Cuarenta.

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El tour había concluido, todos teníamos que volver a casa, sólo que tomaríamos caminos diferentes. Andrea, Cameron, Nash y Hayes volverían a LA, los Jacks también irían a Los Ángeles por algunos asuntos, Kenny se iría a Arizona, mientras que Sam, Stew, Nate y yo volveríamos a Omaha.

-Te voy a extrañar mucho.-Abracé a Andrea, enserio la extrañaría mucho.

-Igual yo, pero tienes mi numero, cuando quieras podemos hablar.-Asentí, nos seguíamos en todas las redes sociales posibles y Nate viajaba mucho a LA, me podía colar a uno de sus viajes.

-También los extrañare a ustedes.-Me acerque a Cameron y a Nash, estos chicos se habían convertido en unos grandes amigos y sin duda extrañaría sus ocurrencias.

Me despedí de todos como por tercera vez, Nate me tomo del brazo y me dijo que era hora de irnos. Abrace de nuevo a Andrea, prometiendo que la llamaría y que la visitaría en cuanto Nate y Sam viajaran a LA, ella acepto.

La van del tour nos dejaría en el aeropuerto, me toco ir atrás; en medio de Sam y de Stew, suerte la mía ¿verdad?. Sam se coloco los audífonos en cuanto vio que me senté a su lado, también mire mi teléfono aunque no tenia nada que hacer en el.

-Vayámonos.-Se subió Stew a mi lado y cerro la puerta de la camioneta, el conductor asintió y encendió la van.

-Esperen.-Dije, dio un gran freno y después todos me miraron.-Nate, ¿podemos cambiar?.-Le pregunte, él me miro por el retrovisor.

-¿Por qué?.-Pregunto. Porque odio a Sam y no quiero ir a su lado.

-Porque no me gusta ir en medio y ademas me gusta que el aire golpee en mi cara, quiero ir junto a una ventana.-Le expliqué, él negó.

-Camila no empieces con tus cosas.-Negó Stew ahora, lo mire mal, ¿qué clase de hermanos y caballeros eran?.

-¿Tu y yo podemos cambiar, si quieres?.-Dijo Sam muy amable, ¿qué demonios le pasaba a este?.

-Ahm, claro, gracias Sam.-Me levante un poco y él se recorrió por debajo de mi para yo pasarme a su asiento.

El chófer de nuevo avanzo y nosotros cuatro no hablábamos para nada, sólo Sam y Nate, a veces. La llegada al aeropuerto fue muy escandalosa, había miles de chicas afuera siendo detenidas por guardias de seguridad. Me bajé tomando la mano de Stew, no quería perder a mi hermanito. A nosotros dos solo una que otra chica nos pedía fotos y nosotros con gusto nos acercábamos. Quince minutos de espera y hablaron a nuestro vuelo, tome mis cosas y caminé detrás de los chicos, ellos iban platicando cosas sin sentido, como siempre.

Mi asiento era entre Nate y Sam, éste día tenia suerte de más. De nuevo le pedí a Sam que me cambiara de lugar, yo quería ir al lado de la ventana, él acepto y se sentó en el medio. Un poco después de despegar, Nate fue al baño y mientras yo miraba por la ventana, Sam me habló.

-Mila.-Estaba un poco perdida viendo las nubes y fue hasta como la tercera vez que me di cuenta de que Sam me hablaba.

-¿Qué?.-Le pregunté un poco desorientada y él río.

-¿Por qué te gusta ir en la ventana?.-Me preguntó, sin duda Sam tenia algo ésta mañana.

-No lo sé, para perderme por un rato y no estar enfadada.-Le dije encogiéndome de hombros.

-Claro, sólo que esta no la puedes abrir para que te golpee el aire en el rostro, eh.-Río, a Sam no le queda los chistoso.

-Ja, que gracioso.-Reí sarcástica y él rodó los ojos.

-Oye, sólo estoy tratando de romper el hielo.-Se defendió, volví a mirarlo.

-¿Si?, pues no te funciona.-Le dije, soné algo mamona y eso hasta a mi me dolió.

-Pensé que eramos amigos.-Dijo. Bien, ¿cómo le respondo a eso?.

-Somos amigos, Sam.-Le dije tranquila.-Pero amigos que no pueden quedarse solos, esa clase de amigos que si están solos no pueden hablar y es incomodo, esa clase de amigos que es difícil que se la lleven bien.-Le dije un poco alto, pues hasta Stew que estaba a dos asientos de nosotros escuchó.

-Yo no quiero ser esa clase de amigos.-Dijo, estaba enojado.

-Pues eso lo hubieras pensado el otro día, estúpido.-Le dije, y abajando la voz, ¿por qué Nate no llegaba?.

-Pues lo he estado pensando y creo que esa clase de amigos entre tu y yo no va bien.-Agregó, ¿quien se creía? ¿creía que yo volvería a sus brazos así de la nada al escuchar aquello? pues no, está muy equivocado.

-Pues no estoy para cuando a ti se te antoje, Sam.-Le dije, su miraba bajó, estaba triste y yo igual, quería abrazarlo, pero al mismo tiempo darle un golpe en la cara. ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente guapo, tierno y estúpido al mismo tiempo?.


Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora