96.Donde nace la sabiduaria [2/2]

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—¡Pero es eso! ¡Es precisamente eso! Según crece el poder del Señor Oscuro, su tarea está puesta incluso más firmemente en mí. Gringotts cae bajo el imperio de los Magos, los elfos domésticos son asesinados, ¿y quién entre los que llevan varita protesta?.

—¡Nosotros lo hacemos! —dijo Hermione. Se había sentado erguida, sus ojos brillantes— Nosotros protestamos. ¡Estoy tan asustada como cualquier duende o elfo, Griphook! ¡Soy una Sangresucia!.

—No te llames así... —murmuró Ron.

—¿Porqué no puedo hacerlo? —dijo Hermione— ¡Sangresucia, y orgullosa de serlo! ¡No tengo una posición mas alta que usted bajo este nuevo orden,Griphook! ¡Es a mí a quien eligieron torturar, en casa de los Malfoy!

—Hermione— le toque el hombro tratando de tranquilizarla.

Mientras hablaba, echó a un lado el cuello del vestido para revelar el pequeño corte que Bellatrix le había hecho, rojo en contraste con su garganta.

Sentí los nervios al tope al recordar su mirada llena de terror y tristeza mientras la torturaban.

—¿Sabía que fue Harry quien liberó a Dobby? —preguntó— ¿Sabías que buscamos la libertad de los elfos durante años? —Ron se sintió incómodo en el brazo del sillón de Hermione— ¡Usted no puede desear que Quién-Ud-Sabe sea derrotado más que nosotros, Griphook!— El duende miró a Hermione con la misma curiosidad que había mostrado por Harry.

—¿Qué buscan en la cámara de los Lestrange? —preguntó abruptamente— La espada que se encuentra en el interior es una falsa copia. Esta es la real —Miró a cada uno de nosotros— Pero creo que eso ya lo saben. Me pediste que mintiera por ti allí.

—Pero la falsa espada no es lo único que hay en la cámara, ¿verdad? —preguntó Harry— A lo mejor ha visto otras cosas allí.

Mi corazón latía más fuerte que nunca. No entendía lo que Harry decía y al mismo tiempo estaba tratando de ponerme lista para lo que fuera que pasara.

El duende giro su barba alrededor de su dedo nuevamente.

—Va contra nuestro código revelar los secretos de Gringotts. Somos los guardianes de fabulosos tesoros. Tenemos un deber con los objetos puestos bajo nuestro cuidado, el cual ha sido, muy a menudo, escrito con nuestras propias manos.

El duende movió la espada, y sus negros ojos vagaron de Harry a Hermione, a mi y a Ron y luego de vuelta.

—Tan jóvenes —dijo finalmente—para pelear contra tantos.

—¿Nos ayudará? —dijo Harry—No tenemos esperanzas de entrar ahí sin la ayuda de un duende. Usted es nuestra única posibilidad.

—Yo... lo pensaré —dijo Griphook exasperadamente.

—Pero... —comenzó Ron furiosamente; pero Hermione le dio un golpe en las costillas.

—Gracias —dijo Harry.

El duende arqueó su gran cabeza curva en reconocimiento, luego flexionó sus cortas piernas.

—Pienso —dijo, acomodándose a si mismo ostentosamente sobre la cama de Bill y Fleur— que la poción Crece-huesos ha terminado su trabajo. Por fin podré dormir. Si me disculpan...

—Sí, claro —dijo Harry, pero antes de dejar el cuarto se inclinó hacia delante y cogió la espada de Griffindor del lado del duende. Griphook no la reclamó, pero creí ver resentimiento en los ojos del duende mientras cerrabamos la puerta tras él.

—Pequeño tonto —murmuró Ron— Disfruta haciéndonos esperar.

—Cállate Ron— le dije.

—Harry —musitó Hermione, llevándonos lejos de la puerta, al medio del piso medio iluminado—¿estás diciendo lo que creo que estás diciendo? Estás diciendo que hay un Horcrux en la cámara de los Lestrange.

—Sí —dijo Harry—Bellatrix estaba espantada cuando pensó que podríamos haber estado allí, estaba fuera de sí. ¿Porque?. ¿Qué creía que habíamos visto? ¿Que más pensó que podíamos haber cogido? Algo de lo tenía miedo que Quien-Tu-Sabes se enterarase.

—Pero pensé que estábamos buscando lugares donde Quien-Tu-Sabes había estado, lugares donde hubiera hecho algo importante —dijo Ron, pareciendo anonadado.

—¿Alguna vez estuvo dentro de la cámara de los Lestrange?.—pregunte.

—No se siquiera si ah estado alguna vez en Gringotts —dijo Harry— Nunca tuvo oro allí cuando era joven, porque nadie le dejó nada. Quizás vió el banco desde fuera la primera vez que fue al callejón Diagon. Creo que debe haber envidiado a cualquiera que tuviera una llave de alguna cámara de Gringotts. Lo debe haber visto como un símbolo de que pertenece al mundo Mágico. Y no olviden que confiaba en Bellatrix y su esposo, eran sus sirvientes más devotos antes que cayera, y fueron en su busca cuando desapareció. Lo dijo la noche que regresó, yo lo escuché.—se frotó la cicatriz que seguramente le dolía, pues de vez en cuando alguna mueca se le escapaba— Aunque no creo que le haya dicho a Bellatrix que era un Horcrux. El nunca le dijo la verdad sobre del diario a Lucius Malfoy. Quizás le dijo que era una posesión valiosa y le pidió que la guardara en su cámara. El lugar más seguro del mundo para cualquier cosa que quieras esconder, me dijo Hagrid... excepto Hogwarts.

Cuando Harry terminó de hablar, Ron sacudió su cabeza.

—Tu realmente le entiendes.

—En parte —dijo Harry—En parte... me gustaría haber entendido a Dumbledore tanto como a él. Pero veremos. Vamos...Ahora Ollivander.

A medida que lo seguíamos a través del pequeño piso me sentía más nerviosa y tensa, Harry golpeaba la puerta que se encontraba en dirección opuesta a la de Bill y Fleur y un débil - Pasen- nos respondió.

El fabricante de varitas estaba tendido en la cama más alejada de la ventana. Había estado prisionero en aquel sótano durante más de un año y había sido torturado, todos lo sabíamos, en al menos una ocasión. Estaba muy delgado, los huesos de su cara sobresalían notoriamente contra su amarillenta piel. Sus grandes ojos plateados parecían divagar entre sus párpados. Las manos que yacían sobre la manta podían haber pertenecido a un esqueleto. Harry se sentó en la cama vacía, junto a nosotros. El sol naciente no se veía desde allí. El cuarto daba al jardín sobre el acantilado y la tierra fresca del sepulcro.

—Señor Ollivander, siento molestarlo —dijo Harry.

—Mi querido muchacho —la voz de Ollivander era débil— Tú nos rescataste. Pensé que moriría en ese lugar, nunca podré agradecerte... nunca podré agradecerte... lo suficiente.

—Estuvimos contentos de hacerlo— Dijo Harry apretando los dientes en la última palabra, sabia que no faltaba mucho para que volviera a caer en una visión.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora