Capítulo 81. Sometidos (Inicio del Libro 6: El Caso Yakone)

471 18 0
                                    

| AÑO 127 DG |


Es una tranquila mañana de un nuevo día en Ciudad República, y como suele hacer cinco de siete días a la semana, la joven Ming ya se encuentra en su puesto de trabajo, en la Estación de Policía. Ya ha saludado a sus compañeras recepcionistas y se ha situado tras su escritorio, con su mano izquierda ocupada sosteniendo su café y la otra acomodando unos papeles.

-¿Qué hiciste el sábado, Ming?- Le pregunta su compañera del puesto conjunto.

-Oh nada... Lo de siempre. Me quedé hasta tarde leyendo un buen libro.

-Tienes que empezar a salir un poco más, ya tienes 23 y no tienes a ningún chico. El tren solo pasa una vez.- Le dice su buena amiga de cabello rubio, riendo y bebiendo de su café.

-¿Para qué? Jaja, hay tiempo... Además, el tren no suele pasar nunca por mi distrito, Tui. No hay Estación de Trenes en Ciudad República.- Le corrige, tomando un poco de su bebida.

-Sabes bien que no te hablo de esos trenes.- Le dice Tui, poniéndose en pie y aprovechando que no ha llegado nadie todavía. -¿Qué tal si esta tarde salimos Greg, tú y yo a una cita doble?

-Eh, ¿sólo los tres? Entonces no sería una cita doble.

-Obviamente le diré a Greg que lleve a un amigo. Vamos, será divertido.- Le intenta convencer.

-No puedo, Tui, tengo mucho trabajo. Me quedaré hasta tarde. Otro día.

-Siempre dices eso y nunca cumples.- Se queja su amiga, volviendo a su lugar. –No sé cómo es que soportas este trabajo. Sólo vienen señoras a quejarse por los impuestos.

-Es el único que tenemos, así que menos quejas y a trabajar.- Le dice Ming, suspirando.

-Eso es lo que dice el Jefe. No entiendo cómo un poeta de su talla puede reprimirse entre estas cuatro paredes sin vida, atrapando criminales y sirviendo a Toph Beifong.- Comenta Tui.

-Ya basta Tui, es hora de trabajar.- Le dice Ming, cuando entonces ven que una catarata de personas comienzan a entrar al edificio que apenas va abriendo. –Uf, este será...

-...un largo día.- Le interrumpe su amiga, completando la oración.

Ya han pasado un par de horas cuando Tui y Ming están ambas exhaustas. Han atendido a una multitud de personas que al parecer se pusieron de acuerdo para ir a tramitar todo, todos, en un solo día. Estando solas ese día en la recepción, sin dudas ha resultado agotador.

-Qué pena que las chicas no hayan podido venir, tendremos que almorzar separadas.

-Sí, una de las dos debe quedarse de guardia.- Responde Ming, apenada. –Bueno, ve primero.

-¡Espera! Tengo una idea. ¿Qué tal si ambas almorzamos aquí?

-¿Enloqueciste? Oscuro nos matará si nos ve comiendo en el área de trabajo. Ya sabes cómo se pone. Quizá hasta comienza con sus poemas sobre la limpieza y el orden.- Le dice Ming.

-Está bien, está bien. Ya me voy. Espero que no te ataree esa señora.- Dice riendo mientras señala discretamente a una mujer que va hacia ellas bastante agitada. –Suerte.

-Ya, vete.- Le despide Ming, girándose para atender a la mujer. –Estación de Policía de Ciudad República, ¿en qué puedo ayudarla?

-Q-quisiera, eh, eh... esto, eh... Q-quisiera pre-presentar un-una d-d-denuncia.- Pide la mujer en lo que ve hacia todos lados y se aferra a su bolso. –Una d-denuncia-a...

Avatar. Siempre JuntosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora