Capítulo 111. SIEMPRE JUNTOS

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-Bueno, le hice casi los mismos estudios que la semana pasada, solo que le sumé algunos más en los tobillos y las rodillas, y llegué a una conclusión muy... difícil, pero que será lo mejor.- Va diciéndoles el doctor, en lo que ellos se miran mutuamente con confusión y preocupación.

-¿De qué se trata?- Le pregunta Katara, abrazando un poco a su hijo.

-Estas partes en su cuerpo han estado fallando más y más, y me temo que ya no es posible que camine.- Les dice el profesional, provocando suspiros en los dos que le escuchan. –En los últimos días se ha encorvado bastante más, sus órganos se han comprimido impidiendo que la sangre circule con normalidad... Lamento informar que su estimación de vida no es muy larga. No creo que pase de... de hoy.- Termina por decir el doctor.

Sin poder creerlo, Tenzin y Katara se miran por un momento y bajan la mirada.

-Lo siento mucho.- Les dice el doctor, sin ánimos de levantar la mirada.

-Lo entendemos.- Le interrumpe Tenzin. –Gracias por venir.

Una vez el doctor da la vuelta al pasillo, Tenzin sostiene a su madre Katara en un fuerte abrazo, mientras ve hacia las puertas corredizas que llevan a la habitación de su padre. Después de un breve momento, Katara decidió entrar en la habitación. No quería dejar solo a Aang en ningún momento, mucho menos en aquella etapa. Tenzin, por su lado, decidió esperar fuera.

-Concejal Tenzin...- Oye de pronto, levantando la mirada y viendo en el extremo del pasillo a uno de sus fieles acólitos. –Acaban de llegar sus hermanos.

Al oír aquello, el Maestro Aire de 34 años se pone en pie y va tras el acólito. No ha visto a sus hermanos en años, desde que apenas tenía 21 años y ni había sido elegido Concejal. Ha pasado mucho tiempo, han pasado tantas cosas, y ahora se han reunido para aquello... Tal y como dijo su madre, es algo muy triste, pero no era momento de estar triste, era momento de acompañar y apoyar a aquel que los tres amaban por igual. El gran Aang.


~*~*~


Después de haber hablado con el doctor y haber recibido su diagnóstico final, Aang se quedó un minuto solo y al instante su mente se alteró. No le había gustado nada lo que le había dicho el profesional, quien le había revisado con sus poderes curativos de Agua Control una vez más y hecho análisis en sus músculos, huesos y órganos. La conclusión era no caminar, y para alguien que había caminado, corrido, saltado y volado toda su vida, eso era sentenciarlo.

Más tarde entró Katara, mientras Tenzin se quedaba fuera, y ella se ocupó de reanimarlo. La verdad es que Aang había quedado muy mal tras saber que ya no volvería a levantarse de esa cama, pero tras haber recibido una buena justificación, no tuvo más que aceptarlo. Después vino otro problema: la presencia inminente de Bumi y Kya en la Isla.

Al principio Aang se negó, pero cuando supo por una joven acólita que ellos ya estaban en la Isla, no pudo hacer más. ¿Su motivo? Quería que la menor gente posible le viera en aquel difícil momento, cuando él siempre había sido tan saltarín, alegre y lleno de vida. Estar echado en una cama, literalmente postrado, era algo que quería que no durara mucho... y eso significaba...

Soltando un suspiro, Aang terminó por quedarse solo un momento, mientras Katara salió para recibir a sus hijos y explicarles de forma calmada y correcta lo que estaba sucediendo.

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