Doflamingo x Reader

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Para mi amada hermana Flandre12

(Este One-shot es estilo Steampunk).

—¿Vas a ir a verla?— Me pregunta mi querido hermano menor.

—Claro. Se va a presentar de nuevo y ya quiero verla. Fuffufuffufu~— Tomo el ramo de flores que tengo preparado para mi adorada ___.

—¿Y? ¿Vas a llevar los lentes nuevos o qué?— Saco de mi abrigo de plumas los lentes, respondiendo su pregunta.

Apenas los tomo, sus engranajes comienzan a funcionar silenciosamente y se abren con rapidez las varillas mientras que el vidrio rojizo que oculta mis ojos ante los demás enfoca y desenfoca dependiendo de lo que se centre en la mira interna. Un objeto caro y bastante lujoso que, gracias a ___ tengo la posibilidad de disfrutar aún mejor.

—¿Te le vas a confesar?

—¿Tú qué crees, querido hermanito~?— Le pregunto con una sonrisa mayor a la de costumbre.

—Buena suerte.— Levanta su pulgar, sonriendo sinceramente.

Me coloco los lentes y salgo de mi hogar, dirigiéndome tranquilamente hacia el local donde mi hermosa chica de ojos ___ (c/o) habrá de dar su presentación. ¿Quién habría creído que terminaría enamorándome perdidamente de una talentosa pianista en el mejor club de jazz de la capital? Y eso por no decir del mundo... Tengo suerte de ser tan famoso, sino no podría entrar al establecimiento con la cantidad de gente que ingresa... Y tengo una buena mesa gracias a mi título V.I.P. allí.

—¡Señor Doflamingo! Es un honor tenerlo de vuelta.— Oigo al guardia decir mientras se inclina ante mí en señal de respeto.

Sin importarme realmente ese tipo, saco de mi abrigo el reloj de cuerda que marca la hora exacta. Sin duda valió la pena, pues siempre llego a tiempo para ver el show de mi adorada chica de ojos ___ (c/o) y manos delicadas que no deberían ser rozadas ni con el pétalo más fino de la rosa más suave del mundo.

—Cinco minutos para el inicio.— Hora perfecta.

El guardia se aparta, dejándome pasar y de inmediato una joven camarera de cabellos anaranjados me indica el camino hacia la mesa que he reservado. Allí, en la primera fila, justo frente al piano negro que destaca elegantemente por sobre los demás instrumentos. Cualquier otro podría ser reemplazado fácilmente por la similitud de sonidos o simplemente omitir su presencia... Pero no el piano. Jamás habrá un instrumento más noble e impresionante que un piano.

—(Debería comenzar pronto...)— Se apagan las luces antes de tomar nuevamente mi reloj.

En mi mesa brilla levemente la botella de vino gracias a la iluminación del escenario y la langosta que pedí es servida recién terminada de cocinarse; el ramo de flores descansa a mi lado, sobre la mesa. Tan sólo falta mi adorada chica... Y como si mi mente hubiera sido leída por ella, aparece caminando suavemente y de forma grácil, como si volase.

—(___...)— El nombre más hermoso del mundo.

Puedo ver que su vestido rojo y blanco se ondea suavemente a medida que sus pasos hacen eco en el escenario, los engranajes de su cinturón apenas emiten ruido alguno, sus cabellos ___ (c/c) brillan con verdadera luz propia y el collar de pequeñas gemas coloridas tintinea hasta que se sienta frente al piano. Los acompañantes se acercan a ella y toman sus lugares, agarrando sus respectivos instrumentos.

—(Tan hermosa como siempre~)— Apoyo mi mentón en mi mano, sonriendo directamente a la chica de mis sueños.

La batería comienza a sonar junto al saxofón para finalmente dar paso al dulce sonido del piano. La percusión tan sólo marca el ritmo y la velocidad de forma agradable al oído (aunque resuenan más los platillos que el bombo o la caja), el saxofón es parte de la melodía principal aunque a veces se queda en silencio, dejándome disfrutar mejor el hermoso sonido del piano que a veces toma el papel de armonía y otros de melodía principal.

