Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]

36.Te amo.

Y...¿como se llama ese sentimiento que trato de reprimir, amor, tristeza o culpa?

—Y dime, ¿Haz venido hasta aquí solo para verme?.

Se deslizó por el pasillo y se sentó, parecía tan diferente y era imposible pues ella no podría cambiar nunca, podrían pasar años y seguiría con la misma cara y la misma mirada apagada.

—No, ni siquiera se como he llegado.

Y estaba cien por ciento seguro de que esto era solo mi imaginación.

—Se habla mucho de ti por estos pasillos Malfoy.

—¿ah si?. ¿Y que es lo que dicen?.

Ella se elevó sobre mi y luego me traspaso liberando lo que parecía un lamento. si no supiera que es un fantasma pensaría que aquel ruido habría sido el de un gato peleando, tenía tanto tiempo  que no sentía aquella sensación al atravesarme, el frío instalado en mi sangre y corriendo por mis venas como pequeños cubos de hielo.

—Dicen que la abandonaste, que la dejaste y que eres un COBARDE.

La sangre se me helo, mi cara comenzó a sudar y mi mirada más que reaccionar lo único que hacía era seguirla.

—¡Estás loca!. ¡Yo no la abandone!, Jamás lo haría.

Ella comenzó a reír mientras giraba alrededor de mi.

—Cobarde, cobarde, cobarde.

Tape mis oídos pero parecía que nada servía, me termine por desvanecer y caer de rodillas en el frío mármol de aquel baño abandonado, apretando fuertemente los ojos mientras deseaba despertar de esta pesadilla, Myrttle seguía gritando y yo seguía escuchando, ¿Realmente era un cobarde?. ¿Realmente la había abandonado?.

¿Como era que había llegado aquí?.

—Draco.

Era su voz, nadie tenía la voz tan cálida, nadie me hacía sentir aquella paz con tan solo pronunciar mi nombre, nadie excepto ella.

—Draco.

La volví a escuchar, separe mis manos de mis oídos y abrí los ojos, aún en el suelo mire a todos lados, la sucia fantasma ya no estaba, ahora éramos solo yo y mi demencia.

—Draco.

De nuevo, su voz.

Me levante y mire a lo alrededor, nada.

—¡Draco idiota!.

Ahora era la voz de Blaise la que escuchaba.

De pronto todo a mi alrededor se comenzaba a mover, di tantas vueltas antes de sentir leves golpes en mis mejillas y entonces abrí los ojos.

Me encontraba en el suelo y con Blaise golpeando levemente mi cara.

—Por Salazar al fin.

—¿Estás bien?.

Me pregunto ella.

—¿Si?— sobe mi cabeza— ¿Porque no lo estaría?.

—Estabas llorando.

[...]

—Es una pena joven Draco—sostenía la bandeja entre las manos mientras de sus ojos brillantes escurrían unas cuantas lagrimas.—el amo Harry me lo ordenó.

Musitó el pequeño y horrible elfo, parecía apenado pues no dejaba de mover los pies mientras daba pequeños saltitos y miraba el suelo.

Sobe mi cabeza, al parecer Potter le había ordenado que en cuanto me viera dentro de la casa me golpeara, vaya estupido.

—Si te soy sincero en cuanto vi que te golpeo no pare de reír.

—¡Vamos!, cállate Blaise— _____ se sentó a mi lado y tomo una de mis manos.—¿estás bien?.

Asentí mirando al suelo, Kreacher me había dado demasiado duro en la cabeza, aun me dolía y el parecía estar luchando contra sí mismo para no salir corriendo, se había quedado en la esquina de la habitación tan solo mirándonos con esos ojitos tan grandes.

—Kreacher— le hable.

El levanto la mirada sorprendido.

—Si...?

—No té preocupes, no tienes la culpa de que potter sea un idiota.

Él asintió y luego salió de la habitación como si esto fuera lo único que esperaba.

—Draco, será mejor que nos vayamos.

Blaise regresó de la ventana.

Mire a ______, parecía triste pero tampoco parecía querer que me quedara, sonreí a medias, sabía que si lo hacía me encontrarían y me iría mal.

—Yo...

Ella intentó sonreír y tomo mis manos haciéndome callar.

—Te amo.— me dijo, y sentí justo en el pecho como los engranajes de mi corazón comenzaban a funcionar de nuevo.

—También te amo.

Y para sellar el amor que aún permanecía dentro de nuestros cuerpos la bese, como cuando no la miraba, como cuando no la tenía en mis brazos, la bese como cuando estábamos juntos.

—¡Vamos!.

Me separe de ella, bese su frente y Blaise y yo salimos de aquel lugar.

Y estando afuera, podíamos ver perfectamente ahora la continuación del número 11. Ahora podíamos ver el 12.