El tiempo me llama

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Hannover regresaba de una reunión de negocios ya que al pertenecer al mundo mágico contaba con una importante fábrica farmacéutica que se había extendido hasta casi toda Europa. Después de tener una junta con los jefes de área se apresuró para regresar a la mansión pues tenia algo demasiado importante que hacer, abandonó su oficina indicándole a su asistente que debía cancelar sus compromisos hasta el día siguiente, al mismo tiempo que le dejaba instrucciones para mandar los memos necesarios a los jefes de departamento de la próxima junta plenaria en la compañía farmacéutica. Al bajar por el elevador miró la hora y se irritó un poco al verificar que ya iba tarde al asunto que tenía pendiente, en ese instante se apresuro a tomar su coche ignorando al chofer quien abría su puerta para que entrara. En aquel instante Murdock recibió una llamada de su asistente Armand.

-Que quieres?, espero me tengas noticias de Cruiser, no es posible que se lo haya tragado la tierra.- Replicaba bastante irritado el hombre de cabello cano, pues estaba demasiado molesto por haberse desocupado tarde.

-Si mi señor, de hecho ya lo capturé, asigne a Agata y a Circone aquella misión y regresaron con éxito, solo que por ahora esta inconciente- Armand afirmaba con toda seguridad haciendo que Hannover no tuviera más remedio que aceptar lo que le había dicho.

-Mas te vale que digas la verdad, o de lo contrario responderás ante mi, por lo pronto debemos de mantenerlo con vida, es crucial esa información o de lo contrario todo se echará a perder Armand, así que de ti depende todo esto- Hannover comenzaba a levantar la voz haciendo que sin querer el chofer volteara por el retrovisor para comprobar el rostro de su jefe que se comenzaba a poner rojo.

Murdock colgó la llamada todavía irritado pues ahora estaba retrasado con aquel asunto que tenía pendiente, así que para descargar todo aquello le indicó al chofer que conducirá rápidamente para no llegar mas tarde, seguido a esto el conductor se apresuró lo más que podía pues de lo contrario sabía que su jefe lo despediría.

El portón de finos grabados de la mansión se abrió lentamente, cosa que irritó aún más al hombre de cabello cano, por lo que el chofer no se esperó a que todo el portón se abriera para pasar pues su jefe le imperaba que se estacionara rápidamente. Hannover abrió la puerta y caminó rápidamente hacia el vestíbulo donde el ama de llaves lo esperaba para disponer la comida, pero el hombre le hizo caso omiso al imperarle que no fuera molestado ni mucho menos le pasara ninguna llamada. Continuó su camino hacia su despacho mismo que estaba pulcro y ordenado, cabe mencionar que Hannover era un hombre de mundo y sofisticado pues a lo largo de su vida le gustaba coleccionar piezas únicas de todo el mundo mismas que exhibía como trofeos en su oficina privada. Se dirigió a uno de los libreros que contenían varios manuscritos famosos, tomó uno de ellos y lo acomodó en otro lugar estratégicamente para que éste se abriera. En aquel momento el librero se apartó para dejar ver unas escaleras que conducían a una especie de sótano, por lo que bajó lo más rápido que podía pues suponía que iba a haber problemas.

Llegó por fin después de caminar por un largo pasillo a una puerta de metal con chapa de oro, la había mandado a hacer por uno de los duendes de Gringotts, mismos que se caracterizaban por aquellos portones impenetrables. Con unos movimientos de su mano tocó algunos puntos de la puerta para que ésta se abriera, y al entrar por fin pudo dar un respiro pues ya se encontraba en aquel lugar con solo un ligero contratiempo.

Aquella cámara tenía un aroma bastante hermoso, una especie de esencia de lila con algo de alcatraz, lo que ambientaba perfectamente aquel lugar lúgubre cubierto de alfombrado azul y adornos de lo más exquisito. Hannover caminaba lentamente para buscar a alguien que estaba dentro de aquel sitio, aspiró de nuevo aquel olor tan sutil que incitaba al deseo y al acercarse pudo ver a quien tanto deseaba, tras una cortina de seda roja se encontraba una cama con una la silueta de una mujer postrada. Murdock realizó una reverencia para mostrar respeto hacia aquella extraña figura.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora