Si me amas... No se lo digas a nadie

Un arma poderosa

En un lugar apartado del mundo mágico se encontraba una mansión lúgubre, había pertenecido a una familia de ricos y acaudalados aristócratas en sus épocas doradas, en la entrada se apreciaba un jardín que a pesar de los años permanecía bien cuidado, pero el ambiente que rondaba esos árboles era siniestro. Al entrar se apreciaba como el miedo cobraba vida y se transmitía a través de aquel viento, la puerta de la mansión era de roble con incrustaciones de metal y un escudo familiar. En el interior de la misma se apreciaba un gran vestíbulo cubierto con plásticos debido a que nadie habitaba ese lugar, se podía observar un gran candelabro en el techo que había sido forjado con diamantes y cristales finos.

Dicho vestíbulo tenía dos escaleras que conducían a las habitaciones y hacía el frente se encontraba un enorme reloj antiguo que cada que marcaba las horas emitía unas campanadas estruendosas.

Al entrar por el lado izquierdo del vestíbulo se podía observar un comedor grande donde se encontraban varias personas vestidas con túnicas negras, se encontraba rondando una gran serpiente que media varios metros de largo.

-Y bien mis camaradas, espero me traigan las mejores noticias sobre nuestros invitados en las mazmorras, ya que como ustedes saben no disponemos de mucho tiempo- Tom Riddle se encontraba al frente del comedor tranquilo, esperando respuesta de algunos Mortifago a quienes les había encomendado la misión.

-Hicimos que la adivinadora nos explicara sobre la profecía mi lord, nos dijo que Potter era "el elegido", tuvo una visión en ese momento y nos explico algo que creímos importante que usted supiera- Indicaba Grey back al tiempo que los demás Mortifago lo miraran inquisitivos.

-Vaya, que sorpresa, y se puede saber que es eso tan importante que debo saber?- Voldemort indicaba siseante mientras le indicaba a Naggini que su "cena" se encontraba en una celda de las mazmorras.

-Nos dijo que uno de los dos debe morir- Se limitó a decir el hombre lobo.

Voldemort se encontraba pensativo, pudo intuir que seria pan comido acabar con Potter puesto que no tenía ningún talento especial como el. En ese momento una mujer con el cabello negro y alborotado tomo la palabra.

-Eso ya lo sabíamos querido Greyback, deberías traer información mas relevante que esa- Se burlo abiertamente Bellatrix haciendo que los demás hicieran lo mismo.

-Calma mi querida Bella, yo también me quede sorprendido del descubrimiento, debo aceptar que en gran parte me imagine aquella profecía, a decir verdad, no sabia que tendría que matar a Potter- Voldemort se levanto de su asiento y comenzó a observar a todos y a cada uno de los Ahí presentes.

-Y que me dicen de Ollivander mis camaradas, al fin ya sabe como hacer una varita digna de un rey- Inquirió tranquilamente Voldemort mientras observaba a Lucius quien se encontraba nervioso.

-Lo obligue a que me dijera cual era la varita mas poderosa, pero me dijo que ni un mago fabricante como el podía crear una que superara a las demás, también dijo que no hay varitas mas poderosas que otras, salio con el cuento de que cada una es especial- Le dijo Lucius con naturalidad esperando que su Lord aceptara esa respuesta.

-Miente!, claro que hay una varita mas poderosa que las otras- Indicaba Voldemort golpeando seriamente la cubierta de la mesa.