Maratón 3/3
-¿Volveras?.-Todas las esperanzas que Sam tenía de que volviera al tour eran en vano.
-No, Sam, no soy capaz de ver a la cara a Jack, no quiero hacerlo.-Le dije, pues no era capaz de ello. No quería, tenía miedo, tenía odio hacia Jack.
-Mila, estaré contigo en todo momento, lo prometo.-Me dio un cálido abrazo que al instante correspondi.
Me sentía segura con él, pero él me había traicionado también, no estaba muy segura de sus palabras.
-¿Cómo creerte?.-Le dije, la fila avanzaba y él me tomó de las manos, me hizo salirme de la fila y le dio el lugar al señor detrás de nosotros.-¿Por qué hiciste eso?.
-Porque no te vas a ir a casa.-Dijo, lo miré desafiante.
-¿Seguro?.-Pregunté, él asintió.-Sam, dejame, tienes que volver al tour.
-No saldré de éste aeropuerto sin ti, no importa a donde vaya.-Se cruzó de brazos.
-No puedes decepcionar a tus fans así, ya te lo dije.-Reí un poco por sus berrinches.
-No me iré sin ti, ya está dicho.-Repitió, me crucé de brazos también.
-Está bien, tu ganas.-Sonrió como nunca lo había visto sonreí, me tomó de la cintura y me dio una vuelta en el aire.-Sabía que volverías, mi Mila.-Dijo, me bajó y reí.
-¿No me dejaras?.-Le pregunté, tenía que estar con él para poder hablar con Jack.
-Nunca.-Tomó mi mano y ambos fuimos a las sillas que se encontraban ahí.
-¿Tendré que hablar con Jack?.-Me temía que la respuesta fuera si, pero obviamente iba a ser un: Si.
-Él te quiere, es nuestro amigo, tienes que hacerlo, sé que él también lo hará.-Posó su mano en mi mejilla acariciándola lentamente.
-¿Y si yo no quiero hacerlo?.-Le dije, su mirada me intimidaba un poco. Estaba serio y con una mirada perdida en la mía.
-¿Estás segura de no querer?.-No tenía respuesta para eso. Pues si quería hablar con Jack, pero al mismo tiempo no.
-No lo sé, no sé que quiero.-Él río un poco.
-¿Sabes que quiero yo?.-Preguntó, negué.
-¿Qué quieres?.-Le pregunté inocente.
-Que seas mi chica.-Dijo, pasó sus manos por mis brazos y me junto a él.
-No lo creo.-Le dije riendo, él arqueó la cejas.
-Me acabas de besar, ¿y ahora no quieres ser mi chica?.-Preguntó 'ofendido', lo que me hizo reír.
-¿Tengo que llamarte daddy, verdad?.-Él río y negó divertido, reí también por mi pregunta tonta.
-Llámame como quieras.-Me guiñó un ojo, pasé mis manos por su cintura abrazándolo.
-Está bien, Samuel.-Susurré con mi cabeza entre su pecho.
-¿Quieres que le llame a Skate, o quieres ir a comer algo?.-Preguntó, opté por lo segundo.
-¿No necesitamos auto para ir a comer algo?.-Le pregunté algo obvia.
-No, hay algunos puestos de comida rápida por aquí cerca.-Me dijo encogiéndose de hombros.
-Pero llama a Nate, quiero hablar con él también, pero no le digas que sigo aquí.-Él asintió y sacó su teléfono.
-Lo que tu digas, linda.-Dijo y colocó el teléfono en su oído.
Salimos para esperar a mi hermano en el estacionamiento, me estaba arrepintiendo de hacerle caso a Sam, pero ya no había vuelta atrás, ya había perdido el vuelo.
Nate aún no llegaba, Sam me tenía abrazada mientras estábamos sentados en una banca. Sólo observaba mis pies y los movía.
Veía a todos lados viendo a gente salir y entrar. Llegó un militar, su novia o esposa estaba ahí y rápido corrieron a abrazarse, me pareció una escena muy linda y sonreí por ello. En el mundo mientras muchas personas estaban muy feliz había otras tristes, decaídas, y destrozadas, yo era una de ellas.
A lo lejos vi la van del tour, Nate traía su vidrio abajo y podía verlo manejar. Abracé más fuerte a Sam, ver a Nate significaba que volveríamos ya al hotel, y no quería volver. No quería hacerlo.
-He cambiado de opinión, vayamos directo al hotel.-Le susurré a Sam, él asintió.
Nate aparcó delante de nosotros, se bajó del auto y me miró confundido, sonreí con alegría y tristeza. Si, eso era posible.
-¿Camila?.-Preguntó confundido y cerró la puerta del auto.
-Nathan.-Dije algo tímida y con un tono de voz melancólico.
-Pensé que...-No terminó de decir nada, sabía que él estaba confundido.
-Cambié de opinión, hermano. Necesito ser fuerte, necesito no matar mi dignidad.-Él asintió con una sonrisa y se acercó.
-Subiré las cosas al auto.-Dijo Sam para dejarnos solos por un momento.
-Perdón por comportarme así, fui muy mala contigo.-Él negó, dándome a entender que no había problema.
-No importa, enana.-Dijo, asentí dándole las gracias.
-¿Me darías un abrazo?.-Pregunté, él asintió y extendió los brazos. Salté a sus brazos fundiendo mi cabeza en su cuello y él besó mi cabeza.
Nos subimos al auto, me perdí en mis pensamientos durante todo el trayecto.
¿Qué le diría a Jack? ¿Cómo reaccionaria ante él? ¿De qué me preocupaba? No haría nada fuera de lo normal, sólo hablaríamos y la conversación se daría sola. Lo sabía.
Cuando menos lo pensé habíamos llegado al hotel. Sam abrió mi puerta al bajarse y salí lentamente del auto sin apartar la vista del edificio. Mi estómago se comprimió del miedo y hasta sentía unas grandes ganas de vomitar.
-¿Podrían bajar mis cosas? Iré a buscar a Jack.-Sam y Nate asintieron al mismo tiempo, suspire con los ojos cerrados y entre a recepción.