Destruyeme

By Neferkktiti

3.6M 180K 16.7K

Todo lo que necesitas saber es que nada puede comenzar como esperas, y nada puede acabar como imaginas. Inten... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Epílogo

Capítulo 28

43.2K 2.3K 177
By Neferkktiti


El día ha sido demasiado agotador.
Después de que Will y yo nos marcharamos, él se ha ido a su casa y yo a la mía. Tenía cosas por hacer y yo tenía que terminar de guardar y ordenar las pocas cosas que faltaban en las cajas.

Apago la luz del salón, paso por el pasillo y apago la luz de la habitación encendiendo la de la lamparita para no estar totalmente a oscuras. Me acuesto boca arriba, mirando hacia el techo. Cuando de repente, se escucha leves golpes en la puerta principal, pero no es en la mía. Los dejo pasar y sigo intentando dormir, pero los golpes a medida que pasan los minutos se escuchan más fuertes. ¿Que está pasando ahí a fuera?

Frunzo el ceño y arrastro los pies por el suelo hasta llegar a la puerta principal. Quito el pestillo y abro con las llaves, abriendo lentamente la puerta para ver de quién se trata. Veo a un chico, dándome la espalda, una espalda ancha y grande. Tiene una botella de lo que parece ser cerveza en una mano y va vestido de negro por completo, menos su camiseta que es blanca.

Es hayes. Me cruzo de brazos.

—¿Puedes dejar de molestar a mis vecinos?

Hayes se gira hacia atrás.

Al verme, mira de nuevo hacia la puerta que estaba tocando y me mira a mi. Con gesto confundido y el ceño fruncido. Y así por lo menos cinco veces continuas, hasta que asiente con la cabeza y se acerca hacia mí.

—¿Puedo pasar?

Antes de que le pueda contestar, pasa como si fuera su casa. Como si nada.

Abro la boca y suelto un suspiro.
¿Para qué rechistar?

Niego con la cabeza y cierro la puerta detrás de mi.
Giro sobre mis talones y me dirijo hacia el salón donde Hayes se ha sentado en el sofá y esta bebiendo de la botellín de cristal de cerveza.

—¿Qué haces aquí?
–pregunto cruzándome de brazos.

—He estado llamando en todas las puertas. Buscando la tuya, hasta que pensaba que era la de enfrente.
–ríe y da otro trago.

—¿Cuánto has bebido? Y, ¿Por qué has venido aquí?
–repito.


Hayes me mira por unos segundos. Sin pestañear si quiera. Dirige la vista hacia la televisión que está apagada y se lleva la cerveza hacia la boca, otra vez.

—Estoy demasiado borracho para ir a mi casa en coche. Iba a quedarme en casa de Hannah, pero no está. Estará follando con algún tío en vete a saber donde.

¿Hannah? ¿Quién es Hannah?

—¿Está tu noviecito aquí?
–añade y deja la cerveza entre sus manos.

Refunfuño.

¿Cada chico que sea mi amigo ya tiene que ser para él mi novio?

—No, no está porque es mi vecino y mi amigo. Deja de decir que cada chico que pasa es mi novio. Eres insufrible.

Hayes ríe.

Saca un paquete de cigarrillos de su chaqueta, saca uno y lo prende. A pesar de que le he dicho que aquí no se fuma, antes de que sacara uno.

El humo comienza a salir de su boca y del cigarrillo, desvaneciéndose por el aire y dejando olor a tabaco.
Comienzo a toser cuando la nube de éste se acerca hacia mi. Muevo ambas manos moviendo el aire intentando alejarlo de mí.

—Aquí no se fuma. Si vas hacerlo, ve al balcón. Vas a dejar todo esto lleno de maldito olor a cigarro.

Le apunto con el dedo a él y al balcón. Al principio parece que me hace caso, pero se levanta del sofá y su gran cuerpo se acerca hacia mi.

Cada vez que está cerca mio puedo ver lo grande y alto que es. Me siento pequeña cuando estoy al lado suyo.

Se coloca enfrente mío. Da una calada al cigarro y expulsa el humo en mi rostro. Siento como el humo inunda mis fosas nasales y comienzo a toser varias veces. Mientras que él ríe.

—¿No me digas? Que lástima que no haga caso a tu mierda de norma. Fumo cuando quiero y donde quiero, y ahora, quiero hacerlo.

Me muerdo la carne interna de la mejilla. Doy un paso hacía él. Un único paso, el que nos separa de la poca distancia que hay entre nosotros.
Estiro mi mano y agarro el cigarrillo de entre sus labios y lo tiro al suelo pisándolo. Sé que no debería haber hecho eso, y que después voy a tener que recogerlo. Pero quería quitarselo.

—Aquí no se fuma. Entiéndelo, señor: rompo las normas siempre cuando me salen de los huevos.

Doy un golpe con el dedo índice en su pecho.
Él me mira y frunce el ceño, apretando su mandíbula con fuerza.

—No sabes lo que has hecho.
–murmura en voz floja, convirtiendose su voz en ronca.

Trago en seco pero intento mantenerme segura, no me da miedo. Pero como siempre digo, no sé que es capaz de hacer.

—Apagarte el cigarro.
–lo enfrento.

La mandíbula de Hayes se contrae más. Sus puños se cierran y los nudillos raspados de estos comienzan a tomar un ligero color blancuzco.

Pasan varios segundos en silencio hasta que veo a Hayes lanzarse hacia mi, tomándome por los hombros y empujándome hacia la pared más cercana con fuerza. Haciéndome algo de daño al chocar contra esta.

—Nadie en esta puta vida me en frenta. Nadie me quita un cigarro y mucho menos, para tirarlo al jodido suelo. ¿Crees que por ser chica vas a poder irte de rositas? –ríe secamente– Tienes esa suerte.

Vuelvo a tragar en seco.
Ahora si estoy empezando a asustarme.

—¿Por qué fumas? ¿Por qué siempre eres tan frío y tratas tan mal a toda la gente que te rodea? Incluso esas personas que a penas conoces. Explícame por qué eres tan misterioso. Quiero entenderte.

No sé porque he preguntando todo eso. Pero el miedo que se está formando en mi, hace que comience a preguntarle cualquier cosa para distraerlo y que no me haga daño.

—Déjate de preguntas de mierda –dice bruscamente– es mi jodida distracción, es una adicción que no se puede quitar. Es mi jodida vida.

Frunzo el ceño.

—Eres un idiota, un ser arrogante, egocéntrico, imbécil, posesivo, y un...

Grito mientras le doy golpes en el pecho y muevo la otra mano en el aire.

Cuando siento algo presionar mis labios con fuerza. Sus labios están pegados a los míos, una de sus manos está tomando mi cintura con fuerza, mientras que la otra sostiene mi nuca. Me separo de él haciendo fuerza, colocando ambas manos en su pecho y echándome hacía atrás.

—¡No vuelvas hacer eso! No tienes derecho para besarme cuando se te venga en gana, ¡estamos discutiendo!
–grito.

—Cállate.

Oh, no querido.
Nadie me dice que me calle.

—¿Sabes que te pasa? Que eres un maldito idiota, estás acostumbrado a tener a cualquier chica y no vas a tener siempre todo lo que quieras, no vas hacer siempre lo que te apetezca. ¿Sabes? Eres tan irritante.. ¡Ni si quiera sé por qué has venido hasta aquí solamente para conseguir que discutamos!

—¿Quieres que te diga lo que eres tú? Una niñata mimada de mierda, que ha tenido todo lo que ha querido en su vida. Nadie te lo ha dicho, pero eres una...

Antes de que hable, alzo la mano y golpeo su mejilla cuando le pillo desprevenido. Hayes gira su rostro, contrae la mandíbula y lentamente devuelve su rostro hacia mi.

—No vas hablarme así nunca más. ¡Lárgate de mi casa ahora mismo! ¡Vienes como si fueras un amigo, como si fuera tu casa y encima tienes el maldito descaro de decirme todo esto!

Intento aguantar las lágrimas de rabia.
Intento no llorar en frente suya, aunque sean de rabia, no quiero hacerlo.

Siento su peso contra mi, de nuevo rodeada entre la pared y sus brazos. Los cuáles están a cada lado de mi cabeza y su rostro está demasiado cerca del mío.
Su respiración es fuerte y densa.

—Te dije una vez que no hicieras esto. Y lo has vuelto a repetir, ¿quieres saber las consecuencias que te van a llevar por haber hecho esta mierda?

Las aletas de sus fosas nasales se mueven, está cabreado y su respiración es demasiado, demasiado fuerte. Estoy un tanto por ciento asustada, pero no llega al límite.

—¿Qué? ¿Acaso vas a pegarme? Venga, hazlo. No te tengo ningún miedo.

Intento en frentarlo a pesar de que no debería hacerlo. A saber cuáles son las consecuencias que tenía pensado. Eso es lo que me asusta.

Sus ojos grises me miran. Sus pupilas están bastante dilatadas y a penas pestañea. Mantiene su mirada clavada en mí.

Antes de que pueda hablar, acorta las distancias volviéndome a besar frenéticamente.
Sus manos agarran mis caderas pegándome a él lo más que puede y con fuerza me alza quedando mis piernas alrededor de su cintura. Y esta vez no lo aparto. No porque no quiera hacerlo, si no, porque no puedo. Una sensación extraña en mi, me dice que siga el beso. Pero no voy a dejar que nada más ocurra.
















¡Hoooola!

Wow wow wow...
¿Que creéis que pasará?

Ambos son muy cabezotas y bipolares jajaja.

¿Que creéis? ¿Leah le apartará o habrá acción?

Comentad, os leo siempre!

¡Nos leemoos!
❤❤❤❤❤❤

Mi Instagram:
@Neferktiti

Continue Reading

You'll Also Like

49.2K 6.7K 36
Tras la sorpresiva renuncia a la realeza del príncipe Gael, Alexandra de Arcaría es la siguiente en la linea de sucesión a la corona. Pero el reino n...
68.8K 8.2K 46
Durante años y cada vez que su antecesor gobernante fallecía, el reino de Damaria se ha visto envuelto en una disputa: ¿Quién sería el siguiente en o...
275K 14.8K 40
Ayla Walker pasó de ser una simple fan de la formula 1, que sólo fue a una carrera gracias a un concurso, a ser la nueva novia de Charles Leclerc, pi...
45.6K 6.1K 36
Admirada por otros y envidiada por más, con una vida llena de tragedias, lujos y perdidas, la reina de Obsidiana logro convertir a su reino en "La ti...