66. "Amigos"

985 65 78
                                    

—¿Qué...?

Era como si su impresión fuese una broma, como si el hecho de que mi aliento no volvía al mirar a Michael ahí, pudiese lastimarme aún más. Muchísimo más. Inspiró abruptamente, abanicando esas pestañas rizadas que tanto me encantaban sin cesar.

Lucía... cansado, eufórico hasta lo indecible. Debbie entonces resopló.

—Vaya, al menos has aparecido en los últimos cinco segundos de la visita—ella dijo, lanzándome una leve sonrisa que, ni por poco, logró que mi boca se dejase de secar. Me di cuenta de que ni había dejado de mirar a Michael aún aferrando la manija de mi puerta.

—¿Cómo?—tartamudeó descolocado, negando. De esa misma forma que tanto recordaba, que tantas veces atrás atesoré—. ¿Qué es... esto?

—Rachel nos ha invitado a desayunar, ¿Recuerdas?—Debbie replicó—. Creí que estabas ocupado trabajando y que... llegarías. ¿Qué estabas haciendo?

Le miré, mientras que sus ojos marrones, agotados, se ponían ya sobre los de su esposa. Aguardé y, como un leve nudo me obstruía el habla para no poder gritar, para no poder chillar, sólo ansié por que su voz apareciera antes de que los malditos estribos pudiesen abandonarme de nuevo. Deseaba que dijera la verdad que yo conocía de una vez por todas, o colapsaría, no sabría en lo mínimo cómo diablos reaccionar.

Michael sólo suspiró, sabía que no lo diría.

—Y-yo... estaba...—bisbiseó con simpleza, perdiendo su mirada en sus manos anudadas a la altura de su cadera—. A punto de... cometer una barbaridad.

—¿Cómo?—ella sólo rió, obligándome a fruncir el ceño. ¿Era una broma? ¿De qué se trataba ahora?

Él de pronto reaccionó, meciendo su cabeza como si buscara zafarse de un trance que le aprisionaba. Su actitud, su tono de voz austero, su vista débil, sus miedos, su mentira; no lo llegué a comprender aún, ni por poco.

—Yannick nos está esperando abajo, Debbie—musitó él, dejándome helada, notoriamente indiferente—. Sólo he venido por ti, eso es todo.

—Bueno—asintiendo, y como siempre, con una mano bien puesta sobre su abultado vientre, Debbie se le acercó—, al menos Rachel merece una disculpa de tu parte.

Descendió su mirada un poco, ante el tono de reprobación que Debbie le soltó. Me sentía excluida, por primera vez en una habitación en la que también estaba él. Ya no era la tensión entre nosotros lo que me perjudicaba más, o la incomodidad que sentía al recordar la última vez que él había pisado mi departamento, sino que, ser sólo una persona que se entrometía entre la discusión de una pareja casada, me carcomía a cada suspiro.

Más si estaba segura de que, el hombre que formaba la mitad de ese matrimonio, es el amor de mi vida.

—Lo... siento—sólo así, susurró.

No pude evitar estremecerme al tiempo en que su voz me golpeó, el cómo me apreciaba.

—¿Eso es todo?—Debbie le reprochó, enarcando una ceja de forma desafiante, desesperanzada.

Él negó, abatido mientras recuperaba la atención de ella, sin decir nada más, sin dejarme a la más remota idea de siquiera pensar en soltarle cualquier palabra pues, no estaba segura de si mi voz estaba destruida siquiera. Debbie resopló.

—Esperaré abajo por ti, ¿Sí?—le rodeó y sin dar aviso, se abría paso para estar ya debajo del umbral. Le dirigía una mirada insinuante a Michael sin siquiera esperar que él virara para poderla ubicar.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Where stories live. Discover now