—(Eso, ___... Lúcete~)— Sonrío inconscientemente, observando su pequeña sonrisa al tocar el instrumento.

Tras una buena cena y una larga presentación que termina con el piano tocando en solitario, el show acaba y mi adorada chica de ___ (c/c) cabellos relucientes baja del escenario. Rápidamente me levanto y escondo en mi espalda el ramo de rosas que he traído para ella. Sonrío a más no poder cuando nuestros ojos se encuentran; los engranajes de mis anteojos se mueven, volviendo transparente el vidrio para que podamos vernos mejor.

—¿T-te gustó el show, Doflamingo?— Su tartamudeo me mata de ternura.

—¿Gustarme? ¡Estuviste magistral! Y sabes que puedes llamarme "Doffy", hermosa~

Le extiendo el ramo de rosas y sonrío a más no poder cuando noto sus pequeñas mejillas enrojecer como cerezas mientras recibe el regalo. Sé que no le interesan las joyas ni las cosas caras, sino el romanticismo, y yo... Bueno, no soy precisamente el hombre más romántico del mundo, pero por ella me aseguraría de ser la definición de "Romántico".

—Creí que no estarías esta vez... Con eso del viaje de negocios que hablas siempre...— A ella le cuento todo.

—¿Y perderme la oportunidad de verte? ¡Jamás!

Le tomo suavemente de la mano, acariciando su dorso con cariño y algo de temor. ¿Quién diría que el exitoso empresario Donquixote Doflamingo, dueño de múltiples negocios destacados a nivel mundial y considerado uno de los tipos más codiciados por las mujeres sería un temeroso cuarentón que le teme al amor?

—¿D-Doflamingo...?— Sé valiente, Doffy. Hoy le dirás.

—___... La verdad es que quiero decirte algo...— Miro con ojos asesinos al mayordomo que intenta acercarse a preguntar si queremos algo. Rápidamente se da la vuelta y desaparece de la vista.

—¿S-sí?— La noto nerviosa. Si ella está nerviosa, yo estoy casi con un ataque de pánico.

—___... Mi adorada pianista... Me traes a tus pies. Estoy completamente enamorado de ti.— ¡Lo dije! ¡Santa madre de los Donquixote, lo dije!— Sé mi ocellet, ___... Por favor...

—¿O-ocellet?— Casi nadie conoce realmente el término... Menos mal que yo sí.

—Mi pajarillo... Mi hermosa y pequeña ave de vuelo delicado... Me enamoré totalmente de ti... Déjame volar a tu lado... Déjame amarte...— Sí. Cursi... Pero es verdad. Quiero estar con ella para siempre.

Silencio. Me va a rechazar... No dice nada... No le gusto... ¿Dije algo que no le gustara? ¿Y si soy yo quien no le gusta? ¡¿Cómo voy a gustarle?! ¡Ella es mucho menor a mí! Siento mis manos temblando ligeramente y lo único que pienso es en tomar tanto como pueda hasta caer en coma. ¡¿Dónde está el camarero cuando se necesita emborracharse uno?!

—Y-yo... Sí quiero... Doffy...— ¡Una botella de wisk--! ¡¿QUÉ?! ¡¿A-ACEPTÓ?! —Quiero ser tu Ocellet.

La tomo de la cabeza con cuidado de no hacerle daño y la beso con todo el amor que le tengo, sin importarme que los demás estén viendo. ¿Y qué si esto se vuelve un escándalo que perjudique mi empresa? ¡A la mierda la fama y la fortuna! ¡Si tengo que renunciar a todo eso por mi amada ___, así será! Porque lo único que quiero y realmente me importa es estar junto a mi bella ocellet~

FIN

Lu: No sabía que el jazz era tan agradable...

Luke: Vamos, ya lo conocías.

Lu: Lo confundí con música de Animal Crossing... ¿Realmente crees que conocía el jazz?

Luke: Olvídalo. Eres verdaderamente ignorante.

Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora