Conseguimos escapar y escondernos en algún lugar donde no nos encuentren. Tras correr y tirotear para salvar nuestro culo, la gente obviamente nos ha visto y han salido pitando de las tres plantas del casino, corriendo y gritando por los pasillos pidiendo ayuda y escondiéndose para que ninguna bala les atraviese.
Nathan, Phil, Rick y yo teníamos un arma para defensa propia por si algo como lo que ha pasado, sucediera. Y se ha dado el caso.
Nunca suelo ir con ninguna jodida pistola en el bolsillo. Mis dos puños me sirven perfectamente para acabar con el oponente, pero esta vez en diferente. Con dos puños puedes dejar a alguien medio muerto, pero contra más de siete tíos no sirve de nada, por muy bueno que seas peleando.
—Se han ido, relajad el culo.
–comenta Rick.
—Joder, eso ha estado muy cerca.
–gruñe Phil.
Guardo la pistola en el borde del pantalón en la espalda y me acerco hacia Rick. Ese hijo de puta ha echado todo a la mierda.
Le agarro por el cuello de la camiseta estampándolo contra la pared con fuerza, estoy jodidamente cabreado con él.
—¿Por qué mierda has hecho trampas? Casi nos vuelan los cojones. ¡¿Eres gilipollas?! Juro que rompería cada uno de tus huesos por...
—¡Mierda, escondeos y dejad la mierda de discusión!
–grita Nathan en voz afónica.
Suelto su camiseta de mala gana y corro a esconderme detrás de la pared de nuevo, agarrando de nuevo la pistola y preparado a que esos cabrones entren. Las pisadas se escuchan más cerca en la misma sala de donde estamos, las tres personas tiran las mesas y mueven máquinas y mesas buscándonos.
—Cubridme las espaldas.
Me agacho arrastrándome por el suelo y llegando hasta detrás de unas máquinas de apostar lejos de donde ellos se encuentran. Cargo la pistola, a punto hacia el pelirrojo y aprieto el gatillo disparándole en la pierna. Gime de dolor y cae en el suelo agarrándose la pierna, los demás buscan alrededor suya al que le ha disparado. Ahora están mas en alerta.
—¡¿Dónde coño estáis?!
–grita uno de ellos.
Me levanto del suelo frotándome las manos quitando el exceso de polvo y basura del suelo.
Me arreglo la chaqueta y preparo el arma entre mis manos apuntando al rubio que se encuentra a unos metros de distancia buscando a su alrededor.
El otro se ha ido hacía otra dirección.
Está solo, hay que atacar.
—¿Me buscabas?
Se gira hacia mi dirección cuando escucha mi voz y prepara el arma apuntándome. Sonrío con suficiencia y me muevo hacia el lado izquierdo.
—Cabrón, vas a morir.
Está a punto de apretar el gatillo, tan a punto que... termina saliendo una bala de mi amada pistola cayéndole justamente entre el entrecejo, cayendo su cuerpo sin vida en el suelo.
Ha sido buena esa puntería.
Rio y vuelvo a esconderme cuando entran tres hombres más a la habitación, llamados por el tiroteo en esta jodida sala.
—¡Mierda! Han acabado con dos. ¿Y Ronny?
–grita uno de ellos moviendo los cuerpos.
—Estoy aquí, esos hijos de puta saben jugar bien.
Miro de reojo a Phil y Nathan, haciéndoles una seña con la cabeza para atacar. Rick esta detrás nuestro vigilando nuestras espaldas.
—¡Ahí!
–grita uno.
Nuevos tiros, dos cayendo al suelo de nuevo y Phil herido.
¡Mierda! ¡Joder!
—Quédate aquí, luego volvemos a por ti. Escóndete y cúrate esa mierda, tan solo intenta cortar la sangre con algo y apriétalo fuerte.
–murmuro.
Phil gime de dolor y asiente con la cabeza. Los tres salimos corriendo hacia otra dirección acabando con el último de esos tres que ha sobrevivido.
Joder, estamos teniendo suerte por hora. Menos por lo que le acaba de pasar a Phil, somos menos ahora y más vulnerables pero podemos conseguirlo.
Rick saca una de las bombas que, no sé cuando coño ha la cogido ni de donde. Pero tampoco quiero saberlo, solo quiero que todo esto salga bien y poder salir antes de que alguno de eso hijos de puta acaben con nosotros.
—¿De dónde coño has sacado una puta bomba?
–grita Nathan asustado, viendo a Rick con la bomba y el contador a punto de empezar.
—Le pedí ayuda a un colega. Sabía que esto sucedería, es la única manera para quitarnos a estos de encima. Cerrad el puto culo y dejad de ser tan miedosos. ¡Preparaos!
Pega la bomba sobre una de las mesas, poniendo el contador: 5 minutos. Tenemos que salir pitando ahora mismo, va a volar la jodida sala.
—¡Vámonos, joder! Y dejad de discutir.
–grito corriendo hacia la puerta.
Volvemos a la sala donde esta Phil y le agarramos entre todos corriendo hacia la salida de nuevo.
Va a ser difícil poder bajar las escaleras con Phil medio aturdido y cojo, pero tenemos que salir antes de que nos pille a todos la explosión.
