Capítulo 56. Los hijos del Avatar

884 26 8
                                    

Es un nuevo día en el Templo Aire de la Isla. Después del complicado día que tuvieron que vivir Haku y Jingbo, el amanecer se presenta ante ambos y ante todos en Ciudad República. Aquel día no presume ser muy diferente a los anteriores. El tercer embarazo de Katara tiene a todos un poco de cabeza, faltando tan solo tres meses para que el pequeño o pequeña llegue.

-Muy bien, y ahora...- Dice el joven enfermero que está de visita en la Isla. –A esta altura se puede conocer el sexo del bebé, y también si viene con alguna "habilidad especial".

-¡Encantadísimos de saber!- Exclama Aang, sonriendo. El mismo está a un lado de la cama, en donde está Katara. Están tomados de la mano oyendo las lecturas del joven.

-Bueno, no quiero quedarme con la duda.- Dice Katara, quien está notablemente cansada.

-Mm, está bien. Veamos...- Murmura el joven, cubriendo toda la panza de Katara con agua y haciéndola brillar. Cerrando sus ojos, se concentra en ello. –Veo a un poderoso Maestro Aire.

Al oír aquello, la boca de Aang se abre casi al instante, con la mirada fija en el joven enfermero de ojos azules y cabello negro. Una vez retira el agua y la deposita en un cuenco, Aang ve a su amada, quien parece haberse emocionado de repente, y no es para menos... Sin decir nada, el joven Avatar acerca su cabeza a la de su amada, apoyando sus frentes y sonriendo.

-Tengan un buen día.- Dice el enfermero ya desde la puerta.

-Oh ¡sí! Dile a Kylie que te pague, y gracias.- Le dice Aang en lo que este sale. -¿Lo puedes creer? Porque yo aún estoy en shock.- Dice Aang, entre risas y abrazando a su amada.

-¿Ves? Tarde o temprano llegaría el momento.- Le dice Katara, sonriendo.

-Estoy muy emocionado.- Le dice Aang, mientras se pone en pie y alisa su ropa.

-¿Ya te vas?- Le pregunta Katara, en lo que se va levantando poco a poco.

-Quisiera quedarme todo el día contigo... pero tengo responsabilidades en el Ayuntamiento. Ahora que Jingbo se mudará en unos días, necesito pensar en quién ocupará su lugar.

-Lo entiendo. Bueno, yo pasaré un día con los niños. Despídete de ellos antes de irte.- Le pide Katara, viéndolo caminar a la puerta con el ceño fruncido, por su expresión de angustia.

-Claro, no iba a irme sin hacer eso, jajaja.- Bromea Aang, saliendo al pasillo.

-Claro que sí.- Susurra Katara, cruzándose de brazos. Ella ha sentido algo muy feo de parte de Aang últimamente. Solo espera que no sea tan malo como se lo ha imaginado.

Por su lado, Aang sale de la habitación que comparte con Katara, solo para dar unos pasos a la que está siguiente a esta. Al entrar por la puerta, se encuentra a sus dos pequeños, Kya y Bumi, durmiendo en camas separadas. Al ver la ventana cerrada, se acerca a esta para abrirla, y al hacerlo la luz del Sol entra con todo, interrumpiendo el sueño de los dos pequeños.

-¿Eh...? ¡No, papá!- Grita en susurros la pequeña Kya. –Que-queremos d-dormir...

-Amaneció hace dos horas ya, deberían estar desayunando. No se desaprovechan las horas del día.- Le asegura Aang, revolviendo el cabello de Bumi para que este también despierta.

-A-ah, ¿q-qué pasa a-ahora?- Balbucea Bumi, frotando uno de sus ojos con su puño cerrado.

-Bueno niños... espero que despierten temprano y hagan algo productivo.- Les dice Aang. –Yo ya me voy al Ayuntamiento, tengo trabajo ahí.

-¿Qué? ¡No, papi! ¡Quédate!- Le pide Bumi, jalando de su túnica. –Duerme con nosotros.

-¡Sí! ¡Todos en una cama!- Exclama Kya, bajando de su cama y subiendo a la de Bumi, quien al verla le lanza una patada. -¡No seas grosero, o te llenaré la boca de agua!

Avatar. Siempre JuntosWhere stories live. Discover now