Capítulo 63. Mentiras y amores sin culpa

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Es un nuevo día en Ciudad República, y como cada inicio de semana, los cinco Concejales que forman el Concejo de la República Unida se reúnen tras las puertas del Ayuntamiento para una nueva reunión, tan solo que aquel día el joven Concejal por la Nación del Aire no está, así como durante las últimas semanas, en algunas ocasiones siendo reemplazado por Aang.

-Presidente Sokka, ya no se puede soportar más esta situación. Hemos hecho un buen trabajo en ocultarle la verdad al pueblo, pero es momento de que sepan que una quinta parte no está siendo representada como es debido.- Le dice el Concejal Asmuth.

-Pienso igual. Si el Avatar Aang no presenta a su elegido en una semana, deberemos llamar a Elecciones Abiertas.- Dice el Concejal Kayak.

-El representante por los Acólitos siempre fue elegido por Aang, ¿por qué extraños deberían elegir a quien va a representar a una minoría?- Dice Sokka, frunciendo el ceño. –No hay más de un par de docenas de Acólitos viviendo en el Templo Aire de la Isla y en la Ciudad. Si Aang aún no ha elegido a su representante es porque ha tenido otras cosas en las que pensar.

-Sabemos que últimamente ha estado ocupado, con su tercer hijo y todo lo que ello conlleva, pero no es democrático lo que estamos haciendo, Presidente. Hable con el Avatar, sé que usted le podrá convencer de que apresure su decisión.- Le dice Merceth, siendo muy lógica.

-Eso haré, pero ahora debemos tener esta reunión.- Dice Sokka, tomando asiento.

-¡No comiencen sin mí!- Oyen de repente, cuando al voltearse se encuentran con Jingbo. Este acaba de entrar corriendo al gran salón, sorprendiendo a todos.

-Jingbo, ¿qué haces aquí? Creí que en dos días te mudabas, ¿no deberías estar preparando lo que sea?- Le pregunta Sokka, viéndole subir poco a poco los escalones, muy agotado.

-Es que me... me... eh, me parecía algo muy maleducado de mi parte no venir a... eh...

-Calma joven, respire.- Le indica Merceth, señalándole un vaso de agua.

Acercándose un poco más, Jingbo bebe un poco de agua, y una vez está recuperado, sonríe.

-No me parecía correcto abandonarles así como así.- Dice Jingbo, tomando su lugar.

-Entonces, ¿no te mudarás al Templo Aire del Este?- Le pregunta Asmuth, sorprendido.

-Oh, sí, sí. Lo haré, y me voy con mi pareja en un par de días, sin embargo no me parecía bien que se enteren por otros, y no por mí mismo. Y me quería eh... despedir.

-Eso es muy lindo de tu parte, Jingbo.- Le dice Sokka, animándose un poco. -¿Te gustaría pasar al frente?- Le propone, señalándole el frente de la mesa, en donde suele pararse él cuando debe presentar un tema de gran importancia como Presidente del Concejo.

-Eh, ¡sí!- Exclama Jingbo, corriendo hacia ahí. –Wow, siempre quise estar aquí... es decir, eh. Siempre fue todo un sueño todo lo que viví aquí, en el Concejo. Siendo parte del Gobierno de la República Unida, una locura para un joven acólito para mí, y es un poco más loco abandonar este gran sueño, aunque sea por un sueño mucho más grande.

-¿Y te gustaría contarnos de qué se trata?- Le pregunta Merceth, sonriendo amablemente.

-Bueno... me enamoré. Y sé que la mayoría de ustedes, Concejales de grandes edades podrían pensar ahora mismo: ¿por qué escuchamos a un jovencito que se enamoró, en lugar de estar metidos en nuestro trabajo? Que básicamente es hacer de un mejor lugar a Ciudad República para sus ciudadanos; pero no se preocupen. Mi historia toca mucho ese tema. No me siento ni me sentiré nunca cómodo aquí, con la pareja que tengo y los gustos que tengo.

Avatar. Siempre JuntosWhere stories live. Discover now