A última Hora

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Draco se encontraba leyendo aquel libro de pociones que se había encontrado en la sala de menesteres mientras que se encontraba comiendo unas empanadas de carne molida que Hermione le había preparado, encontró peculiar aquel manuscrito que contenía un sinnúmero de anotaciones hechas por el antiguo propietario, lo cual le parecía fascinante, pues no aunque no se interesara demasiado en los estudios como su novia debía admitir que aquello le comenzaba a despertar la curiosidad por saber sobre aquella persona a la cual había pertenecido el ejemplar de pociones avanzadas.

Aquel manuscrito le interesó demasiado, tanto que decidió cambiar el encuadernado de su libro para ponerlo en aquel que tenía en las manos, así nadie sospecharía que se trataba de aquel que se había encontrado en la sala de menesteres. En ese momento decidió salir a sus clases normales para no retrasarse pues precisamente pociones le tocaría a la siguiente hora, así que decidió llevarse el libro para poder probar su teoría.

El platinado se encontraba ahora bajando las escaleras para disponerse a acudir a su próxima clase cuando de repente observó que Crabbe y Goyle, los dos gorilones llegaban agitadamente a donde el se encontraba, cosa que sorprendió sobremanera al rubio ya que no era su costumbre siquiera correr por su comida. Esperó un rato con aquella cara de curiosidad y en ese instante Crabbe decidió hablar.

-Draco, tu padre te espera en la oficina de Snape, dice que es urgente tu presencia, creo que es algo relacionado con la nueva alianza- Comentaba agitadamente el gorila Slytherin haciendo que el rubio se extrañara un poco, ya que al parecer se había perdido de algo, no era que le interesara, pero debía estar al tanto de cualquier movimiento de los mortifagos para así poder compartirlo con Hermione.

-De que rayos están hablando ustedes dos, ¿Que es eso de la nueva alianza?- Preguntaba algo exasperado el chico rubio pero el otro gorrión, tomó la palabra.

-No se Draco, mi padre me contó algo al respecto, pero ahora es urgente que acudas a la oficina del profesor- Indicaba desesperadamente el gorrión apresurando al rubio para que acudiese de inmediato a ver a su progenitor.

-Bueno eso no importa ahora, creo que mi padre me lo dirá, ya lo conocen, por favor no digan nada, sobre todo a Zabini, recuerden que el señor tenebroso me nombro su líder- Les imperaba el rubio a sus amigotes mismos que asentían con la cabeza al mismo tiempo.

Draco se dirigió lo más rápido con su padre aún preguntándose el motivo por el que lo había mandado llamar, pensaba que tal vez se trataba de ponerlo al tanto de la misión por lo que en ésta ocasión tenía su plan preparado, agradecía a Merlín que Hermione fuese demasiado astuta como para darle un poco de ventaja, siguió caminando y cruzando pasillos hasta que subió las escaleras que daban a la oficina del profesor Snape, sin tocar la puerta abrió el salón donde afortunadamente no había ningún estudiante, subió por las escaleritas que daban a la oficina y abrió la puerta donde se encontraban tanto Severus como Lucius esperando su llegada.

-Padre, estoy aquí- Draco le hacía una reverencia como de costumbre pero era obvio que detestaba su presencia pues siempre significaban problemas. Lucius por su parte se levantó del sillón donde había esperado y se acercó lo suficiente a su hijo.

-No creas que me tienes contento después de que ni siquiera te acercaste a tu casa para desear feliz navidad, solo llenaste de preocupación a tu madre con tu maldita imprudencia- Indicaba Lucius con tono alto mientras Draco no se movía. En ese momento Snape decidió dejarlos solos ya que detestaba sobremanera las discusiones familiares.

-Viniste a reclamarme por eso padre, eso no creo que vaya contigo- Retaba seriamente el platinado a su progenitor mientras que este estaba a punto de abofetearlo por su insolencia, pero se contuvo.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora