34. "Deseo"

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La cuenta regresiva termina, y ahora puedo mirar la hora en el horno de microondas; son casi las nueve de la mañana.

Tomo el cuenco de avena que hervía dentro del horno, y procedo a esparcirlo de todos los cubos de frutilla que había cortado antes. Espolvoreo un poco de azúcar, añado leche de avenas, y lo posiciono al centro de la lujosa bandeja. De la nevera tomo un poco de su zumo de naranja preferido para servirlo en una copa, y como toque final, unto un par de rebanadas de pan con mantequilla, y les baño con un poco de miel. No puedo evitar sonreír; la bandeja me ha quedado perfecta.

Si ando con sumo cuidado al andar escaleras arriba por no querer comenzar el día con un desastre de comida derramado en el corredor, no se compara con el increíble cuidado y sutileza con el que vuelvo a nuestra habitación. Aunque en un solo suspiro de tranquilidad, todo aquello se convierte en felicidad por ver que Michael aún se encuentra dormido. Sumergido en toda esa paz, respirando firme, sus párpados sellados y mi corazón en sus manos. No puedo creer cuanto le necesito.

Me olvido de la bandeja que cargo depositándola sobre la mesita de noche y no puedo soportarlo más, tomo asiento a su costado y me inclino para besar sus labios inmóviles.

Sus benditos ojos se abren a la par.

—...Lo lamento—susurro con una sonrisa culpable, y le vuelvo a besar—. No he podido resistirme.

—No hubiera deseado ni por asomo que te resistieras.

Se incorpora y se sienta apoyándose contra la cabecera para luego estirar sus brazos.

—Buenos días, cariño.

—Hola, pequeña—se me queda viendo. Por suerte, no se ha percatado de la bandeja que he traído—. ¿Por qué despertaste tan temprano?

—Porque he tenido que hacerlo. No dejabas de tirarme patadas durante la noche.

Una expresión de terror se pinta en su rostro.

—¿D-de verdad...?—sisea.

—Por supuesto que no, tonto—me burlo. ¡Me encanta mirarle así!—. Me fascina dormir contigo y lo sabes. Pero créeme, he tenido que hacerlo.

Me mira receloso por la pequeña broma. Sin explicarle más, me pongo de pie y camino lenta hacia la mesita de noche para tomar la bandeja con el desayuno. Cuando vuelvo con ella a mi posición me percato de que no ha despegado su mirada de mí.

—¿Y esto?—su sonrisa multiplica su tamaño.

—Esto... es porque no podía dejar de decirlo—estoy sonriendo como una lunática, deseosa de él—. Porque te quiero tanto. Te amo, Michael. Y de nuevo, quería ser la primera en hacértelo saber. Feliz cumpleañ--

Sella mis labios de una, plantando una mano sobre ellos. No me deja continuar. Arqueo mis cejas con la duda en todo mi ser. ¿Por qué...?

—...Oh, no, no—titubea arrebatado—. No lo digas, no lo digas, por favor.

—¿Por qué no?—lucho por decir. Dejo la bandeja descansando sobre el regazo de ambos y tomo de su mano para retirarla.

—Sólo, olvidémonos de eso... Olvidémonos, comamos este desayuno juntos y hay que concentrarnos en lo que en realidad importa, pequeña—de pronto coloca la bandeja a nuestro lado, se aproxima hacia mí y toma con dulzura de mi mentón—. Hoy es nuestro aniversario.

Oh... me derrito. ¡Me derrito de ternura!

—Michael...—acuno sus manos aún tomando de mi rostro—. Según recuerdo, todo sucedió con nosotros a altas horas de la noche. Así que nuestro aniversario entra llegándose la noche. Hace un año, te he felicitado por tu cumpleaños primero, entrando la mañana.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Where stories live. Discover now