En medio de la oscuridad pude sentir a Harry gruñir de dolor, cristal le había cortado el cuello mientras nos arrastraba a Hermione y a mi con él.
Saltó de la cama al tocador roto y después sin titubear por la ventana destrozada hacia la nada.
El grito de Hermione reververó a través de la noche mientras nos retorcíamos en medio del aire.
Y entonces la cicatriz de mi tobillo comenzó a arder, ardía como si hubiera estado juntando todo este dolor en todos estos años. Como si siempre hubiera querido arder y nunca hubiera podido.
Y el dolor fue tan fuerte que el tiempo parecía ir más lento, mis ojos comenzaban a nublarse y mi conciencia dejaba de razonar. Estaba cayendo y también estaba perdiendo la razón.
Hasta que de pronto, caí en un profundo sueño, sin saber si seguía viva, muerta o estampada contra el suelo.
Draco permanecía quieto mientras miraba a la nada, siempre me había parecido un ser hermoso, con sus ojos grises y su nariz perfecta, me agradaba mirar su boca entreabierta y sus ojos perdidos.
Mire hacia donde él miraba y no vi nada, ¿realmente el lago era interesante?.
Me levante y me senté junto a él, ni siquiera se inmutó, para ese momento los dos sabíamos lo que estaba a punto de pasar.
Robe su mano del pasto y deje que la otra descansara sobre su rodilla.
—¿Que pasa?.
Pregunte. Draco permaneció mirando a la nada pero esta vez apretando mi mano.
—No puedo saber el futuro, pero se que en un tiempo corto ya no seremos los mismos.
Me confundió escucharlo hablar tan firme, misterioso y serio.
Sus palabras siempre habían sido algo importante para mi.
—Draco...
Sus ojos me estaban mirando, pero sabía que no me estaba prestando atención.
Seguía en silencio posando su mirada en mi y poniéndome cada vez más nerviosa.
Draco era y siempre había sido lo único en mi vida que me daba miedo perder y no era porque lo valorara más que las demás cosas, pero era lo único en mi vida de lo que estaba consciente que perdería y me dolía saberlo y no quería que llegara ese día.
—¿que pasará contigo?.
Le pregunte sabiendo la respuesta y teniendo que me respondiera.
El dejo de mirarme y volvió la mirada a la nada.
—Te amare a lo lejos. Y cuando por fin te tenga cerca te amare sin restricciones.
Me sentí aliviada de no escuchar la verdad.
Tal vez ambos moriríamos.
Abrí los ojos para sentir aquel mareo de alguien cuando esta desapareciendo, no fue buen momento para hacerlo pues al llegar al lugar en el que Hermione había pensado vomite tanto que sentía que mis entrañas también saldrían por mi boca.
Me arrodillé en el suelo y lloré al darme cuenta de que no estaba Draco, de que todo había sido solo parte de mi mente y de que había vuelto a la realidad.
Harry comenzó a gritar y a retorcerse, Me levante y me acerque a él, yo ya estaba despierta y Hermione no se había desmayado, ella nos había salvado. No se que haríamos si ella nos hubiera abandonado, seguramente hubiéramos muerto hace ya un buen rato. Y a estas alturas no me parecía mala idea.
—Pondré la tienda y los hechizos, tu cuida de él.
Hermione siempre me había parecido fuerte, pero como toda persona ella sentía miedo y en estos momentos, mientras pronunciaba aquellas palabras y miraba a Harry, ambas sentíamos el mismo miedo.
¿Que estaría pasando dentro de su cabeza?.
Seguí a un lado de Harry mientras él gritaba, se retorcía y lloraba. Deseaba con todo mi ser estar pasando lo que él pasaba para que al fin pudiera estar tranquilo. Pues el peso que recaía en sus jóvenes e inmaduros hombros era demasiado.
Acaricie su pelo y seque su sudor, luego Hermione con un encantamiento levitatorio lo llevo a la litera.
Esperamos un rato juntas. Mientras intentaba quitarle el guardapelo Hermione me había sugerido un hechizo separador, había sido lo único que había funcionado.
Ella había estado limpiándole la cara y la mordida de la serpiente.
El silencio no era silencio total, pues Harry gritaba de vez en cuando o se quedaba estático.
—¡NO!.... la dejé caer... la dejé caer...
Sonaba más despierto que dormido y las dos nos acercamos a él.
Aún tenía los ojos cerrados.
—¡Harry, estás bien, despierta, despierta!
—Harry, —murmuró Hermione. —¿Te sientes... bien?
Harry se incorporó en la cama, estaba sudado y tenía los ojos llorosos.
-Sí -mintió.
Estaba amaneciendo ya. Harry miró alrededor de él y luego miró las sábanas que se encontraban sobre el.
—Escapamos.— dijo, después de evaluar su contexto.
—Sí —dijo Hermione—Tuve que usar a un Encantamiento Levitatorio para meterte en la litera, no te podíamos levantar.
—Has estado... Bueno, no has estado muy...
—Has estado enfermo —terminó lo que quise decir— Muy mal.
—¿Cuánto hace que salimos?
—Han pasado horas. Es casi de día— le dije.
—Y he estado... ¿qué?, ¿inconsciente?
—No exactamente, —dijo Hermione con inquietud— Has estado gritando y gimiendo y... diciendo cosas —añadió en un tono que hizo que Harry se sintiera intranquilo.
—No podía quitarte el Horrocrux, —dije tratando de cambiar el tema. —Estaba pegado, pegado a tu pecho. Te ha quedado una marca, lo siento. Tuve que usar un Hechizo Separador para quitártelo.
—La serpiente te mordió también, pero he limpiado la herida y he puesto algo de díctamo en ella...
Harry tiró de la sudorosa camiseta que llevaba puesta y se miró. Había un óvalo de color escarlata sobre su corazón donde el guardapelo le había quemado. También podía ver las marcas de colmillos medio cicatrizadas en el antebrazo.
—¿Dónde han puesto el Horrocrux?
—En mi bolso, creo que deberíamos mantenerlo a distancia durante algún tiempo.
Harry se recostó contra las almohadas y examinó la cara gris de Hermione, la cual no creo que estuviera lejos de cómo estaba la mía.
—No deberíamos haber ido al Valle de Godric. Es culpa mía. Todo es culpa mía. Lo siento.
—No es culpa tuya. Nosotras también queríamos ir. Realmente creímos que Dumbledore podía haber dejado la espada allí para ti.
—Si, pues bueno... nos equivocamos en eso, ¿no?
—¿Qué sucedió, Harry? ¿Qué sucedió cuándo ella te llevó arriba? ¿Estaba la serpiente escondida en alguna parte? ¿Simplemente apareció y la mató y te atacó?
—No —dijo—Ella era la serpiente... o la serpiente era ella...