32. "Un Juego"

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La escena de Ross desapareciendo luego de ese portazo continúa proyectándose en mis pensamientos. No me sale la voz.

—No podemos dejar que se marche así.

Phoebe musita con una mano adherida a sus labios.

—Tenemos que hacer algo.

—Lo sé—Chandler se pasea por la estancia del departamento—. Pero, ¿Qué?

Vuelvo a reaccionar. Con todo el ardor que soporto, dejo ir la pequeña mano de Rachel de entre la mía, y comienzo a andar. Sus miradas me atrapan al tomar el pomo de la puerta con mi mano.

—Alguien tiene que hablar con él—les observo desde el umbral. Me pierdo en la mirada de Monica, de Phoebe, Chandler y Joey antes de intentar salir. Pero no en la de Rachel. Sé que si me topo con sus ojos, en el primer instante ella me haría desistir—. Y... creo que tengo que ser yo quien lo haga.

—¿Te volviste loco?—Rachel niega andando a zancos hacia mí—. ¿Crees que te dejaré salir del departamento luego de lo que nos ha ocurrido antes?

—Linda...—suelto el picaporte por un momento para tomar su rostro con ambas manos, y que sus ojos no puedan escapar de los míos—. Tengo que hacer esto, ¿Está bien? Por favor...

—Déjame acompañarte.

Sus cejas me obsequian una fina línea de preocupación. Me inclino para besar su mejilla.

—Te prometo que nada me ocurrirá. Sólo tengo que hacerlo.

Siento la fuerza de sus manos aferrando mis brazos desvanecerse.

—Maldita sea, Michael—vuelve a obsequiarme mi sonrisa preferida—. Más te vale tener cuidado allá afuera.

—...Gracias, pequeña.

—¿Estás seguro de esto?—Monica infiere mientras Rachel se ocupa de acercarse a ella. Su pregunta me hace estremecer.

—Terriblemente.

Y salgo de ahí sin más.

Agradezco que el clima en la ciudad aún con Marzo entrando sea frío, casi helado, y que por ningún motivo he dejado de utilizar la bufanda que llevaba conmigo al haber llegado al departamento. Ato mi cabello a la altura de mi cuello, desenfundo el cuello de mi abrigo, y con la bufanda cubriendo la mitad de mi rostro los pasillos del edificio y las personas circulando por la acera no me suponen un problema mayor. Dos manzanas y media de distancia, y cruzo el pórtico en el que se encuentra el departamento de Ross.

"Departamento 10, segundo piso" Ubico su nombre en las pequeñas urnas de correo que tienden de la pared de la recepción.

Trepo cada escalón apresurado, intentando averiguar qué demonios podría decir. E incluso pensando si él no me echará a la calle apenas tenga las intenciones de entrar, que después del apoyo que le he brindado los días pasados, bien lo tengo merecido.

Me detengo frente a su puerta, conteniendo más mi agitada respiración. Advierto que el cerrojo no está puesto, y me olvido de llamar a la puerta. Hala de la manija sin pensarlo.

—Si he tenido razón en algo, ha sido en que no podía ayudarte... —mi voz a duras penas aparece en el lugar—. Pero eso no justifica que te haya dado la espalda.

Me mira, e inmediatamente limpia lágrimas que se han esparcido debajo de sus ojos irritados. Echa un respingo y lucha por incorporarse sobre el sofá para tomar un pañuelo de la mesita de centro que está frente a él. No puedo evitar perturbarme.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora