Capítulo 92. Hojas de Vid

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~*~*~ RELATA IROH ~*~*~

Desde el inicio de los tiempos, tal y como ha habido vida, se dice que ha habido fuego. Y aunque algunos digan que no, el fuego es algo tan poderoso y tan único que sobrevive a los tiempos oscuros y resiste siendo defendido por cada una de sus fuertes llamaradas.

El fuego es el elemento del poder. El fuego es el elemento de la vida. Cuando el mundo y su gente están en crisis, el fuego les acompaña en aquellas largas veladas y da la fuerza y da todo el calor que se precisa para seguir adelante. Para seguir respirando.

No ha habido fuerza mayor al fuego. Tiene conciencia propia, tiene ideales propios, y estos pueden ser tergiversados por aquellos individuos que lograran dominarlo. Los ancestros aprendieron de los dragones, siendo iluminados y aprendiendo de su verdadero valor.

Desde siempre ha existido una lucha interna dentro de cada Maestro Fuego. Un lado que no desea otra cosa que la destrucción, y otro lado que busca la paz, el amor y la felicidad. Ese era su significado para los Antiguos. Y el primero, tristemente el más aprendido.

Aprovechando la llegada de un Cometa que les brindaba gran poder y gran energía vital, los Maestros Fuego, liderados por el entonces Señor del Fuego Sozin, invadieron a las otras naciones buscando expandir su grandeza. Qué equivocados estaban...

Ellos no solo transmitían un mensaje erróneo al mundo sobre su poder, sino que hacían que las próximas generaciones actuaran igual a ellos y buscasen el fin de todo aquello que no era como ellos y su cultura dictaban. Buscaban grandeza, y cayeron en lo más bajo una vez ganaron el título de genocidas, de raptores y de tiranos.

Durante un largo tiempo de mi vida, tristemente tuve un pensamiento similar. Pero, como en todos nosotros, existía ese otro lado que buscaba una buena vida sin recurrir a que los demás fuesen destruidos. Costó la vida de mi propio hijo, pero finalmente entendí que todo el sufrimiento y todo el dolor provocado, se convertiría en nuestra mayor lección.

Cuando el Avatar Aang y el ahora Señor del Fuego Zuko vencieron al entonces Señor del Fuego Ozai y a la Princesa Azula, no sólo detuvieron una guerra de un centenar de años, sino que detuvieron la transmisión de un mensaje erróneo. Aquello que el mundo había aprendido por las malas, ahora se le arrebataba como si nunca hubiese sido nada.

Dicen en las sombras, que cuando la guerra se detuvo, la grandeza de la Nación del Fuego también dejó de existir. Una vez más, cometían un error. Fue mi sobrino quien le devolvió su verdadera grandeza a su Nación, y el verdadero respeto del resto del mundo.

Cuando hacemos aquello a lo que nos guía nuestro corazón, solemos tomar las decisiones correctas. Puede ser que nos podamos equivocar, pero la humanidad se caracteriza por sus errores, por sus equívocos, pero sobre todo por el cómo aprende de todo ello.

Después de la guerra, no sólo la Nación del Fuego sino que todo el mundo debía aprender a vivir otra vez. Desde la reconstrucción de la Tribu Agua del Sur, a la lucha por la formación de la República Unida y la reestructuración del sistema en el Reino Tierra. Todos al fin y al cabo aprendieron algo, y todas las Naciones se volvieron más poderosas. No hablando del armamento, sino de su corazón. De lo que él impulsa a seguir. De sus pulmones internos...

El fuego en nuestro cuerpo suele cumplir esta función. Nos forma, y nos reforma. Incluso nos hace caer, pero nos hace levantarnos y seguir. El fuego ha servido durante miles de años como la guía a un mundo en donde el respeto y la diversidad puedan coexistir.

En mi tiempo en este mundo, he aprendido mucho.

He nacido en mitad de un mundo destruido, fragmentado y colapsado. He sido parte de esa división y de esa destrucción. He derribado muros, pero lo importante es que luego ayudé a levantarlos de nuevo. Todos cometemos errores y todos somos capaces de redimirnos.

Avatar. Siempre JuntosWhere stories live. Discover now