Veintiséis.

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Maratón 2/?

Habíamos llegado al aeropuerto, estaba casi solo. No había mucho movimiento.

Estaba sentada en una de las sillas que había ahí, Nate estaba registrando todas mis maletas y haciendo algunas cosas más.

-Ya está todo listo, cuando anuncien tu vuelo, te levantas, caminas hasta allá, abordas el avión y vuelas a casa.-Me indicó señalando unas puertas plateadas.

-Gracias Nathan.-Dije, agache la mirada a mis viejas vans blancas que tenían la firma de Nate en ellas, y sonreí un poco.

-No quiero que vuelvas a casa.-Agregó después de un momento, se sentó junto a mi y subí mi mirada hasta la suya,

-Yo quiero estar sola, quiero que te vayas, Nathan.-Le dije seria y fría, él cerró los ojos.

Sabía que mis palabras le habían dolido, pero a mi me dolieron más sus estúpidos actos de adolescente. Yo había sufrido, estaba sufriendo, ahora era su turno.

-Camila...-Dijo, su voz ronca ahora sobana dolida y entrecortada.

-Por favor, Nathan.-Volví a pedir, él se levantó de su asiento, se colocó frente a mi y extendió sus brazos, ¿quería que lo abrazara?.

-¿Qué esperas?.-Pregunté indiferente, él me miró con el ceño fruncido.

-¿No te despediras de mi?.-Su voz ronca se quebró, con el dolor de mi alma asentí como respuesta.

-No me gusta despedirme.-Le dije sin importancia.

-Te despediste de los demás chicos, ¿por qué no de mi?.-Preguntó, no tenía respuesta para eso.

-Porque a ellos si los voy a extrañar, anda Nathan, veté.-Le indiqué con la cabeza la salida. Sus brazos cayeron a sus costado y metió las manos a sus bolsillos.

-Te veo en casa, Cami.-Se dio la media vuelta y comenzó a caminar.

Odiaba ser así con Nate, es mi hermano y lo quiero más que nada o a nadie en este jodido mundo, pero tenía que verme dura frente a él.

Observé a Nate cruzar por todo el aeropuerto, mi mirada lo siguió hasta que él se perdió entre la multitud.

Desbloqueé mi teléfono, tenía muchas notificaciones de twitter, abrí la app y muchas menciones entre una de ellas estaba una del tour.

“@DigiTour: Hoy despedimos a nuestra mejor fotógrafa; @CamilaMaloley, ten buen vuelo a casa”

Lo marqué como favorito y le di retweet, las demás eran de chicas preguntando el porque me iba y muchas más, quizás la mayoría, agradeciendo que me iba del tour por ser una zorra con los chicos. Ja, si supieran como son ellos.

Volví a guarda mi teléfono, me estaba dando algo de hambre y compré unas galletas en la máquina expendedora.

Anunciaban muchos vuelos, menos el mío.
Había llegado una hora antes, como lo pedían, era imposible que lo hubiera perdido.

Algo falló y se está retrasando, pensé.

Muchas personas lloraban la dejar ir a sus seres queridos y me daba algo de melancolía.

Mi padre siempre nos ha dicho que afrontemos nuestros miedos. Siempre había aplicado aquella frase, pero hoy no.
Hoy mi miedo era que Sam y Jack me vieran caer, y afrontarlo seria volver y que me vieran fuerte frente a ellos, pero si volvía sólo me había daño a mi misma.

“Pasajeros con destino a Nebraska, favor de abordar por la puerta izquierda, gracias” Por fin, pensé.

Ya no había vuelta atrás, me levanté de mi asiento, tomé mis maletas y caminé hasta donde me había dicho Nate minutos atrás.
Me coloqué en la pequeña fila a esperar mi turno mientras tarareaba una canción.

-Disculpe, ¿la fila es para el vuelo a Nebraska?.-Les puedo jurar que era la voz de Sam, me di la media vuelta lentamente para poder ver a Sam haciendo fila detrás de mi con una maleta a su lado.

-¿Qué haces aquí?.-Le pregunté molesta, si pensaba que iba a volver estaba muy equivocado.

-Vuelvo a casa, contigo.-Reí con ironía y un poco nerviosa.

-No seas ridículo y vuelve al hotel.-Le dije, él negó.

-No soy ridículo y no pienso volver al hotel.-Dijo como niño pequeño.

-Sam no puede dejar el tour, decepcionarás a muchas fans.-Le dije mirando su maleta.

-Tu me estas decepcionado a mi.-Dijo, levanté una ceja.

-Tu me decepcionaste primero, al apostar con Jack.-Le dije, sentí que las lágrimas iban a volver de nuevo.

-Nunca significó una apuesta para mi.-Se señaló.

-¿No? ¿Entonces por qué lo hiciste?.-Le pregunté, pero era obvio que era por la tonta apuesta.

-Para que te enamoraras de mi.-Respondió.

-No necesitabas de una apuesta para eso, Samuel.-Le dije, me di la media vuelta.

-Fui un tonto, lo sé, pero necesito que no te vayas Mila.-Pidió, se puso delante de mi con las manos en forma de hacer una oración.

-¿Por qué razón? Dame una razón para quedarme.-Le dije, sabía que Sam no tendría ninguna razón.

-Porque me gustas, porque me traes loco, porque me muero si te vas sin mi, porque te estas llevando un pedazo de mi vida, porque te amo y no puedo vivir sin ti, ¿quieres más razones?.-Mis ojos se abrieron y me llevé la mano a la boca de la impresión. ¿Él acababa de decir todo eso?.

-Sam, yo...

-No te vayas, no sin mi.-Me interrumpió, quería besarlo, pero no, lo abracé por el cuello y él rodeó mi cintura.

-No me iré.-Susurré en su oído, las lágrimas comenzaron a salir, no se porque.

-Te amo, pequeña tonta.-Soltó su abrazo y besó mis labios. Puso sus manos en mis mejillas y yo las mías en su cuello.

Nuestro beso podía haber durado más, pero existe algo llamado oxigeno que necesitamos para respirar y era lo que los faltaba justo ahora.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora