55. "Destruida"

1K 67 60
                                    

Arrojé mi abrigo contra el sillón; no había nada ahí.

¿En la mesita de noche de mi habitación? Nada. ¿Mi alhajero? Tampoco. ¿Mis cajones, mi cartera? ¿No? ¿Nada?

—No es cierto...

Las palabras se me escapan entre un resople entrecortado, un bufido por mi desgracia, mientras me dignaba en rebuscar en mi habitación una vez más. Luego, mis ojos se cerraron con derrota sin poder percatarme de ello. ¿Por qué no podía encontrar más cigarrillos? ¿Monica los habrá escondido? No, no podía ser, ¿O sí?. Lo había aceptado, ella sabía que los guardaba por allí, en algún sitio del departamento cuando se me solían terminar los que mantenía en la oficina. Pero, ¿Por qué no los encuentro? Mierda.

Y el reloj comenzaba a marcar ya las cinco y treinta de la tarde; tenía que volver ya.

Tomé mi abrigo del sofá en el que había aterrizado hace unos momentos, mi maletín, mi cartera y mi bolso casi vacío. Soltando una que otra maldición silenciosa que se intercala con cada una de mis acciones al tiempo en que me dirijo de nuevo a salir por la puerta. Sonriente por burlarme de mí, pero vencida. Aunque, atolondrada, y extrañamente ligera por toparme con Chandler justo saliendo desde su departamento al mismo tiempo en que yo ya salía del mío.

Nos miramos, y una sonrisa extraña apareció. No me esperaba.

—...Hola—le saludo, tratando de ablandar un poco más mi expresión.

Pero él, de cierto modo seguí ahí simplemente, petrificado. Avanzó hacia el pasillo pero no cerró la puerta detrás de él.

—H-hola, Rach...—cabecea confundido, con sus ojos entrecerrados y curiosos—. ¿Qué estás...? ¿No deberías de estar en...?

—...Estoy de descanso—le corté. Eso parece bastar; asiente ya un poco más relajado—. Tan sólo he venido al departamento rápido porque estaba buscando mis...

Me detuve entonces, con una luz que bien podría estar iluminando justo ante mis ojos. Pero claro, él tendría cigarrillos, estaba segura de ello. Quizá, después de todo, no tendré que comprar una cajetilla nueva aún.

—¿Qué...?—inquirió, extrañado.

—Tú... ¿Aún tienes cigarrillos?

—Ah, Rachel, no... No creo que... —interpone sus brazos como si no supiera de otra manera para defenderse, o excusarse.

—Oh, por favor...—zanjé quejumbrosa, interrumpiéndole esas sonrisitas bobas que me comenzó a dar—. Sólo te pido un par. Se me han terminado los míos esta mañana y no planeaba comprar otra cajetilla hasta esta noche, Vamos, siempre tienes algunos, ¿No? Puedes...

—Quisiera, Rach—me corta con un aire amable, con una sonrisa más sincera que las de antes—. Pero, ya va algunas semanas en que no cargo un solo cigarrillo conmigo.

Miré su gesto, despectiva. Entrecerrando mis ojos como si tratara de llegar más allá de su intento de mirada seria. Pero él sólo asentía, comprensivo, como si mi desconfianza no le generara nada. Aquello me descolocó. No podía ser.

—No es cierto—sentencio.

—...Lo es y, créeme, a mí también me cuesta creerlo—recargándose contra el muro detrás de él, y cruzándose de brazos, suspiró—. Estoy... estoy tratando de dejarlo ahora.

—¿Por qué?

Su mirada se adhirió a sus brazos cruzados por un segundo.

—Digamos que... he recibido ciertas quejas al respecto. Quejas que, bueno... han llegado a importarme mucho—murmura, con una voz más pesada y sin reproche, así, serena, y no supe qué fue lo que me molestó más; su ruda sinceridad, o el hecho de que aún no entendía nada.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora