Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTS

Sanji x Reader +18

—Pero me esquiva cuando intento hablar con él...

—No podrá hacerlo por siempre. Intenta "arrinconarlo". La cocina es el lugar donde pasa casi todo el día, seguro se te ocurrirá algo.

La tarde pasa con rapidez y la cena es servida. Como en silencio, observando como Luffy intenta desesperadamente tomar porciones de nuestros platos mientras Sanji le grita histérico, intentando darle una patada a su mano cada vez que empieza a acercarse. Llega la hora del muerto y no queda nadie despierto... Excepto él y yo.

—¿___? ¿Pasa algo?— Me pregunta apenas entro en la cocina, cerrando suavemente la puerta tras de mí.

—Vine a ayudarte...— No dejo que se niegue y camino hacia el lavaplatos, comenzando a secar algunos de sus platos recién sacados del agua.

Pasamos largos minutos en silencio, simplemente lavando y secando los platos usados. Lo miro de reojo y nuestras miradas se conectan más de una vez... Miradas que desviamos casi de inmediato al darnos cuenta de ello. Poco a poco los trastes sucios van disminuyendo, así como desaparece mi oportunidad para hablar con él.

—Sanji... Has estado evitándome últimamente... Y me duele...— Susurro lo suficientemente alto como para que me oiga, provocando que suelte un plato por accidente.

—¡¿E... estás bien...?! ¡¿Te lastimaste?! ¡Lo siento mucho!— Sanji inspecciona mis manos, asegurándose que no me hubiese cortado con el plato que se le cayó.

—Estoy bien... Estoy acostumbrada al dolor físico, la verdad...— Me mira con tristeza, recordando que tuve que sufrir experimentos por parte de Caesar.— Aunque esta es la primera vez que me duele tanto...— Me mira aterrado.

—¡¿Te lastimé?! ¡Soy un imbécil! ¡Traeré a Chopper!— Grita aterrado. Tomo su manga antes que pueda salir.

—No eres un imbéci, Sanji... Estaré bien... Sólo tengo un corazón roto... Aunque he oído que sana con el tiempo...— Me mira sorprendido.

—¿Un corazón roto...? ¡¿Quién fue el idiota que rompió el hermoso corazón de ___-chan?! ¡Voy a matarlo!— Grita furioso. Río ligeramente, llena de lágrimas.

—Tú eres quien lo rompió, Sanji... Porque tengo un amor no correspondido... Pero no te sientas mal... Son cosas que pasan...— Me observa con gran sorpresa. Suelto su manga lentamente.— Yo... No volveré a molestarte con eso, Sanji... Descansa.

Camino hacia la puerta y extiendo mi mano, tomando la perilla. Abro la puerta pero, antes que logre pasar por ella, una mano se estampa contra ella con fuerza, cerrándola casi de un portazo y dejándome incapaz de mover por la sorpresa... Puedo oír la respiración de Sanji en mi oído... Es suave.

—___... La razón por la que te he estado evitando... Es por la misma razón tuya.— Abro mis ojos desmesuradamente y giro mi cuerpo, encontrándome con él cerca de mi rostro.— Estoy enamorado de ti... Y tenía miedo que no me correspondieras.

Sus labios se acercan a los míos, comenzando un beso suave, lleno de calidez y ternura... Cierro mis ojos con lentitud, sintiendo mis mejillas arder por su actuar. Sus dedos acarician mi rostro con cuidado... Finalmente nos separamos para dar paso al aire que tan desesperadamente necesitamos para vivir.

Antes que pueda decir algo, vuelve a besarme con más fuerza y desesperación, a lo cual lo imito... Siento que me estoy volviendo adicta a él. Rodeo su cuello con mis brazos y él me levanta por la cintura, obligándome a rodear su cadera con mis piernas; sus manos rápidamente me sostienen de los muslos, siento sus dedos acariciando mientras camina torpemente hasta el mesón de la cocina, donde me sienta después de tirar algunos paños al suelo.