Ojos verdes, piel bronceada.

1K 66 5
                                    

Minos escoltaba a la castaña por los aposentos del jefe principal del valle de los muertos, cada paso que daban significaba mas intranquilidad para la chica, nunca hubiera creido que conoceria al guardian de esos valles, una vez mas sintió miedo, deseaba por un momento que todo aquello terminara rápido pues desconocía el aspecto de aquel ser malévolo, observaba de reojo a Minos quien estaba demasiado serio, al parecer ese aspecto lúgubre era el que tenían todos los que estaban habitando el infierno. Ella se preguntaba una y otra vez como podía existir un lugar mas horrible que ese, recapitulaba los momentos desde que había aparecido en ese sitio costandole mucho trabajo seguir avanzando y no detenerse a contemplar tanto sufrimiento, deseaba poder ayudar, deseaba mitigar el dolor que sentían pero incluso ellos la rechazaban debido a la conciencia que tuvieron en vida que los culpaba mas que sus propios castigos.

Caminaron lo suficiente hasta llegar a otra camara, la castaña observó la puerta que era totalmente dorada con incrustaciónes de rubíes rojos, llegando a la cuenta de que era lo mas bonito que había visto en aquellos lugares. Minos extendió su mano derecha y realizó unos movimientos triangulares con ellas recitando alguna especie de cántico o mantra en una lengua demasiado antigua, incluso la misma Hermione intento descifrarlo pero era inútil. La puerta dorada se abrió en ese instante haciendo un sonido de lo mas chirriante, logrando así que el juez del infierno le indicara con la mano a la chica que él debía pasar primero, ella asintió con rapidez en señal de que estaba deacuerdo. Aquella cámara logró tener un poco mas de luz y de confort, ya que no hacia demasiado calor como en los valles cosa que le sorprendió a la castaña.

Observaba entonces que pasaban por una enorme galería, misma que contenía pinturas que databan de los principios del tiempo, desde la creación del universo hasta las épocas actuales, lo que pudo intuir que con el paso de los años aquellas pinturas se actualizaban por asi decirlo. Las paredes eran de lo mas parecido al mármol pero de color oscuro y brillante, mismos que reflejaban la luz proveniente de las antorchas que estaban puestas de lado a lado. El aroma a azufre se intensificaba por lo que la castaña estornudaba mas de dos veces, Minos en cambio estaba mas que acostumbrado a visitar aquella cámara.

-Dejarás que yo hable primero, le molesta mucho la imprudencia, si él te pide hablar hazlo, pero sera mejor que no abras la boca si el no te lo pide- Le imperaba Minos a la chica mientras continuaban caminando.

-Pues no vengo precisamente a tomar el té- Mencionaba con sarcasmo la castaña no importando la reaccion del juez del valle de la muerte.

Continuaban caminando y llegaron a un vestíbulo exquisitamente decorado, el piso era de una piedra natural aperlada misma que daba contraste con las antorchas que iluminaban el lugar. Se encontraban unas fuentes de hierro solido que emanaban lava, era la figura de unas odaliscas y de unos hombres sumamente apuestos, por un momento la castaña pensó que el jefe del infierno tenía otras preferencias sexuales, observaba retratos de hombres y mujeres muy hermosos, que distaban mucho de ser grotescos o vulgares, incluso llegó a encontrar aquel lugar algo erótico.

Minos se adelantó un poco y cerró sus ojos temblando como si intentara crear un terremoto, el juez comenzaba a vibrar por si solo demasiado rápido lo que a la castaña le provocó que retrocediera solo un poco. Al cabo de unos minutos se escuchó que una puerta se abria, pero no era precisamente una que pudieran contemplar, sino que ésta aparecía de repente frente a sus ojos misma que a diferencia de la entrada principal de la cámara estaba hecha de humo. En ese instante la castaña observó con sumo temor la figura que estaba haciendo acto de precencia, estaba realmente sorprendida que el hombre no era ni siquiera un gramo de mal parecido. Luzbel era un hombre de piel bronceada, cabello muy negro y ojos de color verde esmeralda, los labios eran carnosos y su mentón fuerte. Aquel hombre era extremadamente atractivo y guapo. Hermione le costó trabajo asociar las imagenes que había visto en historias sobre él y lo que estaba presenciando, eso sencillamente la contrariaba. Minos se puso frente a la chica y comenzó a ser el primero en hablar , cosa que a Hermione le pareció lo mas apropiado.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora