Si me amas... No se lo digas a nadie

El impulso de Astoria

El ser parte del club selecto de Slughorn daba a los miembros bastantes ventajas como las de librarse de algunos castigos impuestos por otros profesores, ya que el docente de pociones intercedía por ellos para ayudarlos a escapar de ellos. Hermione detestaba cualquier tipo de distinciones aun sabiendo que ella podía resultar beneficiada con ellos ya que su mentalidad era siempre "igualdad para todos", viniendo de una educación andrógina y anti-facista se podía esperar aquella actitud de defensa que tenía sobre los derechos de los demás.

La castaña se encontraba siempre ocupada entre asesorías y clases que tomaba, sin contar con el sinnúmero de alumnos que le pedían un lugar para ir a Hogsmade a tomar aunque sea una cerveza de mantequilla, era obvio que necesitaban distraerse después de tantas cosas que pasaban en el mundo mágico. Hermione se encontraba en ese momento anotando a tres alumnos de Ravenclaw para la salida del próximo sabado custodiados por un auror para su protección, de repente sintió una mano que tocaba su hombre haciéndola sobresaltar.

-Hola Hermione, veo que te has vuelto asustadiza- Reía un poco McLaggen al ver a la castaña casi soltar la lista.

-Creo que comienza a ser costumbre para ti el ponerme los nervios de punta grandísimo tonto- Hermione le daba golpes con la lista riendo a la vez, ya que no dejaba de parecerle gracioso la manera en la que la sobresaltaba.

-Perdón, perdon, me declaro culpable de todos los cargos-Cormac no dejaba de reír mientras recibía aquellos golpes de la chica.

-Pues en lugar de estar asustando a las personas deberías estar en tus clases no te parece?- Comentaba Hermione ordenando la lista y asignando a nuevos aurores para las escoltas de los alumnos.

-Tengo hora libre, creo que ahora que estamos en sexto no tenemos demasiadas- Puntualizaba el chico quien todavía sonreía.

-Pues no deberías estar holgazaneando en los pasillos, las personas que son productivas tratan de ocupar su tiempo y aprovecharlo al maximo- Le comentaba sarcásticamente la castaña quien estaba ahora caminando junto con el chico.

-Pues lo estoy aprovechando ahora, no todos somos Hermione Granger para estudiar todo el tiempo- Comentaba Cormac quien intentaba reírse, pero se vio detenido por otro golpecito que la castaña le había dado.

-Y no todos somos Cormac McLaggen para perder el tiempo, vaya que eres incorregible- Hermione volvía a hojear la lista que tenía que presentar a la profesora McGonagall para otorgar los pases de salida a Hogsmade.

-Sabes?, no todo en la vida es estudiar, tambien hay otras cosas como el pasarla bien con tus amigos y divertirte un rato, te harás anciana mas pronto de lo que crees Granger- Cormac estaba de nuevo bromeando con la castaña quien ahora mas que nunca estaba golpeándolo en aquel duro hombro hecho por Quidditch.

-Cormac, me estas diciendo anciana y aburrida?- Indicaba la castaña a quien le empezaba a doler la mano de tanto golpearlo, debía admitir que los músculos de McLaggen eran acero puro.

-Basta Hermione o me las pagaras, ya fue suficiente de que siempre quieras golpearme- Se reía el muchacho quien a decir verdad disfrutaba aquella muestra de coraje de la castaña, eran como caricias para él.

-Pues deja de llamarme anciana entonces McLaggen, como veo que no estas haciendo nada deberías acompañarme a entregar la lista con McGonagall- Comentaba Hermione quien se estaba sobando un poco la mano por los mismos golpes que le daba al castaño por aquella broma.

-Es castigo o premio?- Indicaba pícaramente el castaño.

-No hagas que pierda la paciencia gusanito- Hermione le decía al castaño con el dedo índice en forma de reprimenda, pero no se fijo que lo volvió a llamar como cuando eran novios, cosa que hizo ruborizar a la Gryffindor.