Capítulo 29. Testigos en peligro

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El caos ha sido plantado fuera, y por orden de Toph todos los líderes han sido encerrados en el Ayuntamiento. Siendo rodeado por sus Guardias quienes mantienen una llamarada encendida ante la oscuridad de la habitación, Zuko observa a Kori, la Gran Concejala, un tanto apartada del resto, incluso de sus propios compañeros Concejales. La verdad nunca tuvo un gran trato con ella, a pesar de todo lo que vivieron hace ya diez años con el Movimiento de Restauración de la Armonía. Está por girar la mirada, cuando entonces ve que un joven oficial de grandes músculos y una larga cabellera se acerca con total confianza a la mujer...

-Sería demasiado peligroso que entren al edificio.- Logra oír que dice el menor.

-No, tiene demasiados guardias.- Oye que responde Kori. –Vayan tras Eiji, y la Familia Fu.

-Como usted ordene, Gran Concejala.- Dice finalmente el chico, marchándose velozmente.

No está del todo seguro sobre lo que ha oído, pero no parecía una conversación muy normal que digamos... Girando la vista hasta su amada, a quien está aferrado, ve a Suki y las Guerreras junto a la puerta, queriendo asomar la mirada y con intenciones de salir a ayudar. En el último mes Suki en especial ha sido su leal compañera en su gira mundial, la cual él considera ha sido un rotundo éxito. Han visitado once de las ciudades más grandes del mundo, entre ellas Ba Sing Se, Gaoling, Omashu, la Tribu Agua del Sur y la Tribu Agua del Norte. Ha logrado hablar de buena forma con todos los Líderes y también ha firmado muchos Acuerdos y Tratados.

Zuko está feliz con el rumbo que está tomando su Nación, después de todos los problemas que ha tenido que pasar con su hermana, su ex Primer Ministro... Apenas puede creer que Ur haya hecho tanto daño a sus espaldas, sabía que quería ocupar su lugar, ¿pero para qué querer un Trono de una Nación que se cae a pedazos? Supongo que quería darle mal nombre ante su gente a la Familia Real, así la gente no lo querría más en el puesto y agradecería que Ur tome su lugar, sin embargo todo ha cambiado en esos dos meses, y para mejor. La gente lo quiere... Y respecto a su hermana Azula, lo único que desea es volver a verla algún día.

Ahora está ahí, muy indeciso e impaciente por lo que sea que pueda llegar a pasar, no sabe por qué han querido capturarlo ni han explotado su aeronave, lo que tiene más que seguro es que Toph estaba al tanto de que algo así podría llegar a suceder, visto el gigantesco operativo que la misma había montado en tan pocas horas. Quizá por eso tuvieron que hacer una parada en la frontera entre Yu Dao y el Reino Tierra. Quizá ahí fue en donde ese impostor se metió, quizá secuestró a uno de sus oficiales y le robó la armadura, a esas alturas no sabe qué pensar sobre eso. En ese año ya le han capturado una vez, ¿por qué tiene que haber una segunda?

-Toph supuso que algo así sucedería, por eso tenía tanta seguridad...- Dice Zuko a sus amigos.

-No solo ella, yo también. Teníamos miedo, y con razón.- Dice Aang, bajando la mirada.

-Pero, ¿por qué? Vivimos en tiempos de paz.- Dice Zuko, notando cómo Kori se voltea hacia él.

-Me parece que Su Majestad está desactualizado sobre la situación actual en Yu Dao. No hay paz aquí, las bandas criminales se vuelven cada vez más fuertes y son vistas como el enemigo.- Dice Kori cruzándose de brazos y mirando fijamente a Zuko.

-Bueno, no he tenido tiempo para estar aquí... pero ahora sí.- Responde el Señor del Fuego.

-En fin.- Dice Kori, mostrándose un poco ofendida y molesta con la situación.

-El incendio ha sido controlado.- Informa Toph en lo que entra en el edificio, con Katara a sus espaldas. Ambas llevan la piel oscura, probablemente por el estar en mitad del fuego.

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