Mierda, esto parece una puta película de acción.
¿Cuando cojones todo se ha ido a la mierda?
Bajamos las escaleras lo más deprisa que podemos. El contador debe ir por los tres minutos y todavía faltan tres jodidas plantas.
El ascensor está atascado por la multitud de gente que todavía corre, alguien les ha alertado de que habían tiroteos en una de las salas y toda la gente está corriendo y aún gritando. Y lo hacen más, cuando nos ven correr con las armas en las manos.
Dos minutos.
Un minuto.
Se escucha el estruendo sobresaltando el edificio. Conseguimos salir fuera y ver como la quinta planta sale por los jodidos aires como una maldita película de acción.
[...]
Mierda.
Me he hecho mierda.
Las rodillas me sangran, tengo cristales clavados en el antebrazo izquierdo y seguramente en la espalda tenga un maldito rasguño porque duele como la mierda y me sangra un lado de la cabeza. Todos estamos hechos mierda por haber saltado por las ventanas de la salida del casino y tirarnos al suelo de la carretera.
Aunque no lo parezca Hannah ha estudiado medicina y es la que ahora nos está curando a cada uno de nosotros. Todos estamos jodidos.
—Joder, ten cuidado.
–gimo de dolor.
—Lo siento Hayis, estaba muy profundo.
–ríe con suficiencia.
Deja los cristales que va sacando sobre una servilleta blanca. Por lo menos son diez trozos pequeños y otros minúsculos que apenas se ven pero como joden y duelen.
Después de Hannah acabar y vendarme el antebrazo, me levanto del sofá ya que le toca turno a Phil.
Camino hacia el baño y me miro en el espejo.
—Estoy hecho mierda.
–murmuro.
Me toco la barbilla y ambos lados de mi cara, tengo sangre por todas partes. Como me vea así Leah, le voy a preocupar y me va hacer doscientas preguntas sobre lo que me ha pasado.
Tengo el brazo jodido y vendado. El rostro hecho mierda entero, con moratones, rasguños y heridas.
Parezco haber salido de una pelea de gatos o de alguna película de acción y haber acabado así.
Joder.
Aunque más o menos se asemeja a la realidad.
—¿Vas a decirle algo a Leah? Me acaba de llamar, pero no he cogido la llamada.
Me giro hacia Nathan, quien está apoyado en el marco de la puerta; —Luego la llamaré.
—Está preocupada, me ha enviado un mensaje hace unos minutos después de la llamada. Deberías llamarle lo antes posible.
¿Qué cojones de que luego la llamaré no entiende?
Frunzo el ceño y le empujo hacia un lado para pasar y caminar hacia la cocina.
—Te he dicho que lo voy hacer.
—Eh, vale, tranquilo. Relájate, bastante mierda hemos tenido por hoy.
–murmura y se da la vuelta.
Leah
El teléfono suena y dejo el mando de la televisión caer contra la cama, estirándome hacia la mesita de noche para agarrar el móvil y sin ver quien es, tomo la llamada.
—¿Hola?
–pregunto dudosa de que sea él.
—Hola nena.
Suspiro al escuchar su voz por la otra línea; —Me has tenido preocupada.
—Lo siento, he estado demasiado ocupado. ¿Has llegado a casa?
—Sí, me trajo Jake. ¿Has escuchado las noticias? Han puesto una bomba en el casino del centro. ¿Quién habrá podido ser?
Un silencio ocupa la línea por unos cuántos segundos hasta que su voz vuelve a escucharse.
—Ni idea, que les den.
Ruedo los ojos por su comentario y agarro de nuevo el mando para cambiar de canal.
—Tío Hayes, Phil está sangrando. ¡¿Dónde coño tienes el botiquín de emergencias o alguna venda?
Se escucha la voz de uno de los amigos de Hayes, que, creo que es de Rick si no me equivoco.
Son las doce de la noche y pensé que ahora estaría solo no acompañado de gente. Mi mente procesa lo que ha dicho Rick: ¿Phil está sangrando? ¿Por qué?
—Está en el baño, cállate. Lo siento, todavía siguen aquí estos gilipollas.
Suspiro contra el teléfono.
—¿Esta Phil bien? –pregunto preocupada– ¿qué le ha pasado?
—Nada, se ha cortado con un cuchillo. No te preocupes. Tengo que irme, hablamos otro día. Te quiero nena.
Cierro los ojos y asiento con la cabeza.
—Está bien, te quiero.
–cuelgo.
Me tapo con las sábanas hasta la cintura, esta noche hace fresco y estamos entrando en el invierno y ya se empieza a notar el frío.
Apago las luces y me acurruco en la cama, viendo la televisión hasta quedarme completamente dormida.
¡Holaaa!
Aquí os traigo un día más otro capítulo :)
Algo lleno de tensión y acción.. Jajaja
¿Os gustan los capítulos de acción?
Esto fue algo muy loco y fuera de la historia, pero Hayes está metido en un mundo "peligroso" entonces.. me pareció buena idea meter algo de acción aquí!
Espero que os haya gustado, si es así, házmelo saber él comentarios. Siempre os leo y respondo!
¡Nos leemos!
❤❤❤❤
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