Alfa!Shanks x Omega!Reader +18

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—¿Un alfa obedeciendo a una omega? —Preguntó el ciudadano, escupiendo al suelo y sonriendo. A pesar de ello, se le notaba ligeramente nervioso ante la imponente figura del caballero pelirrojo. —¿Tan bajo ha caído este reino? ¿O acaso obedeces como un perro a cambio de un premio?

—Su majestad ___ es la reina de este territorio, independiente si es una Alfa u Omega. Y como tal, debes respetarla. —La voz del caballero se hizo aún más grave. —¿Entendido?

Como si una bomba hubiera explotado de repente, el salón del trono se inundó de las feromonas de aquel pelirrojo, las cuales opacaron rápidamente las del ciudadano. Los soldados cubrieron sus bocas, intentando aguantar las arcadas... Era más que sabido que la esencia de un alfa provocaría náuseas en otros alfas... Y sin duda, las de ese hombre eran las más fuertes, seguramente del reino.

—Ruega por el perdón de su majestad ___. Ahora. —La mirada de aquel caballero parecía atravesar su alma, como el más filoso de los cuchillos.

—Yo... Lo... Lo siento, majestad... Perdóneme por favor... —Dijo aquel hombre; su mente gritaba que huyera lo más rápido posible, como si fuera una presa ante el máximo depredador.

—...Lo perdono... —Dijo en voz alta ___, apretando nerviosamente con sus manos la falda de su delicado vestido.

—Ahora... Vete. —Ordenó el caballero, provocando que el ciudadano huyera despavorido.

—Shanks... —Dijo la reina. —Es suficiente por hoy... Mañana recibiré más súbditos... Me siento cansada... —Temblando ligeramente, se puso de pie y comenzó a bajar con cuidado por los escalones del salón.

—La escoltaré, majestad. —Dijo el pelirrojo, acercándose a ella.

Con cuidado extendió su mano, ofreciéndosela a la joven para que se apoyase y no cayera... Sabía que ella estaba asustada, podía sentirlo por su fragancia... Lo único que podía hacer era sacarla de aquel cuarto y esperar a que se sintiera mejor. Si ella fuera una Alfa, habría soportado sin ningún problema las feromonas que inundaban el lugar... Pero sólo era una Omega que había sido obligada a tomar una posición demandante y peligrosa.

—Gracias... —Dijo en voz baja, tomando la mano del caballero.

—A sus órdenes. —Sonrió comprensivamente. —¡Abran los ventanales y manténganlos así toda la noche! ¡Este salón debe estar vacío de feromonas para mañana al amanecer! —Exclamó.

—¡Sí, capitán! —Dijeron al unísono los soldados, obedeciendo sus órdenes sin dudar. Después de todo, él era la persona que más respetaban... A diferencia de su monarca omega.

El pelirrojo abrió una puerta, permitiendo que la joven de ojos ___ (c/o) caminase silenciosamente por los extensos pasillos y escaleras que la esperaban. Ambos siguieron avanzando sin decir una sola palabra y, para alivio de la monarca, no se encontraron con nadie más durante su caminata.

—Permítame, majestad. —Dijo con una sonrisa Shanks, abriendo la puerta que acababan de alcanzar.

—Gracias... —La joven se adentró en el gran cuarto real, quedando de pie a espaldas de su caballero de más confianza.

El pelirrojo entró con ella, cerrando la puerta tras de sí. Apenas la entrada fue sellada, la joven cayó de rodillas al suelo, temblando y cubriendo su boca, intentando desesperadamente regular su respiración. El vello de su piel se erizó completamente por el terror, su corazón palpitaba con fuerza, hasta el punto que parecía estar por salirse de su pecho. El caballero la miró con tristeza, sintiendo las feromonas que ella emitía... Era como un animal herido e indefenso que se enfrentaba a la muerte inminente.

Una pequeña historia (One Piece X Reader) ONE-SHOTSWhere stories live. Discover now