120. El suelo es para tontos.[1/10]

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Siento que me alejo de ti aún cuando estoy cerca. Realmente extraño tus ojitos

-¿Puedo preguntar que está usted haciendo, Profesor Carrow?

-!Intento... conseguir... traspasar esta maldita... puerta! -gritó Amycus-. !Ve y traéme a Flitwick! !Obligueles a abrirla, ahora mismo!

-¿Pero no está su hermana ahí? -preguntó la Profesora McGonagall-. ¿No el profesor? Flitwick la dejó ahí esta tarde más temprano, ante su urgente petición ¿Quizás ella podría abrirle la puerta? Entonces no necesitaría despertar a medio castillo.

-!No contesta, vieja escoba! !Abrala! ¡Demonios! !Hágalo ahora!.

-Si de verdad lo desea -dijo la profesora McGonagall, con gran frialdad. Se oyó un geltil golpe de la aldaba y la voz musical preguntó otra vez.

-¿Adónde van los objetos desaparecidos?

¿A dónde van?, mi mente divago un poco, ¿a dónde van si ya no existen?

-A la no existencia, lo que quiere decir, al todo- replicó la profesora McGonagall.

¡Vaya!

-Muy bien expresado -respondió la aldaba en forma de águila, y la puerta se abrió suavemente.

Los pocos Ravenclaw que se habían quedado atrás corrieron rápidamente hacia las escaleras cuando Amycus apareció en el umbral, blandiendo su varita.

Encorvado como su hermana, tenía una cara pálida y fofa y ojos diminutos, que cayeron de inmediato sobre Alecto, extendida inmóvil en el suelo.

Dejó escapar un grito de furia y miedo.

-¿Qué hicieron, jovencitos? -gritó y toda nuestra culpa recayó en inocentes-. Voy a imponer la Maldición Cruciatus a un buen montón de ellos hasta que me digan quién lo hizo... ¿y qué voy a decirle al Señor Oscuro? -chilló, de pie sobre su hermana y golpeándose la frente con el puño-, ¡No lo tenemos, se han ido y la han matado!

-Sólo está Aturdida, -dijo impaciente la profesora McGonagall que se había inclinado para examinar a Alecto-. Se pondrá bien.

-¡No lo creo! -gritó Amycus-. ¡No después de que el Señor Oscuro acabe con ella! Está acabada y borrada para él, siento arder mi Marca. ¡Y cree que tenemos a Potter!

-¿Tienen a Potter? -dijo la profesora McGonagall bruscamente- ¿Qué quiere decir, "tienen a Potter"?

-Él nos dijo que Potter intentaría entrar en la Torre de Ravenclaw, ¡y nos envió aquí para atraparle!

-¿Por qué trataría Harry Potter de entrar en la Torre de Ravenclaw?¡Potter pertenece a mi Casa!

Bajo la incredulidad y la cólera, se oyó un pequeño dejo de orgullo en su voz y el afecto que sentía hacia Minerva McGonagall brotó en mi interior.

-¡Nos informaron de que podría presentarse aquí! -dijo Carrow-. No se por qué.

La profesora McGonagall se levantó y sus pequeños ojos brillantes recorrieron la habitación. Dos veces pasaron por encima del lugar dónde nos encontrábamos.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora