Capítulo 33. La boda de Aang y Katara

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El Sol se encuentra en su punto más alto, en mitad de un cielo despejado de un intenso color azul. Aquel día, un reducido grupo de personas se ha reunido en el muelle de una inmensa, bella y artificial isla. Han pasado 24 horas desde la inauguración y fundación de la República Unida, por lo que en todos se ve una gran alegría y emoción, y el motivo para estar ahí no es más o menos especial, esa tarde por fin se cumplirá el sueño de Aang.

-¡Todo está listo Aang!- Exclama Jingbo, llegando junto a otros acólitos.

-¡Perfecto, perfecto!- Exclama el monje, saltando de la alegría. Lleva puesta su túnica amarilla que utiliza para cada evento especial, aquella misma que usó en la Coronación de Zuko hace ya 10 años, aunque modificada ya que desde entonces ha crecido bastante.

-¡Su atención, por favor!- Exclama Jingbo, dirigiéndose a todos los amigos y conocidos que han asistido ese día. –Nos encontramos en el muelle, en el extremo principal de llegada de un gran sueño que nuestro querido héroe, el Avatar Aang, tuvo hace ya dos años, en donde veía un futuro prometedor para su cultura dentro de lo que ahora es una República que une a las Cuatro Naciones y que jura mantener la paz entre maestros y no maestros. Para decir un par de palabras, aquí la prometida de Aang, ¡Katara!- Anuncia a continuación.

Los aplausos a Katara, quien avanza hacia un lado de Jingbo un tanto apenada, no se hacen esperar. La joven Maestra del Sur observa a su amado un poco más atrás hablando con uno de los acólitos, probablemente ordenando cómo deben ser los últimos detalles para cuando todos sean llevados al interior de la Isla, sin embargo siente que el joven de 22 puede escucharla.

-Bueno, me gustaría agradecer a todos por haberse presentado hoy. Me encanta ver a todos nuestros amigos presentes, a pesar de que tengan agendas ocupadas por los importantes líderes que son...- Dice, refiriéndose a la presencia del Señor del Fuego Zuko. –E incluso por sus condiciones que pueden no ser las más adecuadas para viajar tanto.- Agrega, refiriéndose a Mai, quien está embarazada de tres meses ya. –He pasado los últimos años junto a una de las personas más cariñosas, atentas y pasionales del mundo, y he podido ser testigo de cómo ha organizado y preparado cada mínimo detalle de esta gran Isla.

Al decir todo ello Katara logra llamar la atención de Aang, quien se gira para verla...

-Hoy por fin puedo ver cómo todo por lo que ha luchado, se vuelve una realidad. Tantas horas de esfuerzo, de planeación, de sueños, de esperanza y de amor han valido la pena. No puedo no decir cuán orgullosa estoy de todo lo que él ha logrado. Después de 100 terribles años de guerra, después de 110 años de haber perdido a su gente, Aang nunca bajó los brazos, nunca se rindió, siempre buscó preservar su cultura viva, ya sea al no matar al Señor del Fuego Ozai o creando a los Acólitos del Aire. Es un ejemplo para todos de alguien que lucha por lo que cree verdadero y justo, es un amor de persona y me emociona saber que siempre luchará por defender lo que cree correcto, y lo que es correcto para su cultura, su gente y el mundo.

Tras decir ello los aplausos no se hacen esperar, y Katara recibe un abrazo sorpresa de Aang, quien le ha oído completamente e incluso se ha emocionado, lo que ha emocionado un poco a algunos de los presentes. Una vez el abrazo culmina, el joven sonríe a todos y vuelve corriendo hasta uno de los acólitos, subiendo junto a él por las escaleras de la colina para seguir lo suyo.

-Eso ha sido muy lindo, Katara, sin dudas se nota y logra sentirse vuestro amor.- Le dice Suki.

-Gracias Suki, realmente siento que todo lo que estamos viviendo es un sueño hecho realidad, ya no puedo esperar a la próxima semana. Casarme con él será increíble.- Cuenta Katara.

-El amor es maravilloso, sin dudas.- Vuelve a decir la guerrera Kyoshi, uniendo sus manos.

-Sokka, ¿cuándo llevarás a Suki al altar? Ya rozan los 30.- Se burla Katara.

Avatar. Siempre JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora