34.petrificus totalus.[1/2]

4.3K 321 28
                                    

Es en esos momentos en los que te das cuenta de lo mucho que podrías dar por una persona a la que amas.

Solo era entrar, buscarla y robarle el relicario.

Sonaba tan fácil, era más difícil de lo que parecía.

—¡Está todo listo!.

Exclamo Hermione revisando por última vez la pequeña bolsa que le colgaba por el hombro.

—Bien.— dijo Harry.—Hagámoslo rápido.

La puerta parecía lejana y las manos me sudaban, tenía un buen rato que no salía de esta casa y el salir directamente al peligro me aterraba demasiado.

De pronto Hermione se detuvo como si alguien le hubiese golpeado la cara, se giró y nos miro sería.

—Como no lo pensé antes—Balbuceo.— ¡Solo debe ir uno de ustedes!.

—¿De que hablas Hermione?.

—¿No es obvio?, ¡Claro que no!. Si nos atrapan y vamos todos lo más seguro es que nos maten pero si uno de ustedes no va podría avisar a los demás.

—Pero...

—No hay peros _____, solo uno de ustedes, es a ustedes a los que buscan.

—Tiene sentido— secundó Ron.

Hermione lo miró agradecida y volvió su vista a Harry y a mí.

—Iré yo.— dije decidida y emprendí mi camino a la puerta. Pero antes de que diera al menos unos cuantos pasos una mano me detuvo.

—No seas tonta.—Harry aún me sostenía.—Iré yo.

—Harry.

—¡Nada!.

Parecía que su voz era segura y su forma de portarse me hacía estremecer.

—Tu no irás Harry.— volví a hablar.

Y parecía que no había nada que le hiciera cambiar de opinión, él negó y me miró enojado o tal vez solo molesto.

—_____, quiero protegerte, déjame hacerlo por primera vez, ¿Esta bien?.

Sonreí ante sus palabras y asentí, no tenía sentido pelear con el cuando estaba totalmente seguro de lo que haría.

Ellos tres salieron por la puerta y me hicieron jurar que no saldría de ninguna manera de aquel lugar, ganas no tenía así que no sería un problema. Acordamos que si no volvían en todo lo que restaba del día yo misma me contactaría con algún miembro del ejército.

En cuanto salieron el aura del lugar se había vuelto algo silencioso, el estar sola con la única compañía de un elfo doméstico escurridizo me hacía sentir un millar de escalofríos.

[...]

—Todo sea por...

—Por ella, Blaise.

Él asintió tratando de asimilar hasta qué nivel llegaríamos esta vez.

—¡Draco!.

Mi madre, algo desconcertada llamo mi atención, traía un vestido negro largo y el cabello recogido a media coleta.

Sus ojos relucían más que siempre.

—Hijo, ¿Estás listo?.

Parecía nerviosa y los dos sabíamos porque.

—Puede estar tranquila señora Malfoy.

—¿De que hablas Blaise?.

Blaise se acercó al oído de mí madre y le susurró.

—Tenemos un haz bajo la manga.

Mi madre sonrió durante un milisegundo, después volvió a mirarme.

—¡váyanse!, ¡Váyanse ya!.

Salimos sin mirar atrás y aunque no la estuviera viendo sabía que mi madre sonreía, al pasar más allá de la mansión pudimos desaparecer para terminar apareciendo frente a un parque muggle, cerca de nuestro destino; el número 12 de Grimmauld Place.

¿Porque llegábamos aquí?, nuestra misión era buscar primordialmente a algún muggle y convertirnos en el mediante la poción multijugos.

—¿Que tal ellos?.

Blaise apuntó a dos jóvenes algo más grandes que nosotros, asentí rápidamente, lo único que quería era que esto pasara rápido, aquellos chicos se mantenían distraídos mirando a través de la vitrina lo que parecían algunos collares de oro.

Blaise tomó la varita y sin pronunciar alguna palabra logró que aquellos chicos cayeran al suelo tan tiesos como una piedra.

Por suerte a nuestro alrededor parecía haber más actividad que antes y la gente no reparaba en lo que acababa de pasar.

—Acabemos con esto rápido.— me dijo, parecía estar nervioso.

Los dos arrancamos un pelo de cada chico y lo depositamos dentro de nuestro respectivo frasco, uno era castaño y el otro pelinegro.

—Está listo.

Me levante y espere a que mi amigo hiciera lo mismo, después susurre el contraechizo para hacerlos despertar, ambos se levantaron del suelo confundidos.

Blaise se dio la vuelta sin hablar y lo mismo hice yo, no servía de nada explicarles algo que no entenderían.

Al llegar al número 11 de  Grimmauld Place supe que ella estaba ahí.

—11...13, ¿Que?.

—Es un hechizó de protección, Blaise, nadie puede ver la casa a menos que sea guardián.

—oh.

Saque el frasco del bolsillo de mi saco y mire dentro de el.

Solo faltaba esto y todo resultaría bien.

—Draco...

Y habría sido así, el plan de alguna manera habría funcionado, si los ojos asustados de Blaise y aquella voz no lo hubieran arruinado.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora