Capítulo 15. Agni Kai

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Abre los ojos y eleva la mirada. Viendo a la mujer vestida de negro acompañada por varios otros sonríe de manera diabólica, a la vez que dos muchachos entran a la celda y le ayudan a ponerse en pie. Apenas puede respirar, pero en un momento ella toma su respiración. Está vivo...

-Tardaste...- Dice Ur, sonriendo.

-Me ha costado reunirlos a todos nuevamente, pero lo he logrado.

-Bien hecho, pequeña... el Loto Negro tendrá segunda vuelta.- Sonríe, tosiendo un poco.

-¿Cuál será nuestro próximo movimiento, abuelito?- Pregunta la joven e inocente Iris.

-Zuko.- Susurra el anciano, más decidido que nunca. –Cumpliré mi venganza, y tú me ayudarás.

-Para servirle, Maestro.- Dice Iris, sonriendo de forma macabra, al igual que el viejo.

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Ante el rugido de aquella bestia blanca voladora, Azula se percata que sus invitados han llegado. En lo que bajan del peludo animal, ella baja las escalinatas de las galerías internas del Palacio. Recuerda bien esa gran explanada gris en dónde se llevará a cabo el encuentro: el mismo sitio en donde tuvo su enfrentamiento con su hermano, durante el último paso del Cometa de Sozin.

-Sean bienvenidos, los tres...- Les saluda ella a quienes, desde su punto de vista, se atrevieron a chocar contra ella allí ese día. Por supuesto, la campesina no está, es obvio que le teme.

-CUATRO.- Dice Katara, a la vez que baja de la montura de Appa como la última.

Al verle, Azula frunce el ceño. No le esperaba para nada, pero tampoco le importa contar con su presencia, pues a quien tiene en la mira es al monje, quien está muy serio mirándole siempre.

-Los acompañantes podéis esperar ahí.- Informa Azula, señalando un costado vallado en donde también se encuentran dos Agentes Dai Li. –Y el bisonte, en los jardines... Todos serán vigilados, así que no intentéis nada raro.- Añade, para sorpresa de los tres que no lucharán ese día.

-Hagan lo que dice... está en el trato.- Dice Aang, entregándole su planeador a Sokka.

Sin decir nada más, Toph y Katara hacen exactamente lo que el joven adulto les dice. Caminando hasta el lugar asignado por la actual Señor del Fuego, permanecen en un absoluto silencio, el cual también se ocupa de tomar partido completo en todo el ambiente. Appa parte dirigido por Sokka y, en cuanto el guerrero regresa, Aang va hacia el otro lado de la galería.

-No Tierra, Agua o Aire Control. No Estado Avatar. AGNI KAI: Duelo de Fuego Control.- Señala Azula en lo que se quita su larga capa y la deja caer al suelo. Se la ve muy segura de sí misma.

-¡Deja de imponer órdenes, Azula! No eres nadie para él.- Le enfrenta Katara, furiosa.

-Silencio, Katara... sólo eres espectadora aquí.- Le frena Aang, mirándole seriamente.

Ante esta retención, Katara se molesta aún más y, cruzándose de brazos, toma asiento junto a su hermano. Todo está listo, el Sol comienza a ascender indicando el amanecer.

-Damas primero...- Dice Aang, elevando sus manos.

-¡Como quieras!- Exclama Azula, sonriendo de satisfacción ante este comentario.

Rápidamente Azula da un gran salto, extendiendo su pierna izquierda y dando un giro en el aire. De la punta de su pie sale una ráfaga de fuego que se dirige directamente hacia el monje, quien comienza a correr en dirección a él y, con sus brazos juntos lo enfrenta. Al momento de separar sus extremidades superiores separa el fuego, el cual toma un tono anaranjado y se deshace.

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