Daddy!Smoker x Baby!Male!Reader (+18)

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Para Kalid_Redvelt

(Recién vengo entrando al mundo del Daddy Kink yaoi, así que disculpas si no queda muy bueno.)

He pasado casi todo el día fuera trabajando en la comisaría, rellenando papeles, oyendo denuncias tontas, recibiendo órdenes de mis superiores y patrullando de vez en cuando por los alrededores de la estación para distraer mi mente de cualquier tipo de pensamiento pervertido que se me venga a la cabeza por él... Mi "Baby". ¡Cómo amo a ese mocoso mío!

—(Tranquilo Smoker... Seguro que ___ está esperando que llegues para pedir mimos...)— Sacudo mi cabeza, intentando quitarme la idea de la mente antes que cierto amigo se levante con ganas de hacer gozar al Baby.— (Cuando llegue, mi Baby me hará una buena mamada...)

Rápidamente tomo el vaso de agua de mi escritorio y vacío el contenido en mi rostro, empapándolo completamente. Si hubiera seguido con esos pensamientos, estaría con los pantalones muy apretados. La puerta se abre, dejando ver a la persona en quién más confío como colega y amiga.

—Smoker-san, Lucci llegó.— Tashigi me da las noticias que necesitaba oír.— Disfrute su tarde.

—Gracias, Tashigi. Tú también.— Tomo mi abrigo y salgo de mi oficina, aliviado que mi turno haya terminado.

Camino hacia la salida de la comisaría, encontrándome con Rob Lucci en el camino. Es un verdadero pedante con quien desearía no tener que trabajar... Pero por lo menos no un inútil como Spandam. Me detengo frente a él, pues es nuestra obligación transmitir los sucesos ocurridos durante el turno para evitar posibles malos entendidos.

—¿Algo nuevo?

—Ancianos quejándose por el ruido. Nada más.

—Bien... Entonces esta debería ser una tarde tranquila.

—Eso espero.— La conversación se da por terminada, a lo cual ambos seguimos nuestros respectivos caminos.

Al salir de la estación voy al estacionamiento y entro a mi porsche negro que espera para llevarme a mi hogar. Con un rugido el motor se pone en marcha y avanzo por las calles de la ciudad ante la mirada atenta de envidiosos e interesadas que intentan llamar mi atención con sus cuerpos con tal de darles una vuelta, pero no tengo ojos para nadie más que no sea mi Baby. Él es perfecto en todo sentido. Y como el chico perfecto que es, tiene que ser cuidado y mimado como se debe. El dinero me es suficiente como para permitirme lujos caros de vez en cuando y premiar a ___ como se debe.

—(¿Estará usando lo que le regalé el otro día?)— ¡¿Pero qué pregunta es esa?! ¡Claro que lo estará usando! ¡Su Daddy no le ha dado permiso para ponerse otro traje hoy.

Tras varios minutos llego a un edificio alto y estaciono mi auto en el lugar que está reservado para mí. Entro en la construcción, donde los guardias me dan la bienvenida e ingreso al ascensor, pulsando el botón que me llevará al último piso. Allí espera a por mí mi Baby, impaciente por que su Daddy le demuestre cuánto lo ama... Las puertas se abren y camino por un largo pasillo hasta llegar a la entrada de mi hogar; meto la llave en la cerradura y entro.

—¡Daddy! ¿Le fue bien en el trabajo?— Su delicada voz de terciopelo me hace sonreír de inmediato.

Y allí está él, vestido con pantalones celeste claro y una sudadera rosa grande que cubre sus delicadas manos, su corto cabello ___ le da un tono más inocente y esa sonrisa llena de verdadera alegría me hace sentir el tipo más jodidamente afortunado de este puto mundo de mierda.

—¿Y tú, Baby? ¿Te portaste bien?— Sonriendo me acerco a él mientras me desprendo del pesado abrigo que uso cuando voy a trabajar.

—¡Sí, Daddy! Me comí todas mis verduras e hice la cama.— Su sonrisa se vuelve aún más radiante, sabiendo que tendrá una buena recompensa por eso.

Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTSWhere stories live. Discover now