Sobreprotegida

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Al llegar a la estación de Londres todos los estudiantes se disponían a salir para estar con sus respectivos padres, muchos de ellos llegaron apresuradamente a contarles sobre el viaje seguro que habían tenido incluyendo el sinnúmero de medidas de seguridad que se habían tomado dentro del castillo. Algunos de ellos pensaron realmente si mandarían de nuevo a sus hijos al colegio a pesar de los atentados que se habían sufrido en ambos mundos.

Hermione y los demás salieron para recibir primeramente a los Weasley, pero sólo Arthur y los gemelos se encontraban en ese momento, ya que no era prudente salir todos juntos debido a los recientes ataques que habían realizado en el mundo mágico. Los Weasley se encontraban ahora acompañados por Tonks y Remus Lupin quienes los estaban custodiando, en ese momento la castaña notó que Tonks no tenía el semblante que solía tener cuando la había conocido, pensó que se veía mas contenta cuando daba clases de defensa en la sala de menesteres junto con los demás.

-Hola chicos, por favor traigan sus cosas aquí para desaparecer de inmediato- Arthur sonaba de lo más preocupado, haciendo que los chicos se extrañaran por aquel comportamiento, ya que cada que iba por ellos se quedaba un rato a conversar con algunos viejos conocidos. Al parecer todo el mundo hacía lo mismo debido a que no deseaban cruzarse con un Mortifago que los pudiese atacar.

-Señor Weasley, no ha visto usted a mis padres?- Comentaba la castaña quien buscaba con la mirada a los señores Granger.

-Ellos te están esperando en Grimmund Place donde precisamente pasaremos las fiestas, Dumbledore los visitó hace unos días poniéndolos al tanto de lo que sucedía contigo- Esa noticia dejo helada a la castaña ya que sus padres ahora estarían demasiado preocupados por ella, ahora sabría que no tendría espacio para buscar a Casey o Draco, ya que estaría demasiado vigilada, tanto por sus padres como por miembros de la Orden del Fénix.

-Pero..- Hermione no encontraba las palabras para refutar aquella acción, mientras que Harry se apresuraba para darle calma.

-Vamos Hermione, era de esperarse, conociendo a Dumbledore no dejaría que aquellas locas te atrapen- Mencionaba Harry mientras que Ron ayudaba a poner las cosas de la castaña junto con las demás cosas.

La castaña no tuvo mas que decir en aquel momento, ya que era imperativo que estuviera protegida, en ese momento llegaba Cormac para despedirse de su novia.

-Mi princesa, nos vemos al regresar, prometo escribirte seguido y enviarte tu regalo- Cormac solo le besó la mano por respeto al señor Weasley, esa acción hizo que Harry se incomodara bastante.

-La cuidaremos bien, de hecho ella y sus padres pasaran las fiestas con nosotros-Harry sonaba triunfante haciendo que el castaño también se incomodara, ahora comenzaba a comprender que el cariño que el chico de la cicatriz le tenía a su novia no era el de solo amigos comunes.

-Pues cuida bien a mi novia Potter, o mejor dicho a mi futura esposa- Cormac miraba desafiante al chico de la cicatriz pero la castaña se mostraba sorprendida, no imaginaba que algo así llegara a suceder.

-Cormac, creo que debemos de hablar de eso después, luego te contaré, ahora debo irme, mis padres están preocupados, me refiero a que no hemos llegado aún, créeme estaré en las mejores manos- Hermione se limitaba a decir para por fin terminar aquella situación incomoda, mientras que Harry sintió ganas de moler a golpes a McLaggen.

-Es cierto, es demasiado pronto, pero lo que importa es que tu estés bien, cuídate mucho preciosa, no olvides que te amo- El chico volvió a besar su mano esta vez mirando a Harry con una cara de satisfacción demostrándole que la castaña sería solo para él.

-Nos vemos McLaggen, pásatela bien- Harry tomaba del hombro a la castaña para despedirse por fin.

Cormac se retiraba todavía lanzándole un beso a su novia mientras que ella solo se limitaba a sonreírle tiernamente, a pesar de que el chico era guapo y la hacía perder el aliento en algunas ocasiones tenía que aceptar que no lo amaba, más ahora que sabía toda la verdad respecto a Draco. Hermione siempre se caracterizaba por tener decisiones firmes y directas, pero en cuestión de amores era demasiado débil y confiada, prefería ella ser lastimada que herir a alguien más con su indecisión tal como era el caso que tenía con Harry. Comprendió que en algún momento de su vida estuvo confundida y bastante enredada, pero con el paso del tiempo comprendió la clase de cariño que sentía por aquellos chicos, ya que por un lado lo que sentía por Krum era solo gratitud, por McLaggen sentía paz y tranquilidad aparte que le encantaba su tierna sonrisa, por Harry sentía el más sublime de los cariños ya que lo consideraba como un hermano ahora estaba segura de eso por más que le encantaba la forma en la que la llegó a besar. En cambio por Draco sentía todo lo antes mencionado, gratitud por tratarla como una reina y por salvar su vida, paz y tranquilidad cada que se recostaba en su pecho platinado y cálido, además que representaba el deseo reprimido, la más fuerte de las pasiones y los retos pero sobre todo las ganas de proteger ese amor que estaba luchando por sobrevivir. Amaba por sobre todas las cosas a Draco, de eso ya no había la menor de las dudas.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora