Capítulo 15. Agni Kai

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Azula continúa lanzando feroces bolas de fuego azul hacia el joven, quien choca contra ellas y las deshace con sus brazos haciendo movimientos circulares. En otra pelea hubiese utilizado el movimiento básico de todo Maestro Aire: evadir el ataque, pero no puede hacerlo. No quiere hacerlo... él sabe muy bien que Azula ha forzado esa pelea, pues sabe bien qué hay en ella.

Expulsando de su brazo izquierdo una feroz ráfaga de fuego, Azula demuestra que tiene un gran dominio apenas con un movimiento simple, expulsando todo ese fuego de su cuerpo. Aang, por su lado da un salto en el aire, lanzando una patada y bloqueando el ataque. Cayendo a pocos metros de su posición, la actual Monarca forma dagas de fuego en sus dos manos y comienza una lucha cuerpo a cuerpo con el Avatar quien, a la defensiva, esquiva por todos los medios que estos ataques logren alcanzarle. De un salto Aang se aleja de ella, lanzando al instante corrientes de fuego, disparando con sus puños de forma continua.

Evitando que todos estos ataques logren darle, Azula se aleja un poco, creando una llama en el extremo de su brazo izquierdo, empujándola en un estallido y enviándola en dirección del monje, quien se protege con sus dos brazos. Viéndose obligado a no poder crear un muro de rocas con tal de poder defenderse, Aang forma una pared de fuego anaranjado que repele el ataque pero que, de igual forma, le envía a volar metros hacia atrás.

Tosiendo un poco, se pone en pie, viendo cómo Azula va hacia él con gran velocidad con la propulsión jet que su dominio le permite crear. Rodeando sus dos brazos con llamaradas de fuego, Aang forma grandes brazos y, más tarde, látigos que, al unirse, formen una gran bola de fuego y, sin pensarlo dos veces, envía hacia Azula, quien desarma su propulsión jet y se enfrenta de cara al fuego, deshaciéndolo con el uso de sus dos manos.

Expulsando una gran explosión de fuego, Azula sonríe al ver a Aang esconderse detrás de una de las columnas y, una vez tras haber respirado y recuperado fuerzas, sale de ahí, haciendo movimientos que cualquiera catalogaría como los de un Maestro Agua, pero con los cuales Aang cambia el curso de la explosión, redirigiéndola hacia el atacante usando un movimiento fluido.

Azula une sus dos manos y lanza una feroz ráfaga de fuego, haciendo que su contrincante se defienda con un escudo frente a él del mismo elemento, pero que se corrompe a la vez que ella sigue avanzando sin temor hacia él. Una vez en una posición cercana, Azula lanza ataques de fuego directos, golpeando varias partes del cuerpo de su oponente y empujándolo hacia atrás.

Aang corre lejos de ella y, a la vez, se voltea para lanzar una esfera de fuego que es rápidamente desintegrada por Azula. Viéndole correr del otro lado del lugar, Azula presuriza el fuego en una bola, disparándola rápidamente hacia Aang, a la vez que este cometa de fuego aumenta de tamaño, impactando contra su objetivo y mandándolo a volar hasta los tejados del Palacio.

-¡¿Qué pasa, Avatar, con los años te vienes más débil?!- Le grita Azula, mientras ríe.

Sin esperar a que éste se ponga en pie, utilizando un movimiento avanzado de Fuego Control, Azula dirige dos corrientes poderosas de fuego a su enemigo, aunque entrelazando las dos corrientes y formando una corriente de fuego en forma de cometa masivo que tiene más poder que un flujo único. Al ver esto, Aang se queda boquiabierto y forma una pared de fuego frente a él con la que se defiende, aunque igual es empujado por la fuerza de Azula y enviado al suelo.

Dando un gran salto, Aang regresa a la arena gris, recuperando su posición inicial de combate y mirando con un profundo odio a Azula, quien ya sonreía satisfecha por la exitosa pelea que estaba teniendo. Viendo al monje firme ante ella, Azula se enfurece al instante, abriendo su boca, no para hablar, sino para expulsar un aliento de fuego anormal que se convierte en una feroz ráfaga de fuego que va detrás de Aang, quien termina por disolverla en pleno vuelo.

Avatar. Siempre JuntosWhere stories live. Discover now