Katakuri & Cracker x Reader +18

4.6K 199 89
                                    

Pedido de Nadeko_Chan (Anotado el 27 de Agosto del 2020)

PD: Este es más largo de lo habitual.

Aquel era un día más de ronda para ambos comandantes de la isla Whole Cake. Finalmente las cosas se habían calmado y todo había vuelto a una relativa normalidad... Incluso más tranquilo que antes, tomando en cuenta la ausencia de la temida Yonkö "Big Mom" y varios miembros de la familia Charlotte.

-Hey. -Saludó el hombre de pelo morado, acercándose al más alto. -¿Ya terminaste tu ronda? -Preguntó con cierta esperanza.

-Sí. Voy a casa ahora. -Respondió el de cabello magenta, provocando que el menor chasquease la lengua.

-Mierda... Y yo que quería estar a solas con mi esposa... -Gruñó molesto Cracker, apretando ligeramente su puño.

-También es mi esposa, ¿Se te olvida? -Preguntó sarcásticamente el hombre de mochi, observando al adicto de las galletas.

-Cállate. No me lo recuerdes. -Gruñó nuevamente, comenzando a caminar en dirección a su hogar.

Y así era. Los dos comandantes de Big Mom se habían casado con una sola mujer, la cual habían conocido de mera casualidad varios años atrás. Aún podían recordarlo sin problema, como si hubiera sido el día anterior. Todo comenzó cuando decidieron ir al archipiélago Sabaody para adquirir nuevos dulces pedidos por su progenitora.

-Dudo que vayamos a tener problemas. -Dijo un Katakuri de cuarenta y cinco años, caminando al lado de un Cracker de cuarenta y dos.

-A mí no me reconocerían ni de broma, tomando en cuenta que mi recompensa tiene una fotografía de mi armadura de soldado-galleta... Pero tú llamas la atención con tu estatura. -Dijo mientras suspiraba, observando a las personas apartándose de ellos.

-Tú no eres precisamente bajo. -Argumentó Katakuri. -Además, a mí no me han sacado una sola fotografía los de la marina, así que nadie podrá reconocerme tampoco.

Durante unos minutos siguieron caminando. Cracker había creado una criatura hueca de galleta que cargaba con los dulces comprados y lo seguía a todas partes. Estaban cruzando por las pequeñas islas para llegar al muelle donde tenían un barco anclado cuando el menor vio algo de reojo que llamó poderosamente su atención.

-Oye, Katakuri. -Dijo Cracker, llamando la atención de su hermano mayor. -Mira. Estamos cerca de la casa de subastas. ¿Qué tal si vamos a ver? Tal vez encontremos algo que le guste a mamá.

-Ella ya tiene prácticamente de colección cualquier criatura viviente. Dudo que vayamos a encontrar algo. -Espetó, sabiendo que Cracker sólo proponía eso por mera curiosidad de ver qué había disponible.

-¿Y si hay algo que no tenga y después se entera que no lo compramos mientras estábamos aquí? Seguro que perderá los estribos y nos quitará algunos años de vida. -Dijo Cracker mientras llevaba sus manos detrás de la cabeza y la apoyaba en sus falanges entrelazadas, como si estuviera descansando de pie.

Katakuri suspiró de mala gana, sabiendo que su hermano tenía razón. Era muy difícil que encontrasen algo nuevo en la casa de subastas, pero no quería arriesgar a toda la isla sólo por uno de los berrinches de su madre. Observó al menor, quien tenía una sonrisa victoriosa cruzando por su rostro.

-Bien, pero si se enoja porque nos tardamos en volver, tú solo te atendrás a las consecuencias. -Dijo el mayor, provocando un ligero escalofrío por parte del pelimorado. Antes que el menor pudiera retractarse, Katakuri comenzó a avanzar hacia la casa de subastas humana.

Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTSWhere stories live. Discover now