La misión de Draco

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-Hola cielo, estoy alimentando a Buckbeak, yo que él debería patearte por no atenderlo como se debe- Hermione comentaba tranquilamente mientras le ponía los trozos de carne que inmediatamente el hipogrifo se disponía a degustar tan animadamente.

-Me voy a poner celoso he?, parece que lo quieres más a él que a mi- Draco hacía un puchero algo infantil que enterneció a la castaña quien le correspondía con un beso en los labios.

-No seas tontito Draco, sabes de sobra que me preocupé al verte tan delgado, espero que te hayas comido las verduras que te dejé preparadas la última vez por que de lo contrario te las haré tragar- Mencionaba con autoridad la castaña apuntando al chico con su dedo índice.

-Te pareces tanto a mi madre, estas sonando como ella- Draco le besaba la punta del dedo índice a su novia ya que le parecía hermoso que su novia se preocupara por él de esa manera.

-Ahora quédate un rato y asegúrate que Buckbeak se coma todo, iré a preparar la comida, tengo más tiempo que otros días por lo que esta vez me asegurare que no me dejes las verduras- Hermione se despidió del chico con un tierno beso en los labios para disponerse a cocinar.

Draco se sintió realmente casado con la castaña, aunque no lo estuvieran se aseguraría de que así fuera, al tiempo que se aseguró que el hipogrifo había comido bién le acaricio la frente y se dispuso a entrar a la cabaña misma que olía delicioso, al parecer lo que Hermione estaba preparando iba a tener muy buena cara, así que decidió sentarse en el sofá un rato mientras miraba a su castaña. Ella se puso un delantal blanco para no mancharse, en ese instante Draco fijó su mirada en la hermosa figura de la chica, aquellos rizos definidos que caían sobre su espalda y sobre todo la hermosa cintura que tenía. Se imaginó su futuro con ella mientras la veía cocinar, se vió casado con ella, él llegando del trabajo y la castaña recibiéndolo con un platillo exquisito, incluso le puso nombre a su primer hijo que aseguró sería rubio como él pero con los ojos de la castaña.

-Scorupius - Pensó en voz alta el chico.

-Quien?- Hermione volteó por un momento ya que le parecía extraño que el rubio mencionara aquel nombre.

-Te gusta ese nombre?- Preguntaba el chico mientras se acercaba a la castaña abrazándola por detrás.

-Por que lo preguntas Draco?- Hermione volvió a vigilar los filetes que estaba preparando y la ensalada de col con piña para que no se arruinaran por un descuido.

-Por nada mi amor, se me vino ese nombre a la cabeza eso es todo- Comentaba el chico abrazando mas fuerte a la castaña y cerrando sus ojos, ya que no quería que aquel momento terminara.

-Yo estaba pensando en Scarlett- Hermione comentó haciendo que el rubio se quedara sorprendido, al parecer le había leido la mente.

-Puede que sea niña no crees?, pero si es varoncito se llamará Scorupius- La castaña le besaba la mejilla al platinado, mismo que la volteaba para tenerla frente a frente.

-Serás mi esposa Hermione Granger, no importa lo que tengamos que hacer para sobrevivir, no imaginas lo que he soñado estar a tu lado toda mi vida, pero para eso debo ser honesto, creo que nuestro error es haber actuado por nuestra cuenta y ya ves- Indicaba Draco arrepintiéndose de no haber pensado las cosas cuando estuvo obligado a abandonarla y a humillarla.

-Amor, se que todavía te sientes culpable por lo que pasó, pero se que tenías que hacer que yo te odiara, aunque creo que si hubieras pensado las cosas le habrías dicho a Pansy que me lo dijera todo- Indicaba Hermione haciendo que Draco se sintiera algo tonto por haber actuado solo al no anticiparse a las cosas.

-Amor creo que es momento de que sepas la misión, se que después de escuchar lo que voy a decirte me odies o quieras matarme, pero prefiero que tu lo hagas- Draco se sentó en una de las sillas del comedor que se encontraban cerca de la cocina, puso sus codos en la mesa mientras se tocaba la cara en señal de frustración. Seguido a esto la castaña utilizó magia para mantener la comida en buen estado para escuchar a su novio. Ella le acarició la cara y lo obligó a mirarla, aquellos ojos grises estaban llenos de preocupación, de miedo.

Si me amas... No se lo digas a nadieTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang