01.Memorias.

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Cuando lo vuelvas a ver;
Pídele que se quede...y haz que cometa el más grande error de su vida.

Era temprano por la mañana. La luz del sol entraba directamente a mis ojos por la ventana y cada día al levantarme me parecía que yo no pertenecía aquí, por que así era, esta no era mi casa, este no era mi hogar.

Ceniza se posaba regodeante en la ventana, al verme despierta estiró una pata mostrandome que llevaba con ella una carta, mire a mi lado, Harry aún dormía y no parecía tener alguna pesadilla, dormía tan tranquilo, tan bien, todo en el estaba bien mientras durmiera.

Me acerqué a la lechuza y desprendi la carta de su pata.

Sabía bien de quien era, la abrí con cuidado para no despertar a Harry.

__________.

Se que te parecerá extraño el que te mandemos una carta, pero quiero que sepas que tenemos un plan.

El sábado al anochecer iremos la orden del Fénix por Harry, y Por ti.

Como bien sabes ustedes cumpliran pronto y entonces seran mayor de edad, la magia que los protegía ahora será nula, porque como ya dije: serán mayores de edad, habrá que sacarlos cuanto antes de ahí, porque de lo contrario quien tu ya sabes podría encontrarlos.

Tenemos un plan.

Por favor, no se lo comentes a Harry, el se negara rotundamente a esto, sólo necesitamos que estés preparada.

Ya te queremos volver a ver.

Con cariño, Fred & George.

Sonreí. Esto podría ser peligroso, pero la sensación que tenía de no pertenecer a este lugar me carcomía tanto que me había puesto feliz por salir de aquí, aunque hubiera sido en peligro de muerte.

Después de levantarse Harry había estado desperdiciando tiempo limpiando el baúl que no había limpiado en seis años.

-¡Ten cuidado!- le advertí, pues no sabíamos que cosas había allí dentro.

Y como lo había advertido, Harry soltó un grito lleno de furia, parecía estar estresado y un poco molesto consigo mismo por no haber limpiado aquel baúl en tanto tiempo.

-¿Que ha pasado?-le pregunté alarmada.

Harry sacó la mano del baúl. A tan poco tiempo de haberse rasgado con algo esta ya parecía estar llena de sangre. Puso los ojos en blanco y como si ya estuviera acostumbrado a este tipo de cosas salió sin emitir alguna palabra de la habitación.

Ojala pudiéramos hacer magia ya, pero aún no podíamos, de lo contrario le hubiera curado la mano con algún hechizo.

Harry estaba sangrando. Agarrándose la mano derecha con la izquierda y jurando por lo bajo, abrió la puerta del dormitorio con el hombro para volver a entrar.

De nuevo y con más cuidado se agachó a la altura del baúl para poder seguir con la inspección. Pero esta vez se quedó quieto, dejó de maldecir y miraba detenidamente algo dentro del baúl.

Me acerqué a él y me senté a su lado.

Lo que mirábamos ahora los dos era la razón por la cual se había rasgado la mano, el borde afilado que había causado el daño. Lo reconocí enseguida. Era un fragmento de dos pulgadas de largo del espejo encantado que Sirius le había regalado. Lo dejo a un lado y tanteó cautamente en el baúl buscando el resto, pero no quedaba nada más del último regalo de su padrino salvo vidrio pulverizado que se adhería como arena brillante a la capa más profunda de restos.

Harry se sentó derecho y examinó el mellado pedazo con el que se había cortado, sin ver nada más que sus propios brillantes ojos verdes reflejados en él. Luego puso el fragmento sobre El Profeta de esa mañana, que descansaba sobre la cama sin leer.

Le llevó otra hora vaciar el baúl completamente, tirar las cosas inútiles y clasificar las restantes en pilas de acuerdo a si iba a necesitarlas o no a partir de ahora.

Yo tan sólo lo miraba, mi baúl no estaba tan mal acomodado y las cosas que había desechado eran pocas. A diferencia de Harry yo lo limpiaba cada fin de curso.

Al final quedaron demasiadas pilas de periódico que descansaban a un lado de la Jaula de Hedwig, me acerqué a ellas tratando de no alborotar a la lechuza pero esta parecía inmutarse.

Tome uno de los periódicos y comencé a hojearlo.

—Tíralos todos—me dijo.

Le ignore para seguir leyendo.

Yendo a la página diez del periódico que leía me hundí en la silla del escritorio y leí el artículo que había estado llamando mi atencion.

Albus Dumbledore Recordado
Por Elphias Dodge

Me había quedado leyendo aquel pequeño fragmento, realmente era muy emotivo y al terminar de leer la foto de Dumbledore me recordó todas las veces que lo había visto.

Una sonrisa gentil y una mirada llena de vida.

Deposité el periódico junto con los demás, después de un momento Harry los había tomado para leer y tirar todos, hasta llegar al que yo estaba leyendo, se quedó un buen rato leyendo, al terminar lo tiró enojado a la basura junto a los demás, luego se fue a acomodar los libros que ya se encontraban acomodados, dejándolos justamente como estaban.

-¡Mentiras!-gritó Harry, ocasionandome un susto.

A través de la ventana vi como el vecino de la casa de al lado, que había hecho una pausa mientras segaba el césped, miraba nerviosamente hacia arriba.

Harry se sentó en la cama con fuerza. El pedazo roto de  espejo danzó lejos de él; lo levantó y le dio vuelta entre los dedos, pensando... pensando en Dumbledore seguramente y en las mentiras que había leído.

Hubo un momento, mientras miraba el espejo que se quedó congelado.

Miro por encima del hombro, pero la pared lucía el enfermizo tono durazno que tía Petunia había elegido. No había nada allí, Volvió a mirar el fragmento de espejo nuevamente, sin ver otra cosa que sus brillantes ojos verdes devolviéndole la mirada.

Después me miro.

—¿Que es lo que vez?—me pregunto, aún estaba pálido y parecía como si hubiera visto un fantasma.

Lo único que yo veía era mi reflejo.

Negue.

—Sólo me miro a mi Harry, ¿Que viste tu?.

El volvió a mirar el espejo, luego sacudió su cabeza.

—Se que te parecerá loco, pero vi a Dumbledore.

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¡FELIZ CUMPLEAÑOS DRAQUITO HERMOSO, BEBE, PRECIOSO!💚🐍

¡Chicas!, aquí está el primer capítulo del segundo libro, gracias por seguir aquí, ¡las amo!

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora