109.Cambio de planes. M[5/10]

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Todo tenía un rumbo diferente ahora.

Me deslicé por el costado del dragón y caí en picado con los pies por delante en la superficie del lago, la caída fue más grande de lo que había estimado y golpeé el agua con fuerza, hundiéndome como una piedra en un mundo helado, verde y lleno de moho. Nade hacia la superficie y salí, resoplando. Vi enormes ondas emanando en círculos desde los lugares donde Ron y Hermione habían caído. El dragón no parecía haber notado nada. Estaba ya cincuenta pies mas allá, descendiendo en picado sobre el lago para tomar
agua por su terrorífica boca.

Mientras Ron, Hermione y Harry emergían del fondo del lago jadeando y escupiendo, el dragón remontó el vuelo, batiendo sus alas con fuerza, y aterrizó finalmente en un montículo distante.

Harry, Ron y Hermione se dirigieron hacia la orilla opuesta los seguí de inmediato. El lago no parecía profundo. Pronto fue mas una cuestión de buscar la salida a través de juncos y fango, que de nadar, y finalmente no desplomamos, empapados, resoplando, y exhaustos sobre la hierba resbaladiza.

Hermione se derrumbó, tosiendo y estremeciéndose a mi lado. Aunque Harry podría haberse echado felizmente a dormir, se puso en pie tambaleante, saco su varita, y empezó a recitar los hechizos de protección habituales alrededor de los cuatro.

Cuando hubo terminado, se unió a nosotros. Era la primera vez que podía verlos bien desde que habiamos escapado de la bóveda. Todos tenían feas quemaduras rojizas por todo el rostro y brazos, y sus ropa colgaban hecha tirones.

Haciamos muecas de dolor mientras nos aplicabamos suavemente esencia de díctamo en nuestras muchas heridas. Hermione le pasó a Harry el frasco, después sacó cuatro botellas de zumo de calabaza, que había traído de Shell Cottage; y túnicas secas y limpias para los cuatro. Nos cambiamos y después tomamos el
zumo.

—Bien, mirándolo por el lado bueno, —dijo Ron finalmente, sentado y examinando como la piel de las manos le volvía a crecer—, conseguimos el Horrocrux. Por el malo…

—…no tenemos la espada —dijo Harry apretando los dientes, mientras dejaba caer díctamo a través de un agujero chamuscado en sus vaqueros hasta la fea quemadura de debajo.

—No tenemos la espada —repitió Ron—. Esa pequeña rata traicionera…

—Bueno, en su defensa nosotros pensábamos hacerle lo mismo. — dije.

Harry sacó el Horrocrux del bolsillo de la chaqueta empapada que acababa de quitarse y se sentó en la hierba frente a nosotros. Destellaba bajo el sol, y atrajo nuestras miradas mientras bebiamos a tragos nuestras botellas de zumo.

—Al menos este no podemos llevarlo puesto, quedaría un poco raro colgando alrededor de nuestros cuellos, —dijo Ron, limpiándose la boca con el dorso de la mano.

Hermione miró hacia el otro lado del lago, al distante montículo donde el
dragón seguía bebiendo.

—¿Qué piensan que pasara con él? —preguntó—. ¿Estará bien?

—Espero que si, parece que ahora ya nada puede lastimarlo— dije.

—Parecen Hagrid, —dijo Ron—, es un dragón, Hermione, puede cuidar de sí mismo. Es por nosotros por quien debemos preocuparnos..

—¿Qué quieres decir?

—Bueno no sé como explicártelo —dijo Ron—, pero creo que tal vez hayan notado que irrumpimos en Gringotts.

Los cuatro estallamos en carcajadas, y una vez empezamos, fue difícil parar.

Me dolían las costillas, me sentía débil por el hambre, pero me recosté sobre la hierba bajo el cielo rojizo y rei hasta tener la garganta en carne viva.


—¿Qué vamos a hacer al respecto? —dijo Hermione finalmente, hipando y retomando la seriedad. —Él lo sabrá, ¿no? Quien-vosotrros-ya-sabéis sabrá que sabemos lo de sus Horrocruxes.

—¡Tal vez tendrán demasiado miedo como para decírselo! —dijo Ron esperanzado—, tal vez lo encubran…

Pero antes de que alguien más dijera algo Harry cayó de lleno al suelo y con los ojos cerrados y apretados comenzó a retorcerse.

—De nuevo... —Dijo Ron acercándose a él y dejando la copa en el suelo.

Hermione y yo hicimos lo mismo, rodeando a Harry mientras este luchaba por salir de su trance, parecía estar realmente sufriendo y mientras tratábamos de levantarlo para que se sentará sus puños se apretaban cada vez más fuerte.

—Esperemos— les dije y nos quedamos ahí mirándolo un largo rato hasta que por fin abrió los ojos.

—Lo sabe. —Su propia voz sonaba extraña y débil.— . Lo sabe y va a comprobar donde están los otros, y el ultimo, —ya estaba sobre sus pies—, está en Hogwarts. Lo sabía. Lo sabía.

—¿Qué?

Ron le miraba fijamente; Hermione se incorporó, con aspecto preocupado.

—¿Pero que viste? ¿Cómo lo sabes?

—Lo vi enterándose de lo de la copa, yo… yo estaba en su cabeza, él está  seriamente enfadado, y asustado también, no puede entender como lo averiguamos, y ahora va a ir a comprobar que los demás están a salvo, el anillo primero. Cree que el que está en Hogwarts es el que está más seguro, porque Snape esta allí, porque será muy difícil entrar sin ser vistos. Creo que comprobará éste el último, pero podría estar allí en
cuestión de horas…

—¿Viste en que lugar de Hogwarts esta? —preguntó Ron, luchando por ponerse también sobre sus pies.

—No, estaba concentrado en advertir a Snape, no pensaba en dónde está exactamente…

—¡Espera, espera! —grite mientras Ron levantaba el Horrocrux y Harry sacaba la Capa de Invisibilidad de nuevo—. No podemos ir sin más,
no tenemos un plan, tenemos que…

—Tenemos que ponernos en marcha, —dijo Harry firmemente.—. ¿Puedes imaginarte lo que va a hacer una vez se de cuenta de que el anillo y el medallón han desaparecido? ¿Y si mueve el Horrocrux de Hogwarts, si decide que no está lo suficientemente a salvo?

—¿Pero como vamos a entrar?

—Iremos a Hogsmeade, —dijo Harry—, e intentaremos idear algo una vez veamos cómo es la protección alrededor del colegio. Métete debajo de la Capa, tu también Hermione, quiero que vayamos juntos esta vez.

—Pero no nos cubre bien…

—Estará oscuro, nadie notara nuestros pies.

El aleteo de unas alas enormes hizo eco a través del agua oscura. El dragón había bebido suficiente y había alzado el vuelo. Nos detuvimos brevemente en las preparaciones para verlo subir más y más arriba, ahora oscuro contra el cielo que se oscurecía rápidamente, hasta que desapareció sobre una montaña
cercana. Entonces Hermione avanzó y ocupó su lugar, la segui.

Harry estiró hacia abajo la Capa tanto como pudo, y juntos dimos vuelta sobre el terreno hacia la abrumadora oscuridad.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora