Destruyeme

By Neferkktiti

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Todo lo que necesitas saber es que nada puede comenzar como esperas, y nada puede acabar como imaginas. Inten... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Epílogo

Capítulo 75

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By Neferkktiti


Escucho risitas en la segunda puerta nada más llegar hacia el pasillo de las habitaciones. Para mi suerte, he encontrado la habitación Antea de hacerme un auténtico lío buscando.
Arrastro mis pies hasta ahí asomándome por la puerta, la cuál está entre abierta y puedo ver un poco en el interior de ella. Me coloco al lado de la pared asomándome, cuando veo en el interior a Hayes sentado en la cama de la pequeña Nath y a ella aún lado suyo enseñándole unos fotos desde su tablet.

Escucho decir un comentario grosero por parte de Hayes, me tapo la boca y río evitando que salga alguna carcajada de mi boca.

Siempre tan boca sucia...

—¿Tú quieres a Leah?
–escucho que dice nath derrepente.

—Claro, es mi novia, si no no estaría con ella.
–comenta Hayes.

Me escondo a un lado de la pared.
Escuchar a través de la puerta es de mala educación, pero no sabía que iban a hablar de mi.
Iba a entrar a la habitación después de unos segundos observándoles para no quitarles el rollo.

—¿Y estás enamorado de ella?

Pasan varios segundos hasta que Hayes contesta, dejándome un nudo en la garganta y el corazón latiendo a mil por hora.

Suspira.

—Más que eso. Estoy loco por ella, no te puedes hacer una idea de cuánto le quiero.

Siento un gran alivio al escuchar responderle a Nath.
Siento mis mejillas arder cada vez más y un leve cosquilleo en mi estómago.

—Si, lo sé. Se te nota en la forma de mirarla –suelta una risita– entonces si sóis novios ¿cuando váis a tener al bebé?

Escucho a Hayes toser varias veces y unas palmaditas contra su espalda por parte de Nath.
Tanto a él como a mi nos ha pillado por sorpresa la pregunta, aunque más a él, que está ahí con la pequeña Nath.

—Es.. es muy pronto, llévamos un año solamente.
–responde con la voz entrecortada.

—A mi me parece bastante tiempo. Si estás enamorado de ella y ella de ti, ¿por qué no?

—Somos jóvenes aún.. quizá más adelante, dentro de unos años tengamos algún bebé.
–murmura.

Me asomo de nuevo y veo a Nath asentir con la cabeza y mirarle fijamente.

—¿Y tú sientes esas mariposas que dicen los mayores que sienten cuando se enamoran? ¿No te da asco sentir mariposas?

Rio y niego con la cabeza. Escucho carcajadas por parte de Hayes y veo como niega con la cabeza.

—No, no me da asco porque no son mariposas de verdad. Es una forma de decir, es un ligero cosquilleo que sientes en el estómago cuando estas con la persona que amas o te gusta –toma dos segundos en silencio y vuelve a hablar– Cuando estás con ella y no puedes dejar de mirarla y quieres estar pegado a ella y acariciarle, abrazarle y darle besos. Despertar con ella por las mañanas y sentir un hormigueo por el cuerpo, el saber que estás perdido por ella y que ella de ti también lo está.
La primera persona que sabe quererte, apoyarte y calmar a tus demonios cuando nadie más ha podido hacerlo nunca... Quizá ahora no lo entiendas, pero de mayor lo harás.. pero tú por eso no tengas prisa ¿eh? Así estás bien.

Suelto unas risitas sonoras y en ese momento me doy cuenta de que la he fastidiado. Esos dos de ahí adentro se callan de repente, intento correr o más bien, trotar hacia las escaleras pero escucho la voz de Hayes atrás de mi.

—¿A dónde vas, Leah?

Cierro los ojos y maldigo en silencio, dándome la vuelta con una pequeña sonrisita.

Mi novio está apoyado en el marco de la puerta, con el brazo subido en éste y dejando su peso en el apoyado. Tiene una sonrisa ladeada en el rostro y una ceja enarcada.

—Yo.. iba a...

—¿Cotilleando a tu novio?
–ríe.

—¡Claro que no! Solo iba a entrar a la habitación con vosotros y os he escuchado hablar tan tranquilos que no quería molestar.. he escuchado solo un poco.

Hayes hace un gesto como si dijera «¿ah, si? No me he dado cuenta» de ironía.

Me acerco hacia él lo suficiente para que solamente un metro nos separen.

—¿Hasta dónde?
–pregunta dando un paso firme cortando la distancia entre nosotros.

Trago en seco.

—Lo sufiente para escucharte decir cosas realmente tiernas, amo oírte decir esas cosas..

Hayes sonríe de manera tierna, pero en seguida se desvanece su sonrisa.

Ahora la que da un paso hacia él a cortando la distancia, soy yo. Rodeando su cuello con mis brazos y atrayéndolo hacia mi pegando ambos cuerpos.

—Todo era cierto.
–murmura encogiéndose de hombros.

—Lo sé.


Nuestros rostros están lo suficientemente cerca para que nuestras narices choquen levemente y nuestras respiraciones se mezclen. Su mano se coloca en mi mejilla y su rostro se ladeada, nuestros labios están por rozarse cuando la puerta de atrás nuestro se cierra y la tos fingida de alguien nos interrumpe.

Hayes maldice entre dientes y ambos nos separamos. Con vergüenza y las mejillas coloradas doy un paso hacia un lado colocándome al lado de Hayes y lentamente levantando la cabeza para después encontrarme con Meredith. Realmente pensaba que sería Margaret o Jimmy.

—Tengo que pasar a mi habitación. Si queréis hacer algo está la habitación de los invitados, no en medio del pasillo.

Que simpática...

Hayes frunce el ceño y yo ruedo los ojos ignorándola.
Seguido se escucha la puerta cerrarse, no demasiado fuerte, pero si lo suficiente para hacer bastante ruido. Problemas de adolescentes.

[...]

Al despedirnos de Margaret ha sido algo duro, ya que nos ha abrazado y ha derrochado algunas lágrimas. Y para que mentir, aunque la haya conocido hoy, le he cogido bastante cariño. Es una mujer encantadora.

Meredith no ha bajado a despedirse, según su hermana nath estaba hablando con sus amigas y escuchando música.

—La echaré de menos.
–murmura Hayes.

—Es bonito que lo digas. Es una buena mujer.

Hayes desvía cinco segundos la vista de la carretera para mirarme y dedicarme una sonrisa.

—¿Te extraña que lo haya dicho?

Asiento con la cabeza; —Sí, no sueles expresar tus sentimientos ni emociones.

Me encojo de hombros y me muerdo el labio inferior.
Él ríe y niega con la cabeza, apartando la mano del volante y apoyándola sobre la mía para después entrelazar nuestros dedos y dejar un beso en el dorso de mi mano.

—Es verdad, pero mis sentimientos hacia ti son verdaderos–se encoje de hombros– te quiero.

—Y yo a ti.
–murmuro sonrojada.

Me inclino hacia Hayes para dejar un beso en su mejilla y volverme al asiento.

Lo que resta de viaje lo hemos pasado cantando al ritmo de la música y hablando.
Siento cómo mis ojos pesan y como falta bastante tiempo para llegar a nuestra ciudad, cierro los ojos y siento como mi cuerpo se desvanece y entro en un profundo sueño.

[...]

Me dejo caer sobre la cama boca abajo.
Con los brazos extendidos por encima de mi cabeza y hundida en el colchón, extrañaba estar acostada en la cama.

He estado todo el día fuera junto con Tristan ayudándole a elegir los nuevos muebles para su nueva casa. Y vaya que ha costado, es peor que yo eligiendo. Se ha tirado más de media hora en elegir si quedarse con el cabecero de la cama de color blanco o de color marrón bastante oscuro.
Y todo, para que al final haya optado por ir otro día a mirar en otra tienda ya que al final ninguno de los dos les convencía realmente. Un auténtico lío.

La puerta se cierra de un fuerte portazo que hace levantarme de la cama de inmediato.
Se escuchan fuertes pisadas en las escaleras y después ver el cuerpo de Hayes pasar por la puerta.
Sus manos agarran la camiseta que lleva puesta para quitársela y dejarla en el cubo de ropa sucia del baño.

—¿Todo bien?
–pregunto desde la habitación.

Hayes sale del baño después de cinco minutos, subiéndose lo que le queda del pantalón y dirige su mirada hacia mi.

—¿Por qué no debería de estarlo?

Ruedo los ojos y me levanto de la cama.
Está cabreado.

—Era una pregunta, cálmate.

Hayes resopla y se lleva una mano al pelo, revolviendolo. Me vuelve a mirar y se acerca hacia mi para envolverme en un abrazo que dura bastante tiempo.
Acaricio su espalda lentamente con las yemas de mis dedos. Él respira contra mi cuello y su respiración me hacen leves cosquillitas.

—Lo siento. He discutido con el gilipollas de Phil.

Sus abrazos abandonan mi cintura y se despega de mi. Camina hacia la cama sentándose en ésta para después tirarse hacia atrás quedando boca arriba.

—Que raro.. –murmuro con ironía– ¿esta vez por qué ha sido?

Camino hacia él sentandome en el lado de la cama que está vacío. Mirándole. Tiene los ojos cerrados y un brazo por encima de su rostro.

Suspira.

—Por nada importante. Últimamente le da por tocarme los cojones.
–se encoje de un hombro.

Rio.

—A ti todo el mundo lo hace.
–rio.

El brazo de Hayes abandona su rostro y sus ojos se abren dejando ver esos preciosos ojos que me trae loca.

—Que va, solo lo haces tú.
–ríe y le doy un leve golpe en el brazo.

—Estaba de ironía.
–me cruzo de brazos haciéndome la enfadada y Hayes sigue riendo.

Cuando menos lo espero siento las manos de Hayes tomarme de la cintura y con su fuerza tirarme a la cama para después colocarse él encima y empezar a hacerme cosquillas.Unas tortuosas cosquillas.










¡Holaaaa!

¿Os cae bien Nath y Meredith?

Por cierto, las palabras de Hayes han sido realmente bonitas muy aaww.

Nath es una niña muy dulce :)

Me encanta este Hayes y me encanta el Hayes cariñoso :)

Comentad que pensáis, os leo!

¡Nos leemos!
❤❤❤❤❤

Mi Instagram:
@Neferktiti

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