Si me amas... No se lo digas a nadie

El principe mestizo

Aquella mañana Hermione se sorprendió un poco al ver que el platinado estaba preparando el desayuno pues nunca en la vida lo había visto tan servicial como aquella ocasión, al parecer estaba oliendo bien por lo que le despertó el apetito, se encontraba preparando unos huevos con tocino mismos que había adquirido del supermercado que quedaba cerca, como sabía de antemano que la castaña no podía salir se dispuso a hacer las compras. En ese instante Casey también despertaba misma que también se encontraba algo hambrienta, por lo que se levantó lentamente para observar que Hermione se encontraba con Harry tocando su frente pues el chico aún no despertaba.

-Estará bien?- Preguntaba Casey mientras se acercaba a los chicos.

-Si, solo esta aturdido, aquellas tipas lo molieron- Hermione sacaba otra jeringa para administrar vía intravenosa la poción que Draco había preparado, en ese instante Casey encontró el momento para hablar.

-Estaba en mi casa cuando ocurrió todo, llegaron aquellas chicas con uniforme y sin mas ni más me lanzaron algo, en ese momento mis padres no estaban- Casey puntualizaba para confesarle a su amiga la forma en la que la habían secuestrado. Hermione terminaba de aplicar la poción al chico de la cicatriz volviendo la mirada a su amiga.

-Maddy me dijo que trató de localizarte, incluso ella esta fuera de Londres, pero hasta ahora no hemos tenido contacto alguno, mis padres confiscaron mi celular por seguridad- Mencionaba Hermione mientras le indicaba que fueran a desayunar.

-Ese mismo dia Maddy iría a mi casa para ir al colegio, nos habíamos quedado de ver antes ya que estaba algo deprimida por aquel mequetrefe que resultó ser uno de los secuestradores- Casey le indicaba mientras se dirijan a la mesa donde el platinado estaba con las mangas recogidas preparando el desayuno mismo que estaba ya listo.

-Buenos días Casey, ¿Descansaste bien?- El platinado le preguntaba cortésmente.

-Si Draco muchas gracias, por cierto, ahora se quien preparará el desayuno cuando se casen- La morena indicaba haciendo que la castaña riera junto con ella mientras el platinado estaba algo ruborizado.

-Es solo que estoy de buen humor, Hermione ¿No ha despertado Potter?- Draco también reía un poco mientras no se fijaba que hacía aquella pregunta con naturalidad, no con el odio que sentía por el chico de la cicatriz cosa que la castaña le alegro.

-Está demasiado aturdido, le volví a aplicar la poción, pero será necesario llevarlo al colegio o en su defecto a San Mungo- Respondía Hermione mientras que el rubio ponía tres platos en la mesa para disponerse a desayunar.

Draco observaba que la castaña estaba muy contenta por haber encontrado a su amiga pero sobre todo estaba feliz por el hecho de haber sido él quien logró que eso pasara, miraba la forma en la que convivían aquellas amigas por lo que por primera vez se sentía todo un héroe cosa que le agradaba.

-No puedes regresar a tu casa ahora Casey, deben llevarte a un lugar seguro, ellos no se detendrán con tal de tener lo que quieren, que en este caso soy yo- Hermione advertía a su amiga misma que se comenzaba a preocupar un poco, pues lo que deseaba en esos momentos era notificarle a sus padres que se encontraba bien.

-Pero mis padres deben saber que ya estoy a salvo, no quiero que estén mas con la preocupación- Indicaba Casey para que su amiga pudiera notificar todo aquello a los progenitores de la morena.

-Te llevaremos al colegio Hogwarts, por el momento es el lugar más seguro ya que hay medidas extremas de seguridad, incluso las Marionetts no pueden ni intentar entrar- Draco le indicaba mientras continuaba desayunando, pero la chica tenía fruncido el ceño pues no tenia idea alguna de todo lo que estaban diciendo.