Cincuenta y cinco.

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Maratón 2/5

-¿Cómo?.-Seguramente ahora mismo se podría ver un gran signo de interrogación en mi rostro.

-¿Dejarías el trabajo por tu novio?.-Volvió a preguntar.-¿O viceversa?.

-No, ninguna de las dos.-Dije, estaba algo asustada y con ganas de salir corriendo de aquí ahora mismo, pero parecería una loca y quizás no estaba entendiendo el punto de lo que David hablaba.

-Es una simple pregunta, ¿dejarías alguna de las cosas, por la otra?.-Miré al suelo por un momento.

No, no dejaría a Sam por mi trabajo, pero tampoco dejaría mi trabajo por Sam. Bien, si dejaría el trabajo.

-Creo que dejaría el trabajo por mi novio, puedo conseguir otro trabajo.-Le dije segura, él río sarcástico.

-Respuesta incorrecta.-Abrió uno de los cajones y sacó un papel, pude ver mi firma en el, lo que significaba que era el contrato.

-Disculpa, no entiendo tu punto.-Le dije, él no me hizo caso, pues leía el papel.

-Camila, eres una chica con mucho talento, con potencial y podrías ser muy grande en el mundo del arte, pero necesito algo.-Su voz era tranquila y casual, en cambio yo sentía que si hablaba, la voz no saldría de mi boca.-Pero para sacarte a la fama, necesito algo.-Sus ojos estaba concentrado en mi mirada. Esto me ponía muy nerviosa.

-¿Qué cosa?.-Tenía miedo. Había escuchado que para triunfar en el mundo artístico muchas personas se tenían que acostar con sus productores y claramente yo no me acostaría con éste abuelo.

-Que salgas con alguien con nivel.-Dijo de la nada y de lo más natural, como si eso fuera muy normal.

-Mi novio es cantante, junto con mi hermano.-Asintió con ironía. Yo estaba mal, lo más seguro.

-El contrato dice que con alguien de tu misma compañía.-Jodase, me dije.

-Disculpe, pero yo no soy esa clase de persona.-Le dije, él asintió de nuevo.

-Podemos hacer algo.-Él estaba de lo más tranquilo.-Te asignaremos a algún chico de la compañía, podrás seguir con tu novio, pero tendrán que ser muy cuidadosos en todo.-Asentí para que continuará.-El chico que te asignaremos, saldrá contigo a todas partes, se tomaran de la mano e irán a reuniones de la empresa juntos y tendrás prohinido salir a lugares públicos a solas con Sam ¿ese era su nombre, cierto?.-Mis ojos se abrieron un poco, al igual que mi boca, asentí no muy segura.

-David, creo que quie...-Comencé.

-Cariño, no puedes romper el contrato, te lo recuerdo.-Joder. Era verdad, tenía que haber leído el puto contrato.-Sólo será por unos meses, no pasara nada.-Negué repetidas veces.

-Sam no lo aceptará.-Dije para mi misma, pero lo dije en voz alta, obviamente escuchó.

-Entonces, ¿qué clase de pereja son sin confianza?.-Preguntó. Él trataba de ponerme en contra de Sam.

No podía romper el contrato, así que no me quedaba de otra. Hablaría con Sam detenidamente sobre el tema y le haría entender. Demonios, estaba metida en un gran lío. Otra opción podría llevar esto al estrado. El padre de Gilinsky era abogado y podría ayudarme, pero demandando a una empresa como ésta era imposible que yo ganara, además que de yo firmé con contrato que no leí. Yo tenía la culpa.

-Hablaré con mi novio, él lo entenderá.-Yo estaba segura de que Sam aceptaría, después se hacer un gran escándalo; pero aceptaría.-Muchas gracias, David.

-Gracias a ti, Camila.-Me extendió su mano, la acepté como forma de despedida.-Oh, Camila.-Antes de que cerrará la puerta él volvió a hablarme.-Andrew está en el piso tres, en su sesión, di que tienes mi permiso.-Asentí.

No tenía muchas ganas de ver a Andrew y además no me concentraría en estudiar la forma y ángulos, pues había una gran mancha negra en mi cabeza en éste momento, pero subí.

Entré a donde una de la chicas me había dicho, me había perdido un poco, Andrew estaba quizás en su segundo cambio de vestuario y no lo veía por ningún lado.

Un chico me preguntó que si que era lo que hacía, respondí con lo que David me había dicho y él sólo me pidió que no molestara.

-¡Boo!.-Andrew llegó por detrás de mi y me asusté en verdad, pues estaba perdida en mis pensamientos.

-Hola.-Dije sin mucho ánimos.

-¿Te han dicho la buena noticia?.-Preguntó, yo estaba sentada en unas escaleras y él se sentó frente a mi en cunclillas.

-¿Buena?.-Pregunté con sarcasmo.-Es una pésima noticia.-Le dije, él volteó la mirada.

-Es trabajo.-Dijo encogiéndose de hombros.

-¿Quién es tu pareja?.-Pregunté.-¿O sólo yo tengo?.

-Sólo tu, por ser la nueva y por ser fotógrafa, digamos que los fotógrafos no suben muy rápido.-Dijo, bufé. Genial, yo era la única tonta que aceptaba tales cosas.

-¿Y quién será mi novio?.-Hice comillas en la última palabra.

-Hablaré con David para que te dejé elegir.-Dijo, sonreí. Por lo menos elegiría a mi "novio".

-Eso no tiene nada que ver, de todos modos no conozco a nadie aquí.-Ni había caído en cuenta de ello.

-Me conoces a mi.-Agregó de lo más normal.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora