Capítulo 14. Él no es el único...

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-¡Nos estamos acercando a Ciudad Capital!- Anuncia Aang a sus amigos.

-Cariño, ¿crees que deberíamos ir? Zuko ni siquiera ha despertado.- Dice Katara, mirando a su amigo dormitar. –Estoy muy preocupada por él... ¿qué tal si caemos en una pelea?

-Tranquila, amorcito, Appa les sacaría en cuestión de segundos.- Ríe el monje, mirándole.

-¡¿Qué es eso?!- Exclama Sokka, intentando evadir un ataque que va hacia él.

De repente algo pequeño y metálico se clava en el brazo izquierdo del guerrero, haciendo que éste pierda el control sobre esta parte de su cuerpo. Volteándose, Aang ve que hay arqueros disparando desde las torres de vigía. Al ver cómo viene otra tanda de flechas con dardos paralizantes, utiliza sus poderes de Aire Control para protegerles en una gran esfera de viento.

-¡Ah!- Oye gritar y, al darse la vuelta, ve que le han dado a su amada.

-¡No, Katara!- Exclama Aang, perdiendo la concentración mientras va a atenderla.

La reacción de Appa, al instante, es salir de ahí, pero entonces se ve obligado a volar de una forma muy extraña, esquivando grandes rocas que son disparadas hacia él. Asomando la vista, Sokka ve que hay Agentes Dai Li en las paredes exteriores de Ciudad Volcán. Avisando a sus amigos, Toph pide que el bisonte se acerque a tierra, pero Aang está muy angustiado por su amada Katara, a quien le han dado en el cuello, logrando así paralizar todo su cuerpo.

-¡Appa, Yip, Yip! ¡Lejos de aquí!- Exclama Aang, contradiciendo a la Jefa de Policía.

El bisonte ruge de miedo, a la vez que sale despedido hacia lo alto del cielo. Tras atravesar el nivel de las nubes, Appa vuela lejos de ahí. Aang vuelve a atender a su amada, quien se encuentra muy debilitada y casi inconsciente. Toph y Sokka se encuentran junto a Zuko, quien en todo momento ha sido cuidado y vigilado por el leal y buen Momo.

Saliendo con éxito de esa área, el grupo decide que, por la seguridad de Zuko y Katara quien se encuentra paralizada por el veneno del shirshu, será mejor regresar al refugio subterráneo que la Resistencia dirigida por Ahmed ocupaba hace no más de dos días. Una vez el bisonte llega hasta este punto en las lejanías de Ciudad Capital, todo el grupo desciende y, una vez bajan por las entradas secretas, se quedan asombrados al ver a parte de la Residencia allí.

-¡Ahmed! Pero... ¿cómo?- Pregunta Aang, quien trae en sus brazos a una muy débil Katara.

-Avatar Aang, nos alegra verles a salvo...- Dice Ahmed, saludándole con una reverencia.

En cuanto Sokka entra cargando el inconsciente cuerpo de Zuko, Ahmed se espanta.

-¡Señor del Fuego!- Exclama el buen hombre, corriendo a su lado. -¿Qué ha pasado?

-El Loto Negro se encargó de echarlo en una tundra congelada, en medio del Polo Norte. Gracias a los poderes espirituales de Aang pudimos encontrarle antes de... bueno...- Balbucea Sokka.

-¿Y ustedes? ¿Cómo es que están aquí? ¿No fueron detenidos por Ur?- Les interroga Toph.

-Azula ordenó un repentino cambio de guardias, y aprovechamos ese momento para escapar. Claro que los nuevos guerreros de la Señor del Fuego no tardaron en llegar, y detuvieron a muchos de nosotros, entre ellos a Xavier...- Relata Ahmed, apenado.

-Esos hombres dan mucho miedo, van con túnicas verdes y lanzan guantes de roca.- Exclama uno de los soldados presentes, quien escapó con ayuda de Ahmed.

-¡AJ! Los Dai Li.- Dice Aang, enfurecido. Pensar que él mismo, en una vida pasada, fue quien creó esa orden le enfada, pero no por haberla creado, sino por haber permitido que se desvíen así.

Avatar. Siempre JuntosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang