.-Metí una de mis blusas a mi maleta y él la sacó.-Dejame.-Le dije volviendo a meter la blusa.

-No hasta que me digas que no te vas a ir, no me puedes dejar.-Suspire cansada, no me quería ir, pero era la mejor opción.

-Te dejaré con Nate.-Le dije, él rodó los ojos.

-Nate es un idiota, que no se merece que me quede con él, me voy.-Se levantó y sacó su maleta.

-Stew, no seas ridículo.-Le dije, miré mi teléfono para ver la hora, había un mensaje de Sam que ignore.

-Tu no seas ridícula.-Dijo, reí un poco sin ganas.-Por favor, Camila.-Se acercó y me abrazó.

-Ya está decidido, enano.-Le había dicho a Dan que no podía continuar en el tour, él me pidió explicaciones más claras y le dije que mi madre me necesitaba, Nate estuvo de mi lado y Dan al final aceptó.

-No quiero que te vayas, ¿qué haré sin ti aquí?.-Preguntó, lo abracé e hice que nos ssntaramos en la cama.

-Hasle la vida imposible al idiota de Jack, has sufrir a Sam, y has que Nate siente cabeza.-Le dije, él río.

-No puedo hacer nada de eso, sin ti.-Mi sonrisa se agrandó, nunca había visto a Stew tan mal por dejarlo, y eso se sentía muy lindo y tierno.

-Si puedes, yo se que lo harás.-Lo alente, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a Nate.

-¿Lista?.-Preguntó con la mirada gacha, asentí y tomé mi maleta. Stew tomó la otra y ambos salimos seguidos de Nate.

Los tres caminamos en silencio por el gran pasillo del hotel, teníamos que ir a donde Dan para mi paga y se suponía que ahí estarían todos para decirme adiós.

Entré a la habitación, todas y cada una de las miradas se posaron en mi. Nash me dedicó una sonrisa y se la devolví. Nadie a excepción de Sam, los Jacks, Nate, Stew y yo sabíamos la verdadera razón de mi ida.

-Querida, te necesitamos.-Dijo Dan cuando llegue frente a él.

-Mi mamá también me necesita.-Dije firme, él asintió y comenzó a buscar unas cosas en su maletín.

-¿Puedo hacer algo para que te quedes?.-La pregunta de Andrea me hizo sonreír, negué y ambas nos abrazamos.-Si necesitas algo no dudes en llamarme.

-Lo haré, aunque no necesite algo.-Andrea se había convertido en una gran amiga para mi durante éste mes.

-Esperaré tu llamada, entonces.-Me susurró, le sonreí y después me separé para despedirme de Kenny.

-Gracias por todo, Cami.-Dijo, asentí.

Después de abrazar a Kenny, fui con Nash y Cameron, los abracé al mismo tiempo, sentía que si seguía abrazandolos lloraría y no quería que me vieran llorar. No quería.

-Aquí está todo, linda.-Habló Dan, caminé hasta él.-El pasaje de avión, dinero y mi teléfono, para lo que ocupes.-Asentí y tomé los papeles.

-Gracias.-Dije con mi sonrisa más falsa posible.

-¿No hay vuelta atrás?.-Preguntó, negué.

-Si mamá se recupera antes de que terminen el tour, volveré.-Le dije, pero eran mentiras, obviamente.

-Me saludas a tu madre, espero mejore.-Me dijo con un tierno tono.

-Gracias y de tu parte Dan.-Dan me dio un abrazo, un abrazo cálido y se podía sentir afecto. Necesitaba un abrazo de estos en estos momentos.

Nate tomó mis maletas, Stew volvió a abrazarme y le di una mirada de nuevo a los chicos. Gilinsky no estaba, ni Sam.
Les sonreí a todos con la sonrisa cansada y sin ánimos, ellos sonrieron de la misma forma. Les había tomado mucho cariño a todos, incluyendo a Dan, pero gracias a Sam y a Jack, todo el afecto y la paz terminó.

Bajé acompañada de mi hermano a menor a recepción, Nate estaba ya afuera con el auto encendido y esperándome sentado en el. Le di un último abrazo a Stew y un beso en la cabeza.

-Nos vemos en casa, Stew.-Le susurré, él asintió.

-Espero que mamá se recupere y vuelvas antes.-Reímos, y negué divertida.

-Te extrañaré mucho durante todo este mes.-Despeine su cabello y salí del hotel.

-Yo también, tonta.-Caminamos hasta le puerta de entrada y un último abrazo para que yo corriera hasta el auto.

Nate tenía la mirada pérdida observando por la ventana, cerré la puerta del coche y él me miró. Sus ojos rojos y algo hinchados me hicieron sentir mal por dejarlos, pero en parte él había tenido la culpa y merecía sufrir.

-No recuerdo haberte visto llorando.-Le comenté divertida, encendió el auto y salió del estacionamiento del hotel.

-Me duele no haberle partido la cara a Sam y a Jack por apostar.-Su mirada iba clavada en el camino y la mía en él.

-A mi también me duele por eso, porque me defraudaste, Nathan.-Le dije fría, de hecho por eso me dolía.

Me dolía que mi propio hermano había aceptado todo. Que no me había defendido, jamás le haría algo así a Stew, ni a Nate, ni a nadie. Eso me dolía, y me dolía mucho.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora