Si me amas... No se lo digas a nadie

Fantasma

Despues de saber algunas cosas de las cuales todavia tenia muchas dudas, Hermione decidio tomar con calma todo el asunto de la sangre alfa y concentrarse en destruir los Horrcrux que faltaban, pues era la unica manera de evitar que Voldemort se hiciera inmortal e incluso semidios como aquellos seres malvados de Gringotts. Habian entonces cambiado de lugar y se habian movido a otro sitio para evitar ser interceptados, ahora se encontraban un poco mas contentos ya que habian destruido uno de los horrcrux, aunque realmente la castaña era quien lo habia hecho.

Esos dias que habian estado desconectados de la cuidad no queria decir que ellos no supieran todo lo que estaba ocurriendo. Durante esos lapsos se enteraron que por radio se transmitia un programa en especifico donde se hablaba en claves para que todas aquellas familias fugitivas por el ministerio llegaran a un lugar seguro, mismo que era conducido por los hermanos Fred y George, asi mismo constantemente recibian noticias a travez del quisquilloso donde se mencionaba que en el colegio Hogwarts la estaban pasando de mal en peor, pero afortunadamente el Ejercito de Dumbledore estaban ahi para ayudar a todos los estudiantes que eran sometidos a las peores torturas por parte de los mortifagos, que por alguna razon ahora eran "maestros" del colegio.

Cada que cambiaban de lugar notaban que habia estragos que de seguro eran causados por los mortifagos o en su defecto por los semidioses sirvientes de Hecate, y aunque aquella diosa todavia no despertaba, les llegaban noticias de varios sitios destruidos en la region. Hermione penso en sus padres, en sus amigas, en todos los que esperaba aun se encontraran con vida, ya que no soportaria perderlos o verlos sufrir en manos de seres tan horribles como aquellos semidioses. Harry y Ron por su parte solo se dedicaban a indagar mas al respecto de los Horrcrux, por lo que el chico de la cicatriz recordaba todo lo que habia estudiado con Dumbledore cuando le daba clases particulares.

Concluyo entonces que si los Horrcrux eran objetos preciados del mago tenebroso debian ser aquellos que le hubieran dado verdadero significado de vida pues Hermione habia recalcado ese punto, asi que realizo una lista de los que ya llevaba, el diario de Riddle, el anillo de merope Gaunt y ahora el guardapelo, solo faltaban cuatro mas que debia de aniquilar por lo que decidio pensar seriamente las cosas y acudir con alguien que de seguro conocia toda la historia de Hogwarts y por lo tanto a Voldemort mismo, esa persona era nada mas y nada menos que Batilda Bagshot historiadora de Howgarts, asi que les indicaba a sus amigos que debian ir para alla a la brevedad posible.

Hermione seguia todavia pensando en la existencia de Hecate o en su despertar si en algun momento aquellos semidioses atacaban de nuevo, asi como tambien recuperar sus recuerdos a toda costa, por lo que inmediatamente toco su broche de Cronos para llamar al chico platinado.

-"Draco, por favor, necesitamos vernos, te veo debajo del puente de Londres en una hora, es importante que vayas solo"- Indicaba Hermione al tiempo que ayudaba a sus amigos a realizar otro encantamiento protector en otro sitio para camuflajearlo. En unos instantes el platinado contestaba afirmando que iria al lugar, asi que la castaña debia ingeniarselas para poder escapar de sus amigos para poder hablar con Draco.

Cuando por fin los chicos se encontraban de lo mas ocupados planeando ir a la ciudad natal de Batilda, la castaña les sirvio un poco de te para que tranquilizarlos, ellos entre tanto de lo mas agradecidos aceptaron las tazas para posteriormente sentirse adormilados y al poco tiempo se quedaron profundamente dormidos. En ese instante la castaña aprovecho la situacion y se apresuró para desaparecer del lugar. Al cabo de unos instantes se encontraba debajo del puente de Londres, sitio donde se habia citado con el chico, miraba la ciudad contemplando la belleza nocturna misma que provocaba un poco de nostalgia pues deseaba que todo terminara para disfrutar de ella. Entonces sintió que alguien aparecía en el lugar y efectivamente era el platinado mismo que portaba su mascara de mortifago, señal que acababa de llegar de una misión.