Capítulo 10. Golpe de Estado, Parte 1

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Ya es de mediodía cuando Appa aterriza en un gran patio, con un círculo en el suelo que forma el símbolo del Reino Tierra. Aunque la ciudad sigue siendo independiente de todo poder que se ejerza desde Ba Sing Se, después de la Guerra de los 100 años el actual Rey Taylor se ha puesto en contacto con el soberano Kuei, con tal de firmar tratados de alianza.

Aang, Katara, Sokka y Toph bajan de la montura del bisonte volador, mientras que éste y Momo son bien recibidos en los establos, en donde se les asigna un sitio y les dan comida. El grupo pasa a un gran salón gigante, de techos bastante altos. Le conocen bien, es la Sala del Trono y, en el fondo, se puede ver a un hombre alto, delgado, con cierta musculatura no muy notoria, el cabello oscuro revuelto y los ojos verdes. Lleva una larga túnica verde, una corona con dos cuernos gigantescos y un cetro con una especie de esmeralda entre manos.

-¡Mis queridos amigos! JAJAJAJAJA.- Ríe el joven monarca, poniéndose en pie.

Aang sonríe, al igual que el resto de sus amigos. Todos son muy buenos amigos del actual soberano de la Ciudad de Omashu, quien era un oficial de la Guardia del ex Rey Bumi, muy cercano a éste quien aprendió mucho a su lado, fue su mano derecha durante muchos años y, hace no más de cuatro el anciano le cedió el puesto ante la ausencia de herederos de su sangre. Taylor es joven, sí, pero ha sabido llevar muy bien su nuevo y moderno gobierno.

-Nos da mucho gusto volver a verte, Tay...- Le dice Sokka, cruzándose de brazos de forma ligera. A pesar de que Taylor es un Rey, los cuatro tienen mucha confianza con él.

-Oh, por favor acérquense. No haremos el acto del Rey en el trono y sus súbditos en la lejanía, JAJAJAJAJA.- Vuelve a reír, mostrando sus dientes blancos y bien alineados.

Se nota que pasó muchos años junto a Bumi, pues el joven tiene esa risa de loco y divertido. Mirando a Toph por encima de su hombro sonríe, ruborizándose... Ella es mayor que él, pero eso a él no parece importarle, hace meses que quiere tener algo con ella, aunque sea una simple amistad, le parece una mujer tan interesante y bella, además de que es la Maestra de Tierra Control más poderosa y famosa en el mundo y él, por su lado, ansía intentar dominar el Metal Control, invención de dicha mujer.

-Bueno, según el mensaje que leí esta mañana estáis aquí por cosas "importantes"...

-Así es. Supimos también que estás teniendo problemas con unos rebeldes en las afueras de tu territorio y, según inteligencia que recibimos en la Fortaleza de Magnus, en la Nación del Fuego, estos rebeldes podrían sernos de utilidad.- Explica brevemente Aang.

-Aj, sí, los okupas. Los territorios que tienen en su poder son propiedad de los agricultores de Omashu. Son exactamente siete granjas con siete campos que han sido apropiados por esta organización que, según pude enterarme, ¿es terrorista?

-Así es... hace no más de dos semanas atacaron el Palacio Real, y me temo que el Primer Ministro de la Nación del Fuego es su líder. También tienen una fuerte aliada, Azula.

-Así que los enemigos del pasado regresan, ¿eh? Me sorprende que Zuko aún no haya encerrado a su hermana.- Dice Taylor, poniéndose un poco más serio que antes.

-Bueno, eso está en proceso...- Comenta Sokka, notando todos los anillos de valor que el joven lleva en sus dos manos. –Veo que te has ambientado a tu lugar.- Bromea.

-Oh, así es cariño.- Le responde Taylor, guiñándole un ojo. –Si quieres después puedo mostrarte todos mis accesorios, podrías llevarte algo.- Le dice cerca de su oído.

-Eh... esto... bueno, no estaremos mucho tiempo aquí. ¡Nos iremos en un rato!

-Sí, así es. Sólo vinimos para tener tu permiso para invadir ese lugar.- Añade Aang, ayudando a Sokka quien ya no sabía en qué agujero de la sala meterse.

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