Cincuenta y nueve.

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Estaba a punto de dormir, tenía mi pijama puesta y acababa de salir del baño después de cepillar mis dientes.

Acomodaba la joyería que me había puesto para mi salida con Andrew en mi joyero, pero en eso sonó mi ventana. Volteé rápidamente, había alguien ahí.

Me acerqué, lo más seguro era que fuese Stew, siempre salía en la noche a jugar un rato fútbol, y entraba por mi ventana o por la de Nate, pues se salía a escondidas.

-Stew, te he dicho que...-Las palabras se quedaron en mi boca al ver a Sam colgando de mi ventana con un paquete de papas fritas en la boca.

-Ayudame.-Alcanzó a decir, abrí bien la ventana y lo ayudé a subir.-Pon el seguro.-Me indicó acostándose en el suelo y respirando repetidas veces.

-¿Qué haces aquí?.-Cerré la puerta con seguro y me senté con él en el suelo.

-Si le decía a Nate que me quedaría a dormir me haría dormir en el cuarto de visitas.-Dijo encogiéndose de hombros y abriendo el paquete de patatas.

-La vez pasada te colaste en mi habitación, podías hacer hecho eso de nuevo.-Le dije riendo y robándole Doritos.

-Quería tener un momento romántico.-Reí un poco. Era el mayor tonto del mundo.

-¿Te descubrieron?.-Le dije riendo y tratando de adivinar.

-Seeh.-Dijo dándose por vencido, reí, pues yo estaba jugando.

-¿Y qué vamos a hacer?.-Le preguntó, me miró elevando una ceja.-No eso.-Le dije pasando mi mano por su cara y riendo.

-Entonces, no lo sé, ¿ver películas?.-Me preguntó. Era algo aburrido ver películas, pero no podíamos hacer mucho con mis padres y mis hermanos en casa.

-Veamos una película entonces.-Le dije, me levanté y busqué algunas películas.

No tenía muchas películas, pero podría encontrar una de nuestro agrado.

-Que sea algo de terror.-Me dijo abrazandome por detrás mientras yo veía la películas.

-Las de terror las tiene Nate, si voy y se las pido querrá venir a verlas.-Le dije, él bufo.

-Entonces, veamos The Walking Dead en internet.-Dijo, sonreí y asentí.

Ambos nos metimos a la cama, él se quitó su camiseta y sus jeans quedando en boxers, me mordi el la una y me acosté a su lado.

Mi cabeza estaba recargada en su pecho, él tenía uno de sus brazos por detrás de mi cuello y su otra mano tenía entrelazada mi mano. La laptop estaba en sus piernas, no le estaba prestando atención al capítulo, pues justo en éste momento era extraño estar así con Sam.

Habíamos estado juntos algunas otras veces, pero ésta vez era diferente. Ésta vez me sentía completa, me sentía feliz y protegida.

Eleve mi mirada hasta la suya, una sonrisa se formó en su rostro y también sonreí.

-Te tengo una pregunta.-Le dije, él puso pause a la computadora y la puso en la mesita de noche enseguida de mi cama.

-Dime.-Ambos nos levantamos quedando sentados como en forma de 'x', uno frente al otro.

-Me gustaría saber, ¿por qué yo?.-Le pregunté jugando con el borde de mi blusa. Estaba algo nerviosa, quizás eso le podría molestar.

-Porque eres hermosa, eres divertida, me gusta tu sonrisa y tus ojos, tus manos parecen tan delicadas que me encanta tomarlas, sintiendo que las protejo de todo.-Tomó mis manos y sonreí.

-Sam, eres simplemente el mejor.-Le dije con una gran sonrisa, él también sonrió.

-Gracias, preciosa.-Dijo, me acerqué a él y lo besé.

Él fue haciéndose hacía enfrente, dejando mi cuerpo debajo del suyo. Sus labios no se despegaron de los míos mientras que quitó mi blusa. Mis manos acariciaban su espalda, un toque suave. Yo misma quité mi blusa, quedando en sostén y con mis shorts de dormir frente a él.

-Podrían escucharnos.-Susurré, tenía los ojos abiertos, pero mi habitación estaba completamente oscura y no podía verlo claramente.

-No pasará nada.-Susurró sobre mis labios y callándome con un corto beso.

Sus besos siguieron por mi cuello hasta bajar al escote de mi sostén. Sus manos traviesas quitaron mi sostén en un dos por tres. Sentí un poco de frío, pero el calor de su cuerpo acabo con eso. En menos de quince minutos la ropa había salido de nuestros cuerpos por completo.

Empezó a entrar lento, siempre lo hacía así. No sin antes ponérse la protección. Sus manos acariciaban mi silueta, mis manos su espalda y su nuca. Nuestras bocas callaban nuestros gemidos mutuamente, su lentitud me estaba matando.

Comenzó a hacerlo más rápido, sentía que en cualquier momento yo llegaría a mi primer orgasmo. Al llegar, Sam amaba que le mordiera el lóbulo de la oreja y así lo hice. Mientras él llegaba jugaba con mis pechos. Los masajeaba y pasaba su lengua por mis pezones para después succionar lentamente.

Estábamos muy cansados, y muy sudados, su sudor bajaba por su frente y recorría todo su torso.

-Te amo.-Susurró aún sobre mis labios, pero afuera de mi.

Te amo, esas dos palabras tan delicadas y llenas de sentimientos. Sentía lo mismo que él, pero era raro decírselo. Nos conocíamos de toda la vida y nunca habíamos pasado de ser grandes amigos.

Era la segunda vez, la segunda vez que lo decía y yo aún sentía esas molestas mariposas en el estómago al escucharlo.

-Te amo más, Sammy.-Le dije, él sonrió y se tiró a mi lado, lo abracé por la cintura y recoste mi cabeza sobre su pecho.

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Holiiis
Les dejo en multimedia una foto del bello de Sammy cuando bebé, era todo un tierno♥♥
Pd: ¡Feliz Cinco de Mayo a todas las mexicanas lindas que me leen♥!

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora