Capítulo 79. Como una familia...

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Después de lo sucedido entre Toph y Lin, y lo bien que resultaron las cosas, Sokka ha vuelto junto a su amada a casa. Han sido días y semanas en general muy difíciles, sin embargo ellos han sido los mejores luchadores al soportar todo ello permaneciendo siempre juntos.

El amor que Sokka y Suki se profesan uno al otro parece ser eterno. Contrajeron matrimonio civil hace ya muchos años y de forma mutua decidieron no tener descendencia. Hay veces en las que Suki piensa que un bebé les mantendría más juntos, pero no hubo un solo día en el que se arrepintiera de la decisión que tomó. Ella no quiso ser madre. Ahora debía abstenerse.

-Y mi pregunta vuelve a ser la misma de siempre, ¿por qué tienes que ir todos los benditos días a ese lugar? ¿Qué acaso no existen las niñeras?

-Escucha Suki, ella confía en mí. Yo voy a ir porque soy de confianza, ¡tú puedes venir!- Le dice Sokka, deteniendo la mini-persecución que había iniciado Suki hacia él por toda la casa.

-Oh ni creas que voy a caer ahí para que me miren como la loca, celosa e impulsiva esposa del Concejal, la que desconfía y por ello lo sigue a todos lados.- Le dice Suki.

-¡Pues bien! Quédate en casa y ya. Y cocina algo rico para esta noche.

-¿Para qué esforzarme? Seguro ni vendrás, como anoche, o anteanoche, ¡o siempre!

-Tú cocina algo rico mujer, sólo hazlo.- Le dice Sokka. –Vendré temprano.

-Siempre dices lo mismo.- Susurra ella en lo que él se marcha de la casa.


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Sabe que lo que está haciendo está mal, pero Sokka no puede evitar hacer lo que siente.

Y lo que él siente, es incluso más fuerte que lo que se demuestra, o lo que se dice...

Él lo sabe.

Siempre lo supo.

Sabe bien, que él es el padre de Suyin.

No le fue muy difícil suponerlo, pensando que él fue el único hombre con el que Toph estuvo en aquel tiempo, hace poco menos de un año.

Además, puede sentir su sangre correr en aquella niña.

No lo sabría describir, pues es algo abstracto. Una suposición, una superstición. Una verdad.

¿Y por qué no ha dicho ni hecho nada? ¿Por qué no ha reclamado por sus derechos? No tiene seguro por qué Toph decidió que aquello fuese así, pero si ella lo quiso así, así será.

Sus ganas de tratar a su hija como su hija son gigantescas, pero no piensa en ser un obstáculo para la felicidad de Toph y su plenitud junto a sus hijas.

Además, ama demasiado a Suki como para arruinar su vida de esa manera.

Sólo le queda aguantar, soportar... Respirar profundo, y ser el Tío Sokka.

. . .

Tras tocar a la puerta, Sokka espera pacientemente a que le atiendan, y una vez Lin lo hace entra cargándola en sus brazos. Aquella tarde tiene bastante tiempo libre del Concejo y se la pasará jugando y pasando tiempo junto a sus sobrinas favoritas, además de que las cuida ya que Toph está ausente. Tuvo que salir de emergencia a la Estación de Policía.

Ya ha caído la noche y Sokka se ha echado sobre el sillón junto a Lin y Su para contarles unas cuantas viejas historias más. Ama hacer aquello. Puede recordar los grandes momentos que vivió junto a su hermana y todos sus amigos cuando eran apenas unos jóvenes inexpertos y que se fueron endureciendo, formando y fortaleciendo con el paso del tiempo.

-Y ahí estaba Aang, enfrentándose a una docena de Maestros Fuego queriendo defender a la tribu del Príncipe Zuko... ¡Fue entonces cuando...!

-¡Momento! Tío Zuko no es malo, él es bueno.- Dice Lin, sorprendida.

-Sí, ya sé que ahora es bueno, pero en ese momento...

-Y es lindo. ¿Cómo alguien lindo pudo ser malo?- Le pregunta Lin, riendo.

-Ah, en fin... eh, ¡fue entonces cuando llegué yo y con mi fiel boomerang lo envié a volar! Su casco pasó de su cabeza a su trasero y se tragó mucha nieve ese día.- Cuenta Sokka.

-¡Jaja! ¡Eve!- Exclama Suyin, sorprendiendo a Sokka y Lin.

-Sí cariño. Zuko se llevó mucha nieve a la boca ese día.- Le dice Sokka, riendo.

-Muy bien ya llegué.- Oyen la voz de Toph, quien cierra la puerta tras su entrada.

-¡Por fin! Creí que tendría que salir a buscarte, jaja. Ya les di de cenar.

-¿Y por qué lo hiciste? ¿Por qué no me esperaron?

-Toph... Es medianoche.- Le dice Sokka, riendo. -¿No te diste cuenta?

-Según sé, aún no hacen relojes para ciegos. Agh, disculpen niñas por tardar... fue un duro día.

-¿Estás bien mami?- Le pregunta Lin, bajando del sillón y abrazándola.

-Sí, tú tranquila Lin...- Le dice Toph, en lo que le abraza y rápidamente la aleja.

-¡Tío Sokka nos estaba contando historias!- Exclama Lin. –Nos contó cómo él sólo burló la seguridad del Rey Tierra en Ba Sing Se y se infiltró en su Palacio.

-Eso es verdad, pero no hay que quitarle el mérito a Aang y Katara.

-Ejem.- Responde Toph, tosiendo falsamente y cruzándose de brazos.

-Es cierto, tú también estabas ahí.- Le dice Sokka a su vieja amiga, riendo.

-Bueno niñas, creo que ya fueron suficientes historias del mayor mentiroso del mundo. Hora de ir a la cama.- Les indica Toph.

-¡No, no! Un poco más...- Le pide Lin, sentándose de nuevo a un lado de su tío.

-¡M-más! ¡Poq-kito!- Exclama Suyin, causando ternura incluso en Toph.

-Agh, está bien. ¿De qué estabas contando, Maestro de la Mentira?- Le pregunta Toph, en lo que se une a la conversación sentándose a un lado. Claro, tras quitarse su armadura.

-Oh, oh, dejaré el fin de esa historia para otro día, ¡ahora quiero hablarles de la vez que nos metimos en la Nación del Fuego como infiltrados, y estafamos a mucha gente!

-Uh, ¡fueron increíbles días!- Exclama Toph, riendo de emoción.

-Por supuesto que el Maestro, el Señor de la Estafa, era yo, pero su madre me ayudaba.- Dice Sokka, ganándose un pequeño golpe en el hombro izquierdo. –En fin, la cosa era así...

Por la siguiente hora y media, Sokka continuó con sus increíbles y alocadas mentiras, con su vieja amiga Toph desmintiendo la mayoría de ellas y contando brevemente la verdad. Al final de la noche se pusieron de acuerdo en que ninguno de los dos era el mejor contando historias. Todo ello terminó por cansar a Lin y Su, quienes terminaron profundamente dormidas.

Llegó un punto en el que ni siquiera Sokka y Toph tuvieron ánimos de ponerse en pie, por lo que siguieron hablando y finalmente susurrando hasta que Toph se quedó dormida. A pesar de su mala posición, Sokka permaneció inmóvil al tener a las tres Beifong sobre él, por lo que buscó la mejor forma de acomodarse y terminó por dormirse él también.

Aquello era lo que cualquiera quisiera tener siempre. Una hermosa familia unida que riera y se divirtiera junta, con el único objetivo de pasarla bien. Esa era la vida que Sokka no tenía y que Toph nunca quiso tener, pero ambos debieron acostumbrarse a sus realidades...


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Nota: ¡Espero que les haya gustado! Este capítulo debía subirlo el pasado sábado, pero me olvidé xD Y los días fueron pasando y nunca más sucedió :v En fin, ahora lo subo junto al 80 (que también tocaba ese día) y el que tocaba hoy, el 81 :P -Nico.

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