Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTS

Zoro x Reader +18

Pedido de Apr_reina

—¡Los onigiri te quedaron perfectos, ___-chan! Sin duda eres una gran aprendiz.— Sonrío a más no poder por las palabras de Sanji, sintiéndome orgullosa de todo el esfuerzo que he hecho para llegar tan lejos.

¿Quién pensaría alguna vez que yo, una chica desastre de la cocina, terminaría siendo una aprendiz de el mejor chef que el Shin Sekai ha visto? Hace muy poco salimos de Wano Kuni y por fin vuelvo a sentir la libertad que tan solo el mar es capaz de ofrecer... No voy a negar que hubo veces en donde realmente creí que íbamos a terminar más muertos que Brook... Y eso ya es mucho. Primero Big Mom, luego Kaido, luego... Uf... No quiero ni pensarlo.

—¡Dios! ¿Ya son las siete? Bueno... Le llevaré esto a Zoro y empezaré con mi entrenamiento.— Noto una mueca de desagrado y asco por parte de Sanji.— ¡Oh vamos, Sanji! Todos tienen claro que soy la más débil de la tripulación y necesito fortalecerme.

—Yo podría enseñarte, ___-chan... ¡Entrenar a ___-chwan es un sueño!— Veo salir el humo de su cigarro en forma de corazones... Definitivamente NO.

—Sanji, tanto tú como yo sabemos que no puedo entrenar contigo... Porque te niegas a golpear a una mujer.— Antes que intente objetar, lo interrumpo.— Kalifa, Big Mom, Bon Clay cuando se transformó... Y podría seguir enumerando, pero no quiero pasar el resto del día aquí... ¡Nos vemos!— Tomando el plato con los onigiris, salgo de la cocina.

Sanji no es un mal tipo... La verdad me cae muy bien, pero tiene esa actitud con las mujeres... Bueno, esa de ser un caballero y un mujeriego a la vez; su mayor problema es que se niega a golpearlas o a pelear con ellas, incluso si eso significa que lo maten... Lo he visto antes y los mismos miembros de la tripulación me lo han confirmado.

—(Espero que no se enoje...)— Pero tengo una razón aún más importante por la cual no quiero que Sanji me entrene.

Porque estoy enamorada de Zoro... Sí, es una pésima razón, pero realmente quiero estar con él siempre... Y si quiero enamorarlo, tengo que empezar por las cosas más simples, como son preparar su comida favorita, entrenar con él y... Tentarlo, por supuesto. No voy a negar que no tengo el cuerpo de Nami o Robin, pero creo que estoy bastante bien en mi físico de igual forma; incluso Chopper ha dicho que mi estatura y mi peso son correctos.

—¡Comida!— Aparto la bandeja a tiempo, provocando que Luffy se estampe contra el suelo.

—Dejé más en la cocina, vayan.— Sonrío con algo de malicia al ver que mi capitán se lanza a ese cuarto corriendo como alma que persigue el diablo.

—¿Somníferos?— Oigo la voz de Nami a mi espalda.

—Bueno, de alguna forma tengo que mantenerlo... Ocupado.— Sonriendo me doy la vuelta, guiñándole un ojo con complicidad.

—Esperemos entonces que ese cabeza hueca te haga caso.— Con una última sonrisa me adentro en la habitación del marimo.

Apenas cierro la puerta, la estancia se llena de su característico aroma... Hierro y sake; clara señal que ha estado entrenando con las pesas y que se ha esforzado bastante. Apenas doy unos cuantos pasos, me encuentro con las enormes planchas de metal que Zoro está acostumbrado a levantar diariamente para fortalecerse... Ni por si acaso podría llegar a tener ese tipo de fuerza, pero ya voy de a poco aumentando mi resistencia en batalla. Unos pasos resonantes me hacen girar mi cuerpo, encontrándome con él.

—Hasta que llegas. Pensaba que no entrenarías hoy.— Sonrío a medias.

—Pensaste mal.— Dejo la bandeja sobre una mesa y me acerco al perchero.